Capítulo 27

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—Ya debimos haber encontrado la salida— dijo Alyssa a mi lado.

—Creo que reconozco el camino, y si tengo razón debemos estar cerca de la salida.

Ya no ayudaba a Alyssa a caminar, pero si me mantenía cerca de ella pues cojeaba y caminaba despacio.

Un chillido resonó por detrás de nosotras y gire para ver, pero lo único que se podía ver eran sombras. Como instinto dejé salir una pequeña parte de poder y lo mantuve entre mis dedos, listo para usarlo como defensa.

—Veo que ya tienes mas control— hablo viendo de reojo mi mano.

—He aprendido sobre la marcha, además de que Serkan a insistido en que aprenda a cómo usarlo.

Alyssa no comento nada por unos minutos, pero volvió hablar con mayor fuerza.

—No solo tienes que aprender a manejarlo, debes volverlo una extensión de ti.

—¿Cómo dices?

Ella resoplo y detuvo la marcha, giro hacia mí, su rostro estaba calmado, pero su mirada era penetrante.

—Debes verlo como extensión de tus brazos y manos, imagínate lo que quieres que haga y materialízalo, vuélvelo real, ya sea para causar temor y miedo o para iluminar tu propio camino.

—Pero son solo sombras, ¿Cómo podría iluminar algo?

—La luz y la oscuridad siempre irán de la mano, sin importar que, las sombras siempre irán detrás de la luz y la luz siempre estará presente entre las sombras. Uno no puede existir sin el otro.

Sacudí la cabeza sin entender lo que decía.

—¿Qué es lo dices?

Cerro los ojos y respiro profundo para volver a ponerse en marcha y dejándome con una pregunta sin contestar.

Caminamos un poco más hasta que pudimos ver una pequeña brecha entre las rocas y de el entraba un fino hilo de luz. Rocas grandes y pesadas obstruían la salida.

—Podríamos buscar otra salida o cavar un túnel— dije viendo las rocas.

Pero Alyssa pareció no escucharme y poso una mano sobre una de las rocas, cerro los ojos y pareció concentrarse, cuando estaba por preguntar que pretendía hacer, las sombras salieron de sus manos y envolvieron las rocas para después volverlas polvo.

—O podríamos hacer eso.

Ella salió al exterior y pareció tomar una gran bocanada de aire.

Viéndola así, tan pacifica y hasta vulnerable en cierto punto, hacia darme cuenta que la Alyssa que estaba frente a mi era tan diferente a la que seguía ordenes e intentaba matarme de vez en cuando. Esta Alyssa parecía disfrutar del simple roce del aire en sus mejillas, de los sonidos del bosque y hasta de la vida, era como si disfrutara de estar viva.

Pero entonces, ¿Por qué actuaba de esa forma? Al intentar acabar con su mundo, intentar matarme y jugar con Serkan.

Alyssa comenzó a caminar, pero yo fui tras ella.

—No— dijo fuerte sin siquiera mirarme y yo detuve mi marcha—A donde voy no puedes venir conmigo.

—Pero... sigues herida, necesitas mi ayuda.

No podía entenderla del todo, tuvo bastantes oportunidades de matarme dentro de la cueva pero aun así no lo hizo.

—No estoy viva del todo, no lo olvides.

No supe que responder, agaché la mirada mirando el pasto crecido, el frio viento de la noche revolvió mi cabello y cuando creí que se había ido volvió hablar.

A través del espejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora