Capítulo 56

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Al día siguiente mi hermana había decidido quedarse encerrada en su habitación, no había salido desde nuestra discusión y aunque estaba por irme no quería verla, no sabría lo que le diría o lo que haría si nos encontráramos, lo mejor era darnos nuestro espacio.

Así que cuando cruzamos el espejo y volvimos al mundo mágico miré de reojo el espejo y vi que aparecía en él una nueva cuarteadura.

Estábamos dentro de una tienda y se podía escuchar mucho ruido afuera, el lugar ya no olía a sangre ni a muerte como en el campo de batalla, nos habíamos alejado del lugar lo suficiente para que no llegara el fétido aroma.

Serkan me apretó la mano antes de salir de la tienda y cuando respiro profundo y pude tranquilizarme un poco salí tras de él. Había mucha luz y la gente pasaba de un lado a otro, parecía que estábamos a la orilla de un bosque diferente, el aire se sentía mas ligero y dulce, pude sentir un cosquilleo en la punta de mis dedos y en mi herida pude sentir como comenzaba a cerrarse, los tejidos se unían y la sangre corría con mas fuerza en mi venas y arterias, incluso mis fuerzas se normalizaban. Podía sentirme más viva y fuerte.

—Gracias a los dioses— un grito me saco de mis pensamientos.

Kili venia corriendo hacia nosotros, estaba limpio y con ropa nueva, su sonrisa brillante se ensancho y abrió los brazos para apretarme en un cálido abrazo.

—No tienes idea de lo preocupados que estábamos todos— aun me tenia abrazada y lo hubiera seguido de no haber sido que me apretaba las costillas.

—Cuidado Kili— Serkan lo alejo de mi— aun esta débil.

—Oh si— Kili dio un salto lejos de mi y pareció verificar que aun estuviera entera— lo siento.

Su sonrisa volvió a aparecer y después nos miró uno a otro.

—También estoy feliz de verte, Kili— le sonreí y el pareció ponerse más feliz.

Kili siempre me recordaba a un Golden Retriever, tan feliz y corriendo de un lado a otro, saltando y haciendo bromas y pésimos chistes, comiendo como si el mundo se fuera acabar pronto y alegrando a todas las personas a su alrededor, yendo a todos lados detrás de Jenna, teniendo ojos solo para ella. Por eso cada que estaba cerca de el sentía que me pegaba un poco de su alegría y buen entusiasmo.

—¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? ¿si te pudieron ayudar en tu mundo?

—Estoy bien Kili, solo necesitare un poco de tiempo para recuperarme.

Soltó aire —Uff menos mal, comenzábamos a pensar que haríamos si ustedes no volvían.

—Tranquilo, no te preocupes.

Detrás de Kili a unos metros venia el Rey Voltron, llevaba puesta parte de su armadura y su espada colgando de su cadera, se veía diferente a la ultima ves que nos vimos, ahora parecía mas vivo y parece ser que recupero algo de peso.

—Su Majestad— Serkan inclino ligeramente la cabeza.

—Su Alteza— le contesto Voltron y luego poso su vista en mi— Es un gusto saber que se encuentra viva, Su Alteza.

—Me gusta el dramatismo— termine con una ligera sonrisa.

—En su ausencia nos vimos en la necesidad de adelantarnos al nuevo punto de reunión, no sabíamos cuando volverían así que decidimos irnos anticipando— el Rey Voltron no dejaba de parecer firme y el aura de autoridad alrededor de el era sorprendente, no como el de Namyr o Gav que siempre sacaban alguna broma.

—¿En donde estamos entonces? —pregunte mirando a mi alrededor.

Si bien ya me había dado cuenta que no seguíamos en el mismo lugar de antes, no sabía dónde estábamos.

A través del espejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora