Capítulo 54

37 4 0
                                    


No podía dejar de ver a Serkan y él no se despegaba de mí, tenía su cabeza recostada sobre mis piernas mientras le acariciaba la cabeza entre las orejas, su pelaje era completamente negro y sedoso, mi mano se veía pequeña a comparación a su gran cabeza e incluso a sus patas que las tendrán lejos de mis piernas, era como si no quisiera acercar sus afiladas garras a mi piel.

Después de derrotar a las criaturas y salir del barranco al que habíamos caído, fuimos directo al centro de batalla para reunir a los hombres, los barcos de Gav volvieron a mar abierto con nuevas instrucciones y ella había salido junto con una de las cartas que había escrito, nos despedimos solo con un ligero movimiento de cabeza y partió. Quería tener la esperanza que volvería acompañada y a tiempo.

Después de eso todos nos dirigimos a donde había quedado el campamento, hicimos un recuento de los daños, los heridos fueron atendidos y las nuevas tropas se instalaron. Serkan me había cargado en su lomo hasta la carpa donde se encontraron los sanadores, Jenna llego justo después de mí. A ella la atendieron varios faes con la habilidad de curar las heridas de las personas, de sus manos salía una luz tenue y las acercaron a sus heridas, Kili le había dado su mano a Jenna para que pudiera apretarla en caso de que hubiera dolor, se arrepintió después de unos segundos, por un momento todos creímos que Jenna la había roto los dedos a Kili.

Namyr se había encargado de administrar a los hombres y traernos un informe completo para cuando lo tuviera, decía que nunca en sus 400 años jamás había necesitado la ayuda de un sanador, y una parte de mi le creía.

Mientras que yo me mantenía sentada en una silla casi al ras del suelo esperando a que un sanador viera mis heridas, aunque cuando fuera mi turno estaba segura que ya habrían sanado por si solas, pero Serkan no se iba de mi lado, supongo que quería asegurarse de que estuviera bien y aun no había vuelto a su forma humana, me gustó el calor que emanaba de su cuerpo, era cálido y acogedor.

De un momento a otro el levanto su cabeza y volteo a verme, sus ojos se volvieron más brillantes en su forma de lobo, me miro por unos segundos y después giro de nuevo a ver a los sanadores trabajando en Jenna.

—Te dije que no era necesario traerme— le mencioné— pero no me escuchaste.

Volteo a verme una vez más y cuando estaba por decir que no podía leerle la mente, el me paso su lengua por mi mejilla, justo como lo haría un cachorro.

—Serkan, eso...— me pase el dorso de la mano por la mejilla— no se hace.

Volvió a pegar su nariz a mi mejilla y después de unos instantes se alejó, supuse que quiso darme un beso y por mi mente, Serkan apareció y toco suavemente nuestro lazo, mandándome una sensación de comodidad y alegría.

—Yo también te extrañe— le susurre.

Movió su cabeza para que pasara el brazo por encima y formara un abrazo, lo hice y él se levantó de inmediato.

—De acuerdo, ya entendí.

Me levante y aun así Serkan seguía siendo más alto que yo, su cabeza quedó por encima de mí. Bufo y luego me dio un empujoncito para que saliera del lugar.

—No me presiones, aun sigo un poco adolorida y cansada.

El sacudió su cabeza y después con una pata rasco la tierra, pareció que quería decirme algo, se vio inquieto y apresurado.

—Sabes, en esa forma no puedo entenderte.

El bufo y después se estiro para después tomarme del cuello de mi ropa y comenzar a jalarme fuera de todo el campamento.

—Romperás mi ropa y luego no tendré nada que ponerme— me queje.

Pero aun así parecía que jalo mas rápido en dirección al bosque.

A través del espejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora