13. En busca de aliados

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—¿Escuchaste las noticias? —le pregunta Fabián a Miguel que contempla el atardecer desde la ventana que está en el cuarto de estudio.

—¿Eh? —reacciona volteándose hacia él— No, estos días he estado un poco distraído.

—Dicen que Black Hunter combate a la pandilla del Oeste.

—¿Qué?

—Sí, así como oyes. Hay alguien usando tu nombre. Y eso no es todo. En el Este la pandilla se está volviendo a reintegrar. Bueno —Exhala—, es un grupo de más de treinta integrantes, su líder es alias Gato.

—Ese tipo... —Empuña sus manos— Debí asesinarlo.

—Pero también ha surgido un grupo que les está haciendo frente a esta nueva pandilla. En realidad, solo son tres personas.

—Bueno eso es algo bueno. Sí son tres y le hacen frente, es porque deben ser buenos peleadores o tiradores —infiere observando cómo se oculta el sol.

—Eso parece. Te das cuenta de que has inspirado.

—Sí, es algo que en realidad no esperé —dice algo contento—. Solo quería hacer justicia por lo de mis padres.

—Lo sé. —Le pone una mano en el hombro—. Supongo que sabes que nosotros tres no tenemos mucha oportunidad ante Estefanía, ella tiene guardaespaldas, tiene a Mr. Bullet, al grandulón de Stone-Fist...

—Y a Bombardero —termina la oración, interrumpiendo a Fabián. Recuerda con odio a dicho sujeto.

—Sí.

—Me pregunto cómo es que la Policía no sospechó de ella desde hace tiempo si tiene a estos matones trabajando para ella.

—En realidad, digo que trabajan para ella porque ellos nos han atacado —indica tratando de decir que solo es una hipótesis—. Estos tipos son asesinos profesionales, a ellos se les contrata. Así que ante el público Estefanía es la dueña de una tienda de armas, nada más.

—¿No hay nada que la vincule a ellos?

—Los asesinos profesionales son muy cuidadosos al momento de hablar con sus clientes, así que nadie ve cuando esto ocurre.

—Entiendo. Veo que has investigado mucho —le dice admirado.

—Como te decía, nosotros tres no podremos hacer frente a Estefanía este diecinueve. Sin contar que pueden estar algunos pandilleros protegiéndola ese día.

—Creo saber lo que me dirás a continuación.

—Propongo que reclutemos al sujeto del Oeste y los tres del Este —sugiere con seriedad en sus palabras—. Parece ser que luchan por la misma causa. —Cierra la ventana de la sala de estudio.

Miguel se sienta en una silla que se encuentra cerca de algunos libros.

—Intentemos contactarnos con ellos, tenemos pocos días —recuerda Miguel.

—Salgamos los tres esta noche. —Se deja caer sobre un sillón.

—Me parece excelente. —La habitación queda en silencio por un momento, hasta que la imagen del tipo de las cadenas llega a la mente de Falcone y dice: —Sabes, la noche que interrogué al guardaespaldas, un hombre con unas cadenas apareció, y tuvimos un pequeño enfrentamiento.

—¿Con cadenas? Vaya, ¿qué quería?

—Asesinar al guardaespaldas, pero no pudo ya que lo dejé ir.

—¿Te dijo algo?

—Que tal vez nos seriamos de ayuda más adelante. ¿En las noticias no ha salido nada sobre alguien con cadenas?

Black Hunter: El nacer de Los JusticierosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora