Capítulo 1

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En el closet

Nuestra querida Nat aún no terminaba de procesar lo que escuchaba.

"¿Pues que me fume?" - se preguntaba.

- Wey, amor, otra vez estamos en el closet - se oyó.

- Callate parce, me desconcentras -

- Yo concuerdo con que deberíamos romper la puerta de una vez mamagueva, tengo hambre -

Después de ponerle atención a esa pequeña conversación, Nat de da una cachetada esperando a que esto sea una alucinación.

Cuando lo hace parece ver todo con claridad y no escucha nada más.

- Menos mal, pensé que ya estaba loca - dice Nat dando un suspiro de alivio.

Recuerda que sus padres no tardan en irse y corre a la ventana donde ve a sus padres cerrar la cajuela con las últimas cosas.

- ¡Natalia! HIJA - la llaman desde abajo y corre a todo gas por las escaleras.

Llega con sus padres que se despiden de ella con un beso en la frente.

- Estaremos en contacto hija -

-Si, pásenla bien -

Se dan un último adiós y cierra la puerta recargandose en ella, se toca la cabeza que le duele horrible.

Se dirige a la cocina cuando un estruendo resuena por toda la casa, el sonido proviene de su cuarto.

- A LA BURGUER - brinca en su lugar.

Sabe que si va a revisar probablemente se encuentre con algo malo, pero su curiosidad es más fuerte que ella y decide correr el riesgo.

YOLO amigos.

Entra rápidamente a su cuarto con un sarten en mano decidida a atacar sea a quien sea que esté invadiendo su casa.

- Wiiiiii!!! ¡Mamá ya salí del closet! - un hombre de tez morena y ojos miel sale del armario.

Y detrás de él un hombre como de dos metros de alto, blanco, rubio y con cara de mierda sale, gruñe un poco porque es demasiado grande como para poder salir fácilmente del hueco en la puerta del closet de Natalia.

- ¡Apurate güero! - el grito escándaloso de una mujer.

- Awanta muñecona ahorita lo jalo - el de tez bronceada toma el brazo del más alto y lo saca de un jalón rompiendo aún más la puerta.

El cara de mierda gruñe un poco pero se relaja al salir de ahí.

- Ay gracias a Dios - una mujer de espectacular figura y cabello sale y detrás de ella un chico de aspecto simpático.

Natalia no puede creer lo que está viendo y deja caer el sarten que traía al suelo llamando la atención de los presentes.

Ellos se miran entre sí, preguntándose con los ojos que deberían hacer o que prosigue. Ninguno da respuesta o se treve a hablar.

- Hey tranqui princesa, no te haremos nada - dice el de ojos miel acercándose lentamente a Nat tratando de apaciguarla.

Natalia está a un pelo de caer en crisis y gritar cuando una discusión proveniente de su baño logra escuchar.

- NO URSS YA ESTOY HARTA DE QUE ME DIGAS GATITA - se abre la puerta del baño de un azoton.

- ¿LO VES? AHORA MISMO PARECES UN GATO ENOJADO -

Amantes de la Historia ||X a c a s s||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora