💋20💋

325 63 3
                                    

Seokjin no había dicho una sola palabra después de aquello, Hoseok había intentado conversar con él, pero simplemente no lo lograba, Seokjin parecía estar perdido en otro lugar, en su mente, sin siquiera querer percatarse de lo que había alrededor, Hoseok había decidido que sería buena idea ir a uno de los parques más cercanos, y eso habían hecho, las pocas hojas caídas de los árboles eran pisadas por sus pies mientras se escuchaba el crujir debajo de ellos.

— Es un lindo lugar no crees? —de nueva cuenta Hoseok no obtenía respuesta alguna de Seokjin, quien permanecía con la cabeza gacha.

Hoseok soltó un suave suspiro al ver que de nueva cuenta Seokjin no le había respondido, podía comprenderlo solo un poco, pero aun así no le gustaba ver que no le respondía a nada, tal vez lo hacía solo por estar deprimido por la conversación que habían tenido, Seokjin siempre había evitado las lágrimas lo más que podía, siempre trataba de ser fuerte, no demostrar nada de debilidad frente a los demás, ni siquiera cuando estaban juntos se atrevía a llorar frente a él, a veces Hoseok se había sentido sumamente desesperado por aquellos actos, pues sabía que Seokjin se guardaba muchas de sus emociones para más tarde, y terminaba colapsando en algún punto, como ahora lo había hecho, se había logrado desahogar de lo que pensaba frente a él, y eso había sido una debilidad, no quería mostrarse así, no podía hacerlo, siempre debía ser fuerte ante todo, pero Hoseok era consciente de que no era necesario demostrar esa fortaleza todo el tiempo, por más que se quisiera mostrar fuerte, llegaba un punto en el que te podías quebrar y era bueno tener ese punto de quiebre, porque podías sacar todo lo necesario, nunca deben de acumularse en exceso las emociones más fuertes, porque si no el cuerpo no lo soportará y terminará explotando, como una olla express.

Hoseok dejó de caminar, se quedó parado allí, mirando como Seokjin seguía caminando solo por unos momentos más hasta que se detuvo, no sabía el por qué Hoseok se había detenido tan repentinamente, le había hecho caso a todo lo que trataba de hacer tema de conversación, pero simplemente sentía que si le respondía, sería como otra razón para quedarse con él, así que debía evitarlo, no mirarlo, no apreciar a quien ama, porque Seokjin en verdad lo hace, y había sido difícil desde un principio el haber dejado ir a la persona que ama, y ahora tenerla allí a su lado de nuevo, solo lo hacía querer quedarse, estar con él y volver a amarlo como en un principio lo había hecho, pero aún el miedo era mucho en su interior, miedo a no poder progresar en Busan, tanto como lo había hecho en Seúl.

Miró sobre su hombro, observó las hebras de cabello del escritor siendo revueltas por el viento que pasaba por allí, moviendo ramas de árboles y haciendo que las hojas cayeran en una lluvia, se giró sobre sus talones para poder mirarlo con detenimiento, y observó que los hombros de Hoseok subían y bajaban ligeramente, no lo comprendía hasta que escucho un pequeño sollozo de parte del escritor de cuentos.

Solo habían sido un par de veces en que Seokjin había visto llorar a Hoseok, siempre solía demostrar su tristeza con suaves gestos, o cuando le pedía un abrazo para sentirse mejor, pero ahora estaba llorando, como las anteriores veces, la primera había sido cuando había cumplido un año de la muerte de su madre, y él estaba allí para abrazarlo y consolarlo, la segunda fue cuando se separaron, y esta era la tercera vez que lo veía llorar, y eso era lo que menos quería.

Su cuerpo se movió por inercia, sus pies comenzaron su camino lento hacia Hoseok, y de inmediato se detuvieron cuando estuvo a menos de medio metro de él.

— Hoseokie...

— P-perdona —mencionó el escritor levantando la mirada para poder observar a Seokjin a los ojos.

— No llores, por favor...

— ¿Por qué no? T-te quieres alejar otra vez de mí, ¿cómo no quieres que me duela? —Seokjin apartó la mirada—. No quiero que te vayas, tal vez suene egoísta el no querer que sigas tu vida solo por estar a mi lado — mencionó Hoseok acercando su mano derecha hacía sus mejillas para limpiar el rastro de las lágrimas—, no sabes cuánto llore al saber que ya no estarías durmiendo a mi lado, no sabes cuánto tarde en comprender que ya no vería tu figura en la cocina mientras hacías café o algo para el desayuno, no sabes cuánto extrañe que llegases a casa para abrazarme y preguntarme sobre algún cuento nuevo —Seokjin volvió a mirar a Hoseok, quien tenía una tenue sonrisa—, creo que... quien es dependiente soy yo, dependo de ti para poder sonreír de nuevo, ha sido más difícil, Moon me alegro un poco, pero nunca será lo mismo, aún te extraño, inclusive todo este tiempo que ha pasado he soñado con que regresabas a casa y que simplemente había sido una fantasía el que te hubiese ido de mi vida... te extraño, te quiero conmigo, te amo demasiado como para querer dejarte ir de nuevo, tal vez si sea dependiente de tu presencia, pero sé que también lo eres de la mía, si no lo fuera así, entonces tus ojos no hubieran brillado en cuanto me viste de nuevo.

Seokjin sintió un nudo en su garganta cerrándose, ver de esa forma a Hoseok, y escuchar todas esas palabras viniendo de él, solo lo hacían sentirse feliz y a la vez culpable, porque había sentido todo aquello, sintió miedo a ver su departamento solo la primera vez que se había quedado a dormir en Seúl, pensaba que Hoseok lo había abandonado, extrañaba ver su rostro dormido a su lado, extrañaba llegar y no ser recibido por alguien, sabía que se había vuelto dependiente de la presencia de Hoseok, y por más que quería mentalizarse de que estaba mal depender así de una persona, le era imposible, lo ama, y no lo quiere lejos, jamás se había sentido de aquella forma.

El más alto dejó sus pensamientos de lado al sentir una suave caricia en sus mejillas, miró al frente, Hoseok se había acercado a él, y sus manos temblorosas estaban sobre su rostro, dándole caricias con sus pulgares, Seokjin tomó ambas manos del escritor, no para apartarlas, si no para brindarles caricias de igual forma, para poder brindarle consuelo.

Hoseok quería hacer algo, en verdad que sentía que debía hacerlo, no le interesaba si Seokjin se molestaba, si acaso lo apartaba, no se arrepentiría de lo que haría ahora.

Dejó de acortar la distancia, dando un paso más para por fin estar más cerca del rostro de Seokjin, mirando los ojos marrones que tanto le han gustado todo este tiempo, admirándolos como siempre lo había hecho, con parsimonia y delicadeza, dejó de acariciar con sus pulgares el rostro de Seokjin y acercó lentamente su rostro hacía el del más alto; este también había detenido sus caricias hacía las muñecas de Hoseok, y observo como el más bajo seguía acercando más su rostro al suyo, Seokjin no se alejó, no quería hacerlo, quería que Hoseok hiciera lo que debía hacer, no lo alejaría, ya no podía, aún los sentimientos estaban allí con ellos, seguían aferrados a sus corazones como las raíces de un árbol hacía una tubería de agua potable, y no la dejarían ir por nada del mundo.

Y por fin Hoseok había juntados sus labios con los de Seokjin.

El más alto se tensó un poco al volver a sentir aquella corriente eléctrica recorriendo su cuerpo con solo el toque de sus labios unidos, Hoseok comenzó a moverlos delicadamente, como si pensará que si se volvía brusco solo entorpecería el beso que se estaban dando y terminaría lastimando a su amado; no quería eso, si era el último de los besos que se daban, quería que durase, quería plasmar sus labios sobre los de Seokjin, y él quedarse con la viva imagen de los del más alto sobre los suyos, era lo que más quería.

Seokjin torpemente correspondió, sintiéndose un primerizo en besar a alguien, sintiéndose nervioso como si fuera la primera vez que daba su primer beso con el amor de toda su vida, cerró los ojos disfrutando del contacto entre sus bocas, con leves chasquidos al separarse por solo milímetros, ladeando sus rostros para darse acceso a los labios contrarios y Hoseok por fin se había separado del beso.

Sonrió al ver los ojos cerrados de Seokjin, y acarició de nuevo sus mejillas, indicándole que podía abrirlos, de inmediato Seokjin los abrió, y sonrió hacía Hoseok.

— No pediré que te quedes, es tu decisión, lo sé —mencionó Hoseok con una voz casi inaudible—, pero créeme que siempre estaré para ti, Jinnie.

— Y yo para ti, Hoseokie, te amo.

Hoseok no pudo evitar sonreír al escuchar eso, con esas simples palabras lo hacía más que feliz.

Gato Calicó :: HopeJin ׂׂૢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora