Moon es el nombre de la gata que vive en el departamento de Jung Hoseok, un chico que se dedica a escribir cuentos para los niños y que ha dejado de pensar en enamorarse, pero Moon es muy lista, sabe que su dueño necesita a alguien a su lado, despué...
Moon miraba hacia todas partes, las calles estaban poco transitadas por aquella zona, siempre era tan tranquilo que podías estar todo el tiempo viendo la carretera y no encontrar algún rastro de los pocos carros que pasaban por aquel vecindario, Hoseok tenía las manos en los bolsillos de su pantalón, hacía algo de frescor, pero eran los días que más amaba el escritor, pues las ideas llegaban mucho más rápido y podía sentarse frente al computador a escribir sin problemas de dolor de cabeza debido al calor.
— ¡Buenos días, Hoseok! — a Moon no le agradaba aquella chica, siempre se la pasaba saludando a su dueño cada que salían a caminar por las mañanas. — ¿Qué tal va tu día?
— Hasta ahora, como siempre, Nayeon ¿y el tuyo? — Hoseok sonrió con amabilidad, ella vivía en el edificio que se encontraba al lado del suyo, según sabía en el tercer piso, pero no el número del departamento y eso que ella le había dicho siempre donde encontrarla.
— Me alegro por eso, pues algo solitario, ¿sabes? Estaba planeando organizar una fiesta este fin de semana, para poder despejarme un poco del trabajo diario, ¿sabes?
— Lo admito, últimamente a todos les llena de estrés la cabeza el trabajar mucho — a excepción de Hoseok, él ya había terminado dos libros nuevos y ahora seguiría con el siguiente, sería un especial de recopilación de sus cuentos más famosos y unos nuevos que planea escribir.
Moon se quedó sentada en la acera mirando como aquellos dos mantenían la conversación, movía su cola de un lado a otro en el aire, estaba disgustada, pero solo un poco, el aire fresco hacía que no se sintiera de esa forma solo un poco.
— Sí, es muy estresante, sobre todo en los turnos nocturnos.
Nayeon trabajaba como secretaria de un negocio pequeño, siempre hacían rol de turnos y últimamente le había tocado trabajar en las noches, por lo que después de desayunar terminaría por irse a dormir para tener energías suficientes y poder descansar para ir a trabajar.
— Lo comprendo, ¿aún rolas turno? — pregunto Hoseok, miro hacía su gata que lo miraba pidiéndole que se despida de una vez por todas para poder seguir con su paseo.
— Por supuesto, he estado...
Moon dejó de prestar atención a aquella chica y a su dueño, sus orejas se movieron un poco, había escuchado algo tan claramente que quería saber si acaso era un sonido verdadero, siguió moviendo un poco sus orejas puntiagudas y logró captar de nuevo aquel sonido, se incorporó para poder dejar de mover su cola y quedarse de pie en sus cuatro patas, aquel sonido provenía del centro comercial que se encontraba justo a unas pocas calles del lugar, de nuevo aquel sonido.
Era como el tintineo de un cascabel, pero a la vez podías confundirlo con una campana, pero muy pequeña, ladeo su cabeza, comenzó a dar unos pasos hacía la acera, no había muchos carros, era ahora o nunca, ¡a correr!
— ... es bueno saber que al menos puedas tomar descansos mañaneros — termino de hablar Hoseok.
— ¡Muy bueno! Creó dormir mejor que en la noche.
— Eso es... — detuvo sus palabras cuando su vista fue a dar al suelo, ¿en dónde estaba Moon? Miro del otro lado, detrás de él, nada. — ¿Moon?
Su mirada fue a dar del otro lado de la calle, allí estaba su gata, corriendo yendo en dirección hacia aquel centro comercial, ¿desde cuándo Moon se escapa? Nunca en todos los paseos que daba con su pequeña gata, le había ocurrido algo como eso.
— ¿Qué pasa Hoseokie? — el mencionado ignoró aquel apodo y miro hacía Nayeon.
— Lo siento, pero tengo que ir por Moon.
Sin esperar algún tipo de respuesta, salió corriendo en busca de su gata, la chica bufó, quería invitarlo a que asistiera a la fiesta que iba a organizar, solo esperaba que para la próxima sucediera otro encuentro no tan casual para invitarlo.
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Moon corría, no podía hacer otra cosa más que correr, tenía que llegar a aquel lugar, las personas le abrían paso a pesar de que habían pocas deambulando por las calles, tenía un objetivo, llegar hacia la persona que causaba aquel sonido, porque Moon sabía que se trataba de alguien.
— ¡Moon! ¡Vuelve aquí! — Hoseok venía tras de ella, eso era más que perfecto.
Hoseok no comprendía ¿Qué era lo que estaba pasando con Moon? ¿Acaso vería un ratón y solo quiere atraparlo? ¡Demonios!
— ¡Moon! — Hoseok seguía gritándole, pero al parecer no estaba en los planes de la gata escucharlo como siempre hacía y eso hacía que todo fuera aún más difícil.
Seguía esquivando algunas de las personas, pero podía ver cómo le daban el paso de manera rápida, lo bueno era que las calles no eran tan concurridas en ese preciso momento, así que era mucho más fácil, pero también era fácil para Moon, pues podía dar velocidad y correr más rápido sin tener tantos obstáculos frente a ella.
— ¡Moon!
Hoseok apretó el paso para poder alcanzarla, pero parecía que era inútil, definitivamente tendría que ir a un gimnasio, debía recuperar la fuerza en sus piernas al correr si quería alcanzar de nuevo a Moon.
Moon en cuanto miro el gran centro comercial, se desvió hacia los pequeños jardines que se encontraban allí, no quería mirar hacia atrás, por los gritos que escuchaba, sabía que era Hoseok quien estaba detrás de ella, siguió corriendo hasta que escuchó más cerca aquel sonido y cuando miro de quien se trataba no dudo ni un solo segundo, trepó en su regazo haciendo que dejara de mirar la cámara en sus manos.
— ¿Qué? ¡Hola pequeña! — Moon miró detenidamente a aquel humano.
Podía compararlo con algún otro gato que ha visto, le agradaba, tenía un aura muy linda y tranquilizante al igual que Hoseok, ronroneo de inmediato al sentir como la mano de aquel chico pasaba por su cabeza dándole suaves caricias y rascando un poco su pelaje.
— ¡Moon! Por fin te... — Hoseok quedó sin aliento — ... detienes.
No, no podía ser él, ¿verdad? Es decir, ha pasado tiempo y él está allí, con Moon en su regazo.
— ¿Seokjin? — preguntó y el mencionado de inmediato dejo de acariciar a la pequeña gata y mirarlo, también estaba igual de sorprendido.
— ¿Hobi? — sonrió de inmediato, ¿era él? ¡Increíble! ¿Cuánto tiempo había pasado? — ¡Qué sorpresa! No esperaba verte.
— Ni yo a ti.
Moon miraba a ambos, por primera vez había visto aquel brillo en los ojos de su dueño, algo tan increíble y emocionante, que solo hacía pensar a Moon que había encontrado lo que le faltaba a su dueño.
