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— ¡KATSUKI BAKUGO DETENTE AHORA MISMO!

El rubio cenizo frunció el ceño y con una expresión de furia giró su cabeza en dirección hacia la voz que le había gritado.

Una peli morada sin aliento y con la respiración entrecortada caminaba arrastrando los pies hasta llegar dónde él se situaba.

— ¿¡A dónde ibas tan rápido!? — se acercó a Bakugo y golpeó su hombro — No me has dejado contarte nada y encima te has ido corriendo sin mí.

Katsuki gruñó en señal de protesta.

— No me golpees en primer lugar — dijo mirando directamente a Jirou — Y en segundo lugar, ¿no pretendías que me quedase de brazos cruzados mientras el idiota eléctrico piensa que tenemos algo cuándo es evidente que te gusta?

— Solo te pido que me escuches antes de hacer nada, además, no quiero que le hagas nada a Kami — suspiro la peli morada.

— Orejas, eres mi mejor amiga, no puedo dejar que pasen sobre ti como si nada, y más si Kaminari piensa cosas que no son.

— Y lo agradezco Kats, pero puedo con esto sola, deja que te cuente la historia con calma.

Ambos amigos fueron avanzando por el amplio pasillo de la UA en dirección a su clase.

Hasta que Bakugo se paró en seco. Totalmente pálido, se movió hasta situarse delante de Kyoka.

— Kats, me interrumpes el paso, y vamos a llegar tarde a la clase que queda, si no te importa échate a un lado — replicó ella intentando empujarle.

— No puedo, de verdad que no.

— Bakugo...

— Jirou, que no.

Katsuki relajó los músculos un segundo, lo suficiente para que Kyoka pudiera empujar levemente al chico hacia un lado para poder pasar.

Sin embargo, se había quedado paralizada.

Ante sus ojos tenía una situación que creía irreal a la par que dolorosa.

Otra vez Kaminari Denki haciendo de las suyas, y esta vez, con Ibara, una de las chicas más guapas de la clase B.

Riéndose, tomados de las manos, como si no existiera nadie más.

La chica salió corriendo en dirección al patio de la UA.

Tan rápido que a Bakugo no le dio tiempo a reaccionar para detenerla, y solo le quedó salir corriendo detrás de su amiga.

— ¡Orejas,para!

Earphone Jack hizo caso omiso a las advertencias del chico y aceleró el paso.

— ¡Jirou ya vale! ¡No puedes quejarte de algo y luego hacer lo mismo! — gritó con fuerza Katsuki.

De repente, Kyoka se paró en seco. Se giró mirando directamente a Bakugo a los ojos.

Los tenía encharcados y las lágrimas se deslizaban por su pálido rostro.

— ¿Qué estoy haciendo mal, Kats?

Y contra todo pronóstico, e incluso en contra de sus ideales, la acercó bruscamente a su pecho y la estrechó entre sus brazos.

— No te atrevas a decir qué haces algo mal o te exploto la cara, ¿me has entendido?

Jirou frunció el ceño y ocultó su rostro en la camisa del uniforme del chico.

Todas Mis Noches - - KamijirouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora