Todas Mis Noches - - Kamijirou

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Atrapó su labio inferior con los suyos y la acercó más así.

Tenía sed.

Y lo único que se la quitaría era ella.

Necesitaba demostrar que era suya, en todos los aspectos.

Aunque solo fuese por una noche.

Por qué no concebía que Katsuki Bakugo pudiera tener todo lo que él anhelaba.

Agarró a la chica de la cintura y la sentó sobre él a horcajadas.

Le acarició el pelo con ternura, y aprovechando que estaban frente a frente, le besó la nariz.

Kyoka sonrió con timidez y agarró el rostro de Kaminari con ambas manos.

Si no podían estar así para siempre, disfrutaría cada momento que les quedase.

Le tomó la barbilla con delicadeza y la acercó más a él mismo.

Pasó la lengua por sus labios como si no tuviera prisa.

Saboreando cada parte de la chica melodía.

Como si fuera el postre y él un comensal hambriento.

Poco a poco, consiguió abrir los labios de Earphone Jack e introdujo su lengua.

Como animales que llevaban días buscando algo que llevarse a la boca, se devoraron mutuamente.

Denki fue el primero en apartarse del beso de ambos, pero simplemente para comenzar a besar el cuello de Jirou.

Era una parte de ella que siempre le había fascinado.

Por la forma de este, por su piel impia y nívea, que invitaba de algún modo a llevarlo al punto de la locura, por como se marcaban las dulces venas azuladas debajo de esta, por sus clavículas, dónde iban a parar todos los besos de Kaminari, tan marcadas y perfectas, como una piscina a principios de verano, provocando para darse el primer chapuzón del año.

Y el chico rubio solo quería ahogarse en ella.

Pasó la lengua a lo largo de este.

Mordiendo, succionando, besando, dejando marcas violáceas a su paso.

Quizá por venganza, quizá por necesidad.

Sus dientes terminaron en el lóbulo de la oreja derecha de la peli morada, y su mano, sobre si cuello.

Escuchó como ella se sofocaba y aguantaba la respiración.

Entonces el chico eléctrico decidió que era el momento perfecto para pasar a la acción de verdad.

El ambiente estaba caldeado y los ojos de ambos pedían auxilio.

Un auxilio que solo el otro podía socorrer.

Kaminari se quitó la camiseta del pijama y la atrapó entre sus brazos, sorprendiéndola.

Jirou soltó una carcajada y ambos se perdieron en las sábanas de la cama del chico.

                                       ~❀۪~

— Lucecita, tengo que decirte algo — susurró Denki con los labios apoyados en la cabeza de Kyoka.

— Dispara rubito, ya sabes que puedes contármelo todo.