Kyoka Jirou había sido siempre una chica muy sencilla.
Habia tenido una infancia muy feliz y tranquila.
Sobre todo, envuelta por la música y las melodías.
Su madre y su padre eran amantes empedernidos de todo el ambiente musical.
Ambos poseían una discográfica de gran reconocimiento en todo Tokyo, por lo tanto, en la crianza de su hija no iba a ser menos.
Kyoka aprendió a tocar el piano y el violín a la temprana edad de 6 años.
La guitarra eléctrica, el ukelele y la batería, a los 8.
Su talento para el canto lo tenía prácticamente desde que había nacido.
Su vida fue avanzando poco a poco sin muchos giros.
En la secundaria, no tuvo muchos amigos lo que le permitía de alguna manera concentrarse en sus notas y en su hobby.
Ahí fue cuando se dio cuenta de que su verdadera vocación no era la música, si no que quería ser una heroína.
Y gracias a su actuación en la prueba y al examen de ingreso, había entrado en la academia UA.
Y en ese momento, comenzó el desastre.
La chica de gustos simples, algo tímida y delicada estaba experimentando una sensación molesta que no lograba entender.
Como si le estrujaran el corazón y los pulmones.
Como si su estómago fuese una montaña rusa.
Que no podía parar. Pero que tampoco sabía si quería hacerlo.
Le frustraba no entender sus propios sentimientos. Hasta que se dio cuenta de lo que pasaba.
Un alma soleada se había cruzado en su camino.
Y la caída fue inevitable.
Al principio compartieron pocas palabras, luego un par de risas, conversaciones, bromas, y cada vez más y más, se dio cuenta de lo que Denki Kaminari hacia a su persona.
Que el campo que llevaba seco en su interior, había empezado a florecer.
Y qué flores más bonitas.
Pero pronto sucedió lo que no quería que pasase.
Un día que ambos estaban haciendo un trabajo en la biblioteca de la UA, se les hizo demasiado tarde y tuvieron que volver solos.
Y como si el destino lo hubiese previsto, había comenzado a llover. Y claro, ninguno de los dos tenía un paragüas.
—Vale Jirou, tengo una idea.
— Kaminari , cualquiera de tus ideas es estúpida.
El chico la miró y giró los ojos. Jirou soltó una risita.
— Te explico mi plan — se giró hacia ella y le tocó el hombro — Súbete a mi espalda.
— ¿!Cómo!? — exclamó Kyoka palideciendo, y seguidamente, poniéndose completamente roja.
— Si te subes a mi espalda, puedes agarrar mi chaqueta con tus manos sobre nuestras cabezas, así podremos ir más rápido y no nos mojaremos.
— Kaminari.
— ¿Qué pasa?
— ¿Eres idiota? Tu quirk es la electricidad. Y está lloviendo.
— Confía en mí princesita, no va a pasar nada.
Jirou resopló por el odioso apodo y por orden del chico rubio, se subió a su espalda.Él le pasó la chaqueta y ella la colocó por encima de ellos.
— ¿Lista?
— La verdad es que no.
Acto seguido, Denki comenzó a correr a toda velocidad en dirección al edificio de los dormitorios.
Por la culpa de la situación surrealista, ella empezó a reírse. Él notando que ella se estaba riendo a carcajadas, comenzó a reírse también.
Así hasta que llegaron a la puerta exterior de los dormitorios.
Se encontraban completamente empapados, pero sonrientes.
Kyoka llevaba la chaqueta del chico todavía en los hombros y Kaminari se acercó a ella con una mano levantada,y lejos de querer quitársela, le colocó un mechón rebelde detrás de la oreja.
Nadie sabe por que sucedió. Por qué Denki se había ruborizado. Por qué Jirou miraba nerviosa a todas partes. Por qué ella había decidido entrar. Y por qué él la había agarrado de la muñeca y le había pedido que se quedase.
Después, la besó. Inesperadamente, la había besado.
Y ya no había marcha atrás. No le había besado solo los labios. Le había besado el corazón.
El resto es historia.
Kyoka Jirou comprendió que se había enamorado.
Se había enamorado de un chico que nunca la iba a corresponder.
~❀۪~
— ¿Jirou-san, estás despierta? — preguntó Momo empujando la puerta.
— Acabo de despertarme Yaomomo, puedes pasar.
Jirou se libró de el calor de las sábanas y se levantó de la cama.
Estiró un poco el edredón y le indicó a su amiga que podía sentarse.
— Te he traído té matcha, sé qué es tu favorito.
— ¡Gracias! -dijo mientras cogía la taza caliente entre sus manos — También has hecho galletas, al parecer.
— Tus favoritas, de avena y chocolate.
— ¿Momo, está todo bien?
— ¿Por qué preguntas?
— Por qué estás más preocupada por mí de lo normal.
— Jirou- san es que no has venido a comer y encima has vuelto a dormirte. Eso no es propio de ti.
— No entiendo tu postura.
— ¡Pues que se que hay algo que te molesta y no me lo quieres decir!
— No es eso Momo, es que no es tan sencillo...
— Bien, no pasa nada. Supongo que tienes muchas cosas en la cabeza. Te dejaré reflexionar hasta que seas capaz de contármelo — Momo se levantó y se sacudió la falda — Y tómate el té y las galletas. Tienes que comer.
— Momo, pero no te enfades.
— ¿Enfadarme? Ni que no me conocieras, Jirou-san — la pelinegra le dedicó una sonrisa y salió de su cuarto.
Jirou se tiró sobre la cama.
"Genial Kyoka, ahora no solo tienes que lidiar con tus sentimientos por el idiota de Kaminari, si no también con como se siente Momo".
Agarró otra galleta y le dio un mordisco.
Su tarde no había hecho más que empezar.
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Holaa!! De nuevo, otro capítulo. Me está gustando mucho el rumbo y el desarrollo qué estás tomando la historia, espero que a cualquiera que lo esté leyendo también le guste :).
Este capítulo se ha hecho un poco largo, pero quería contar un poco del backstory de cómo empezaron con sus encuentros nocturnos,(guiño, guiño) además de añadir la pequeña conversación.
Gracias a todos por leer y nos vemos! ♡
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Todas Mis Noches - - Kamijirou
FanfictionTodo comienza con unos castos besos y encuentros furtivos a altas horas de la mañana. Poco a poco, en ellos se encenderán unos sentimientos nunca antes vistos. Ni experimentados. El caos se desata y ahora solo les toca disfrutar del viaje, de una fo...