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— ¡¡Denki para!! — dijo ella riéndose a carcajadas tratando de quitarse al rubio de encima suya —¡No puedo respirar!

Para sorpresa de ambos, un sonido de pisadas se oyó fuera del cubículo.

Los pasos y la conversación de sus compañeras de clase lleno el silencio de los pasillos.

Kaminari y Jirou se miraron paralizados. Ante tal desarrollo de los acontecimientos, a la chica de los jack, solo se le ocurrió una cosa: Patear a Denki Kaminari lo más lejos posible.

Acto seguido, el joven aterrizó detrás del sofá:

— ¿¡Pero qué haces!?

— ¡Cállate y coge esto!

Jirou le tiró el plato dónde había depositado los mochis pero Kaminari no fue tan hábil para agarrarlo, por lo que el perfecto plato de porcelana blanca se precipitó contra el suelo.

Mientras ella corría a por la escoba y un recogedor, sus compañeros de clase entraron con un montón de bolsas.

— ¿!Qué es lo qué ha pasado!? — exclamó Momo arrastrando una enorme bolsa de cartón.

— Es que Denki es un inútil, ha tirado el plato dónde estaba desayunando e iba a barrerlo —fingió una sonrisa mientras levantaba el recogedor y la escoba.

— Pero si yo no... - Jirou depositó su mirada sobre el chico y le dio indicaciones con esta — Ah sí claro, soy un patoso.

Se sacudió el pelo mientras se reía y amontonaba los trozos.

Sus compañeros comenzaron a mirarse y a susurrar ante la bizarra situación. Sin embargo, no le dieron mayor importancia y cada uno se dirigió a su habitación a dejar sus compras de la mañana.

Jirou aprovechó para recoger el plato hecho pedazos de forma disimulada.

Tiró el desastre al cubo de la basura y se escabulló a su habitación.

Denki se levantó para poder hablar con ella sobre lo ocurrido, pero antes de poder hacerlo una mano lo tiró hacia atrás del hombro y lo retuvo:

— Tú y yo. Mi habitación. Ahora.

— Hola Sero. Un buenos días Kaminari hubiera estado genial.

— Andando chispitas — Sero se llevó a Denki camino a su cuarto mientras este arrastraba los pies por el suelo de madera.

Kaminari se quitó las zapatillas y se tumbó en la hamaca de su amigo.

— ¿Y bien? ¿Por qué tan alterado?

— Denki, hablaré sin rodeos. ¿Qué es lo que te traes con Jirou?

El chico eléctrico se sintió como si le hubiesen metido el mayor golpe de su vida en sus partes más reales.

Intentando no atragantarse con sus propias palabras, pronunció:

— ¡¿Por qué dices eso?! Jirou y yo solo somos amigos, Sero. No sé en qué estabas pensando pero nada de lo que tengas en esa cabeza mononeuronal está en lo cierto.

— ¿A quién pretendes engañar? — Sero se rascó la nunca y suspiró — Y además, ¡¿a quién llamas mononeunoral, copia barata de Pikachu?!

El pelinegro cogió uno de sus cojines y se lo arrojó directamente a la cara al rubio, que lo tomó por sorpresa.

— No pretendo engañar a nadie — dijo mientras le devolvía el golpe con el cojín — Es la pura verdad, cómo que me llamo Denki Kaminari.

— Pues ya puedes ir cambiándote el nombre. Quieras o no quieras contármelo, lo averiguaré. Igual que adiviné con mis completas dotes de detective que a Kirishima le gustaba Mina.
Sero se acercó a la hamaca y levantó a su amigo de esta.

Lo guió mediante suaves empujones hacia su puerta y lo sacó de la habitación:

— No me rendiré, Hanta Holmes ha llegado a la ciudad — dijo imitando con sus dedos una lupa, y acto seguido, le cerró la puerta a Denki en la cara, sin ni si quiera despedirse.

Desde la cocina, se oyó un grito ensordecedor:

— ¡¿QUIÉN SE HA COMIDO MIS MOCHIS?!
Uraraka no parecía muy contenta con la noticia de que los pasteles que había comprado especialmente para su exclusiva consumición (que incluso llevaban su nombre en la caja con rotulador permanente) habían desaparecido misteriosamente de su lugar de origen.

Denki intuyó que no era buen momento para ir al comedor y se deslizó, rápido pero sigiloso, a su habitación.

Ahí estaría a salvo de cualquier indicio de un ataque de Uravity.

~❀۪~

— Sato, como siempre, tu comida es una total exquisitez para mis papilas gustativas y mi estómago — exclamó Tenya Iida sirviéndose un plato más de estofado de carne de res.

— Gracias Iida. Tokoyami y Shoji me ayudaron a seleccionar los ingredientes y especias para este plato en la compra de por la mañana.

Todos alabaron el gran plato que el chico había preparado para comer.

Era oficialmente el cocinero de la clase y sentir que a sus compañeros les encantaba su comida, le hacía sentir muy querido.

Además era toda una ventaja entrenar para su quirk al hacer los postres. Sin duda, estaba muy agradecido.

— A propósito, ¿Y Jirou? — preguntó Mina mientras recogía su plato para llevarlo al fregadero.

— Dijo que no se encontraba muy bien, estará durmiendo — explicó Momo cogiendo las cucharas y los platos nuevos para el postre.

Kaminari hizo una mueca y se limpió con su servilleta, para luego tirarla a la basura.

Sabía perfectamente que la chica de melena morada no estaba enferma. Solo lo estaba tratando de evitar a toda costa.

Por qué así era ella. Evitaba enfrentarse a sus problemas hasta que de una forma una otra, terminaban por desaparecer. O peor aún.
Por explotarle en la cara.



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Holaa!! Os traigo otro capítulo más de este fanfic que me tiene enganchada. Espero que quienes lo estéis leyendo lo disfrutéis tanto como yo escribiéndolo. Recordad votar, seguirme o guardar la historia si os está gustando.
Muchas graciass a todos. ♡
Pd: estoy pensando en cambiar el nombre de la historia ya que no me convence. ¿Qué decís? ¿Creéis que otro nombre quedaría bien?

Todas Mis Noches - - KamijirouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora