36 AÑOS ATRAS
Hikari sonrió tranquilamente, mientras colocaba su mano justo en la cabeza rubia de cierto chico ahora casi quince centímetros más alto que ella. Amaba ese tipo de familiaridades que le eran permitidas únicamente a ella, y de manera reciproca ella permitía que el chico ojiazul tuviera ciertos derechos que a nadie más le consentiría.
—Sin la gorra tu pelo se ve como el de mi hermano —dijo sin dejar en ningún momento de acariciar las hebras doradas.
—Eso no es un cumplido. —Cortó él con mirada pícara.
Ambos caminaban a la salida del colegio listos para pasar una tarde entretenida con sus amigos, era primero de agosto y solo por eso Mimi había aceptado ir a visitarlos en compañía de Michael y Wallace, y a decir verdad les hacia cierto grado de ilusión volver a verlos a todos reunidos.
Hikari se detuvo en seco, la voz de su hermano le había llegado fuerte y clara, tal vez demasiado clara; tanto que su corazón se estrujó por el tono dolido con que exclamaba, algo había pasado, algo grave, sin pensarlo corrió en esa dirección seguida muy de cerca por Tk. Y por fin lo vio, ahí en la entrada principal.
—¡Maldición Ishida! si tanto te molesta solo dilo y ya, créeme que no voy a hacer un melodrama —casi gritó en la cara de su mejor amigo.
—Pues ya lo estás haciendo y no me molesta, porque abría de molestarme que llegues a ser tan lerdo, lo has sido siempre, es mas ya me acostumbre a vivir con ello —soltó burlón Matt.
—Tal vez sea lerdo, pero al menos no tengo que vivir con complejo de narciso, mil veces mejor estúpido a besar me el culo todas las mañanas.
—Retira lo dicho Yagami o te juro que...
—No me jures nada Ishida, tus amenazas me van y me vienen porque tienes los huevos tan grandes como canicas.
—Gilipollas de mierda te vas a enterar.
—Pues ¡ah! ¿Qué esperas? arráncate rubio.
Y el primer golpe resonó con eco, y a ese le siguió una lluvia interminable de patadas y puñetazos. Ambos chicos se agredían con toda su fuerza, que no era poca y muy a su pesar siendo la hora de la salida ningún profesor estaba cerca para detener esa masacre.
Taichi cayó al suelo y su cabeza se estrelló tan duramente contra el suelo que vio estrellitas unos instantes, meneo la cabeza logrando colocar una buena patada contra la rodilla de Matt para tumbarlo también y así comenzar a forcejear en el suelo.
—Ya están peleando otra vez. —Resopló Tk ya cansado de tanta violencia, ¿Qué esos dos no podían demostrarse aprecio de otra manera que no fuera a golpes? —Quizá Tai debería ir a un psicólogo, tiene mucha furia contenida —se mofó levemente. Su intención nunca fue ofender a Taichi, sin embargo, todos los pleitos que a él le tocó presenciar iniciaban departe del portador del valor.
—¡Tai! Si claro, le ayudare a llegar, después de todo con unas cuantas terapias será capaz de tolerar más el aire ególatra de Matt, que sinceramente ya raya en lo enfermizo. —Kari se arrepintió al instante de aquellas palabras dichas al aire, pero es que no podía escuchar a nadie ofender mínimamente a Tai sin que su amor por él se pusiera a la defensiva y aunado a eso estaba el dolor que sintió en el pecho por la voz casi quebrada de hermano mayor.
—Matt no es un ególatra —gruñó Tk, sólo para él mismo admitiría que quizá si era un tanto metrosexual.
—Tiene más productos de belleza que yo. —De eso sí que fue consciente Kari y la risita que le siguió no fue una bien recibida.
—Eso es porque tú no tienes idea de cómo ser una chica, no sabes usar... —Tk la miró, sus ojos avellana destellaron en rojo, y claro que debía estar molesta pues acababa de darle en el orgullo femenino.
—Y tú no tienes idea de como ser un hombre. —De cualquiera menos de Tk se espero aquellas palabras.
—¿Qué no se ser hombre? Vamos Kari, honestamente siempre estás conmigo porque no hay nadie en esta bendita escuela que tenga tanta delicadeza como yo para... —Y tenía razón sabía que la tenía, pero eso era debido a lo mucho que la chica le inspiraba, era una necesidad implícita en su persona tratar bien a esa joven que denotaba se convertiría en un hermosa mujer.
—Sí, el tacto de una lija, eres un creído, ya veo que viene de familia. —Le acababa de decir fea y ¿aún se creía caballero? Ahora entendía mejor a su hermano.
—Bueno si hablamos de herencias... —Tk soltó con retintín, —Taichi no es feo, quizá si le enseñaras a utilizar un peine o mejor aún, si corrigiera ese carácter...
—Takaishi, te sugiero que cierres tu boca en este instante. —Un insulto mas, uno más y no aguantaría.
—¿Eso es una amenaza? —¿hasta dónde podía llegar el amor filial? Kari amenazando era una buena broma. — Kari tú no puedes ni matar a una mosca, eres más débil que...
Y el silencio se hizo. Tk se encontraba en el suelo mirando anonadado a la chica que con el puño en alto lo había derribado de un solo golpe.
Que era débil, ella era la hermana de Taichi Yagami el elegido del valor, del líder indiscutible de todos los tiempos y del mejor hombre que haya pisado esa tierra, y no, ella no era débil, ella sería tan fuerte como él, porque al pararse a su lado quería que Tai sintiera un orgullo tan grande como el que ella sentía por él.
—Mi herencia y genética es la mejor, mi hermano no necesita terapias tampoco un peine, y la verdad creo que él no debería perder su tiempo con un bohemio maniaco-depresivo como Yamato.
Todos escucharon aquellas palabras, inclusó Tai y Matt detuvieron su riña para mirar a sus menores, Taichi rió por las narices, los consejos y prácticas de defensa personal que le dio a Kari habían sido bien aprovechados.
Matt miró al castaño, esa sonrisa de satisfacción le estaba cosiendo las entrañas.
—Da gracias a que Kari es una chica porque de lo contrario Tk ya le abría roto la cara.
—Si mi hermana fuera varón, júralo Ishida, tu hermano no tendría la dentadura completa por gilipollas, además ella no necesitó ser hombre, le partió la cara limpiamente.
—Maldito hablador.
Y los golpes se reanudaron aún más feroces si era posible.
—Ishida, Yagami.
Y ambos pares de hermanos se quedaron helados.
Continuara...
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Ishida vs Yagami
FanfictionDicen que en la guerra y en el amor todo se vale, que es una guerra que pierde quien se enamora primero, pero en nuestro caso si bien la guerra terminó sin ganadores, me tome la molestia de contar las bajas. Porque los importantes no son los vencedo...