Batalla Sangrienta

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Tk dio un suspiro profundo y melancólico, si lo que acababa de escuchar era cierto entonces no cabía la menor duda de que el Yagami tenía toda la razón, aunque ahora le quedaba una duda ¿Por qué se veía tan feliz? Normalmente después de recibir un golpe así viene la depresión.

Ahora bien, lo más seguro es que Tai le contara a Kari y esta obviamente salto en defensa de su hermano, y no se lo reprochaba, él hubiera reaccionado igual, y como un idiota no había hecho más que acrecentar con sus acciones y palabras esa herida.

En pocas palabras Matt tenía razón, estaban bien jodidos.

—Espero por tu bien Matt que esa conversación jamás llegue a oídos de Taichi. —El mayor de los rubios asintió apesadumbrado. —Ahora hay que ver cómo lidiar con el tal Kanata, porque déjame decirte que tu amiguito no disimula para nada la debilidad que siente por Tai.

—Maldita sea la hora en que se me ocurrió llevar a Tai a los ensayos.

Tk asintió ante esta última declaración, por lo regular Tai tenía entrenamientos y Matt ensayos a la misma hora por lo que ninguno conocía a los compañeros de actividad del otro, pero hace un mes después de un partido difícil en que terminaron la mayor parte del equipo lesionado, el entrenador decidió suspender por un tiempo los entrenamientos. Así Tai quedo libre para acompañar al vocalista a los ensayos.

Takeru miró a Yamato, la tristeza y desesperación en los ojos de su hermano le enternecían, y ahora comprendía porque le dolió tanto aquella declaración en que era simplemente desplazado, nadie en ninguna parte del mundo amaría tanto a Tai como lo hacía Yamato.

Tk se estremeció. ¿Acababa de pensar en la palabra AMOR?

Tai y Matt eran muy unidos, eso nadie podía discutirlo, tanto así que era raro verlos separados a pesar de sus constantes peleas y actividades dispares, además se preocupaban el uno por el otro y se entendían a la perfección. Eran grandes amigos, los mejores amigos y...

—Matt —llamó Tk algo temeroso, no quería ni siquiera escarbar en aquella posibilidad, pero...

Yamato prestó atención al menor, parecía estar a punto de sufrir una arritmia, las manos le temblaban y ya comenzaba a sudar.

—Matt, tu... —Y se le enredó la lengua. No, no podía preguntarle directamente si amaba a Tai. —Matt ¿tu aprecias mucho a Tai? —Muy bien, pregunta estúpida, ¡claro que lo apreciaba!

—¿A qué viene esa pregunta?

—Es que bueno, Matt yo creo que tu... no es que lo asegure, pero...

—Ya suéltalo Tk me estas poniendo nervioso.

—¿A ti te gusta Tai?

Ambos pares de ojos azules se miraron, uno arrepentido por el poco tacto con que lo soltó y el otro asombrado.

Ninguno dijo nada en los siguientes quince minutos.



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Ishida vs YagamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora