Yagami.
Matt llegó a toda prisa a la escuela. Ayer inútilmente intentó dormir, pero no importó cuanto lo pensara no logró dar con aquello que dejó en tal estado a su mejor amigo, así que lo más sano y lo único que lo tranquilizó lo bastante para permitirle conciliar el sueño fue:
—Hoy así tenga que rogarle sabré porque está tan herido.
Y esa era la clave, herido, Tai no estaba molesto, enojado, iracundo o incluso indignado, esos sentimientos le eran conocidos y sabía como tratar a su amigo en tales casos, pero ese dejo de increíble dolor y tristeza en los ojos de Tai era nuevo para él.
Abrió la puerta del salón sin detenerse a pensar que era bastante tarde y que las clases seguramente llevaban mucho de haber comenzado. El maestro lo miró con enojo y sin contemplaciones lo mandó al pasillo.
Una hora completa ahí parado solo mirando el techo, el valor de acorralar a Tai contra la primera pared que se topara para exigirle una explicación se había evaporado dejándolo con la inseguridad de si tendría la oportunidad de hablar siquiera con él.
El timbre sonó sacándolo de sus cavilaciones, con menos prisa entro al salón, ahí en medio de una volita de chicos y chicas Taichi hacia aspavientos con las manos mientras contaba un chiste, al terminar todos rieron a más no poder.
Matt caminó inseguro, un extraño comportamiento en él, para colocarse frente a Tai. Abrió la boca listo para soltar la primer cosa que le viniera a la mente y ahí se quedo.
Un par de ojos color caramelo refulgente en rojo ira lo dejaron mudo.
El profesor de turno entro al salón y pidió que ocuparan sus asientos y todos obedecieron. Matt se dejó caer en su pupitre detrás de su amigo, siempre había agradecido ser más alto que Tai porque de esa manera era imposible tenerlo a sus espaldas y que este al aburrirse le molestara durante las clases, ahora no creía que fuera tan bueno, al menos si estuviera delante podría voltear para mirarlo cara a cara.
Al fin sonó el descanso, Tai tomó sus cosas más rápido que un rayo y salió a todo correr sin mirarle siquiera.
—¿Me estas ignorando? —preguntó a nadie en particular, el era un hombre terco por naturaleza y una vez fija una meta no paraba hasta lograrla. —Entonces juguemos al corre que te alcanzo Yagami.
Tai entró con la respiración errática y ya en la biblioteca miró hacia atrás para verificar que Yamato no le siguiera.
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Ishida vs Yagami
FanfictionDicen que en la guerra y en el amor todo se vale, que es una guerra que pierde quien se enamora primero, pero en nuestro caso si bien la guerra terminó sin ganadores, me tome la molestia de contar las bajas. Porque los importantes no son los vencedo...