seven: who the fuck are you?

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En el camino, nadie dijo nada. ¿Como pudiese decirse algo? Billy, por primera vez frente a Max, había utilizado fuerza contra Ángela. Antes de que esta llegase a la familia, ocurría mucho, sobre todo en California. Pero, al moverse de estado, las cosas habían cambiado. O al menos eso parecía.

Al llegar a la casa, Ángela se bajó lo más rápido posible del carro y se encerró en su cuarto. Tiro sus cosas, se cambio de ropa, y se tiro en la cama junto con sus libros. Max abrió la puerta lentamente, y al ver que Ángela no le negó la entrada, se metió rápidamente en la cama de su hermana.

- ¿Que quieres, pajarita? —Preguntó Ángela mientas anotaba cosas en su libro— No necesito tu consuelo, no es la primera vez.

- Te gusta, ¿no es así? —Pregunto Max haciendo que la pelirroja la mirase rápidamente— Angela, lo que diga Billy no debería tener importancia. A el solamente le preocupa su reputación, no tu felicidad. —Terminó de decir— Deberías saberlo ya.

- A lo mejor tiene razón. —Contestó cerrando su libro— Digo, acaba de terminar con novia y está intentando tenerla de vuelta. Es decir, es obvio que no tengo oportunidad.

- ¿Que sabe el? ¿Que sabes tú? —Preguntó empujando a Ángela, intentando que reaccionara— Eres más inteligente que el, usa tu cabeza.

- ¿Porque discutías con ese niño?

- Por esto odio que estemos en la misma escuela. —Dijo saliéndose de la cama de su hermana— Tú quédate en tus asuntos, y yo en los míos.

- Te enojas muy rápido. —Río— Con razón no tienes novio.

(...)

Pasaron unas horas, ya era de noche. Sin embargo, Ángela se sentía igual. No había salido de su cama, y no pretendía hacerlo. Hasta que escucho un golpe en su ventana. Se volteo y vio a Steve, golpeando la ventana. La chica rápido se levanto y le abrió la puerta.

Este entró al cuarto, examinó el mismo y después dirigió su mirada a Ángela. Esta intentaba limpiarse con rapidez sus lágrimas, pero era en vano por lo obvias que eran.

- Lo vi todo, Ángel. —Dijo Steve mirando con cierta pena a Ángela— Fue por mi, ¿cierto?

- No tenias que ver eso. —Contestó Ángela negando con su cabeza, tragando sus lágrimas— No tenías.

- Pero lo hice, Ángel. —Dijo acercándose a la chica— Y si de verdad vamos a ser amigos, necesito que puedas contarme tus cosas. O al menos, dejar que te consuele.

- Hacia meses que no me gritaba y ni me cogía de esa manera. —Dijo mientras lloraba un poco— Y esta vez fue más fuerte.

- Ven aquí. —Contestó tomando a Ángela de la cintura, envolviendo los mismos alrededor de su cintura— Yo estoy aquí.

Steve sostuvo en sus brazos a Ángela por un tiempo, y comenzó a notar que esta comenzaba a calmarse. No dejaba de llorar, pero ya no lloraba con tanta fuerza. Al mirar con detenimiento, esta se estaba quedando dormida. Al principio, no supo que hacer. Se sentía cómodo, y pudiésemos decir que hasta a salvo con ella.

Poco a poco se acercó a la cama de esta, y la recostó en la misma. Luego el se subió a la cama igualmente, y volvió a envolverla en sus cálidos brazos. Ángela se dio cuenta de lo que hacía, y se sintió bien. El sentir a Steve tan cerca de ella, le daba seguridad y paz.

Con el pasar de los minutos, ambos chicos poco a poco perdían conciencia. Comenzaban a perder fuerza, aunque sin alejarse. Respiraban con más calma, hasta que finalmente cayeron en un profundo y lindo sueño.

CAUSE YOU LOVE ME | STRANGER THINGSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora