four: goodbye, Angel!

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- Todo esto fue el año pasado. —Terminó Steve de explicar, para luego ver la cara de confusión o de miedo, o ambas de Ángela— ¿Ves? Te dije que no me creerías y que te asustarías.

- No e dicho nada aún. —Contestó Ángela aún sin poder demostrar ninguna emoción, seguía analizando todo— Es que es demasiado. O sea, solo había escuchado que desapareció en el bosque. —Empezó diciendo intentando entender— ¿Como se que no me estás mintiendo y que esto es para burlarte con tus amigos o con Nancy?

- ¿Porque crees que inventaría una terrible historia donde un niño sufrió, y que se perdió en otro mundo? —Preguntó soltando una risa— ¿Que ganaría con contarte eso?

- Supongo que no hay forma en que me lo puedas probar, ¿no?

- Créeme, esa cosa está muerta y lo menos que quieres hacer es verla. —Contestó para luego dirigir la mirada hacia Ángela— No tienes que creerme, solo quería que lo supieras.

- Algo en mi me dice que debo creerte. —Dijo dirigiendo su mirada a Steve, dibujando una sutil sonrisa en su rostro— Te creo.

- Gracias. —Contestó bajando su mirada— No puedes decirle a nadie, aunque nadie te creería, no puedes hacerlo. Pudiesen pasar cosas muy malas si dices que sabes.

- No tengo a nadie quien decirle, así que creo que le contaste el secreto a la mejor persona disponible. —Dijo riendo un poco, notando una mirada extraña en Steve— No es secreto para nadie que no me llevo bien con mi hermano. Mi hermana, Max, se aísla casi siempre en su cuarto o jugando video juegos así que no hablo con ella y mis papás... ni los quiero mencionar. —Río intentando no demostrar tanta importancia— Así que, por más ridículo que suene, solo hablo contigo. Por lo tanto, solo te tengo a ti.

- Si bueno, creo que a este punto, solo te tengo a ti también. —Río mientras bajaba su mirada— Nos tenemos a ambos, y no nos conocemos por más de tres días.

- Cuatro si contamos este día y noche. —Río para luego poner su mano en la de Steve— Lo siento. —Dijo Ángela mirando con pena a Steve— Por Nancy, aunque este borracha no debía decirte algo así.

- Si, bueno, dicen que el alcohol saca a la luz lo que no quieren decir de verdad. —Contestó Steve bajando su mirada, aunque después la dirigió a la pelirroja quien lo seguía mirando— A lo mejor era mejor así.

- Mierda, es tarde. —Dijo viendo la hora en su reloj— Es muy tarde.

- Dime donde vives, yo te llevo. —Contestó prendiendo el carro— Rápido, si no quieres estar más tarde.

(...)

- Gracias, otra vez. —Dijo tomando su bolso y acercándose a Steve— Me salvaste.

- Cuando quieras. —Contestó abrazando a la chica— ¿Quieres que te acompañe?

- No es necesario. —Dijo con una sonrisa— Billy probablemente sigue despierto y no quiero que te meta en nuestras cosas.

- Yo le ganaría en una pelea. —Bromeó intentando aclarar lo ánimos de la chica— Tendrá músculo pero yo tengo esto. —Llevo un dedo hacia su lado de la cabeza— Y esto siempre gana.

- ¿El cabello siempre gana? —Preguntó sarcástica, sabía a lo que Steve se refería pero no pudo dejar pasar la oportunidad— Digo, no creo que nadie se metería con ese volumen.

- Hablaba de mi mente pero no puedo negar eso. —Río para luego bajar la mirada— Ve, no vayas a tener más problemas.

- Gracias, otra vez. —Dijo abriendo la puerta del carro— No se porque siento que, desde que me dijiste lo qué pasó el año pasado, siento que tú y yo seremos más cercanos.

- Lo seremos, Angel. —Contestó trazando una sonrisa genuina en su rostro, notando que tomó por sorpresa a Ángela ese apodo— ¿No te gusta que te diga ángel?

- No, no, para nada. —Contestó mientras reía un poco nerviosa— Solo es que suena bonito cuando lo dices. —Sus mejillas se coloraron un poco con un tinte rosa, y un ligero calor comenzó a sentirse en ellas— Te veo mañana.

La chica se bajó de su carro con una sonrisa que le corría de oreja a oreja. Hacia meses que no sentía algo así con alguien, y aunque sabía que su amistad con Steve iba apenas empezando, se conocían por sólo días, creía que iba a ser una amistad fuerte. Luego, comenzó a acercarse a la puerta. Al abrir, se encontró cara a cara con Billy. Este olía puramente a alcohol, estaba sudado, sucio. Parecía que acababa de llegar, y estaba furioso. Ángela cerró la puerta detrás de ella, dejando a Steve afuera haciéndose mil preguntas si debería irse o quedarse a ayudar a Ángela. Por otro lado, ella, comenzó a escuchar los gritos de Billy reclamándole de todo. Al principio intento ignorarlo, pero era imposible considerando que no estaba teniendo piedad con lo que decía.

- ¿Que hubiese pasado si mamá y papá estuviesen aquí? —Preguntó tirando la puerta del cuarto de Ángela— ¡Me hubiesen matado por tu culpa, otra vez! Todo es tu puta culpa, Ángela. —Gritó lleno de ira, el alcohol lo había cegado por completo— Lastima, que tú naciste. Porque a diferencia de mi, a mi me planearon.

- Púdrete. —Contestó intentando tragar sus lágrimas— Porque así no tendría que escucharte a ti.

- ¡Respétame, Ángela. —Gritó casi encima de ella— Soy mayor que tú, te guste o no, tengo control sobre ti. Y te advierto, respétame.

- Yo no te tengo miedo, Billy. —Contestó pegándose más al rubio— Borracho o no, sigues siendo el mismo. No me das miedo, no eres capaz de hacerme nada.

- ¿Estás segura de eso?

- Claro. —Rio con una sonrisa— Te lo recuerdo, soy tu hermana. Y si mamá y papá, me ven un simple rasguño sabrán a quien culpar.

- Lastima que no están aquí. —Contestó con una sonrisa también— Además, no te engañes. Sabemos a quien prefieren. Para ellos, solo eres un error.

- ¡Jodete!

- Duele la verdad, lo sé. —Río a carcajadas— Ojalá puedas dormir pensando en eso.

El rubio salió rápidamente del cuarto, cerrando la puerta de un golpe. Ángela comenzó a llorar con mucha fuerza, pues en cierto modo, mucho de lo que dijo Billy era verdad. Era imposible calmar sus lágrimas, se repetía las palabras de su hermano una y otra vez. El tenía razón, no iba a poder dormir pensando en eso. Solo se encontraba sentada en su cama, en un pequeño mar de lágrimas. Sabe que cuando Billy está borracho dice cosas sin pensar, pero aún así no evita que cada vez que le alza la voz siente como si algo dentro de ella se rompiese junto al grito. Era una mezcla de emociones, y todo la atacaba en ese momento. Logró tomar un impulso para cerrar con seguro su puerta, y evitar cualquier interacción con el hasta la mañana siguiente.

CAUSE YOU LOVE ME | STRANGER THINGSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora