- No es eso. —Río mientras bajaba la mirada— Es solo que... Nuestro papá, bueno, más bien el de Max, sigue allí. Antes del divorcio, yo era muy cercana a él. Más que a mi padre.
- ¿Se divorciaron? —Preguntó dejando de jugar para prestarle atención a las palabras de Ángela
- Si. —Contesto dibujando una pequeña sonrisa, un tanto adolorida— Mi mamá y mi papá querían empezar su vida lejos de él, ella siempre le echaba la culpa de todo lo que pasaba. Todos, incluso ella, sabe que es mentira. —Explicó con un poco de temblor en su voz, Steve no sabía diferencias si era frío o su voz rompiéndose al recordar— Las cosas... empeoraron ahora. Billy siempre a sido un imbécil, pero ahora siempre está enojado y... —Se detuvo intentando tragar un poco ese dolor en la garganta, al igual que las lágrimas que estaban en sus ojos— No puede desquitarse con mi mamá, así que...
- ¿Así que, se desquita contigo? —Preguntó con dolor en su voz, se acercó un poco más a Ángela, quería abrazarla y no soltarla— ¿Y con tu hermana?
- Ni si quiera se porque te cuento esto. —Dijo limpiando una lágrima que corría por su mejilla— Se que, a veces, con Max suelo actuar como una desgraciada, igual que el y no quiero ser como el. Jamás. —Terminó de explicar, para luego llevar sus manos a su ojos, sus lágrimas ya salían sin control— Lo siento.
- Escúchame. —Dijo acercándose más todavía a Ángela, poniendo una mano en la mejilla de la chica— No te pareces en nada a tu hermano. Tú eres genial, diferente. No solo a él, si no a todas las chicas de por aquí. Súper inteligente... y muy hermosa. —Terminó de decir, haciendo que la pelirroja mostrase de nuevo esa sonrisa angelical que tanto disfrutaba ver Steve. No pudo evitar abrazarla, sentir que podía protegerla de todo lo malo que ocurría, no quería que nada le pasase— Gracias por contarme, Ángel.
Un ruido extraño se escuchó a lo lejos, separando rápidamente a la pelirroja y al castaño. Estos miraron hacia en frente, buscando que hizo ese espantoso ruido. Ambos bajaron, para que Lucas y Max subiesen para ver si podían ver algo.
Ángela, Steve y Dustin se asomaron por las ventanas del autobús, pero por toda la neblina, era imposible ver algo a ciencia cierta.
- ¿Puedes ver algo? —Preguntó Ángela sin quitarle la vista a la niebla
- No. —Contestó Steve pegándose a la ventana— Nada.
- ¡Lucas! —Gritó Dustin mirando por el hueco del autobús— ¿Ves algo allá arriba?
- ¡Aguarden! —Gritó Lucas mirando por sus binoculares, hasta que encontró lo que buscaban— ¡Contacto visual! ¡A las diez en punto!
- Allí. —Dijo Steve señalando hacia dónde les había dicho Lucas, ahí Ángela pudo ver. Confirmando la historia que Steve había contado, se veía asqueroso y baboso, igual que la piel del sótano de Dustin— El demogorgon.
- ¿Que hace? —Preguntó Dustin también mirando al animal
- No sé. —Contestó Steve sin quitar su mirada— No muerde la carnada. ¿Por qué?
- ¿No tiene hambre? —Preguntó Ángela, lo tenia idea de lo que pasaba. Para luego notar que Steve se dirigía a la puerta— ¿Que estás haciendo?
- Voy a salir. —Contestó tirándole el encendedor a Dustin— Prepárense.
- No irás solo. —Contestó Ángela cogiendo también su bate— De ninguna manera, no cambiarás mi opinión.
Steve abrió la puerta lentamente, y al salir, levantaron sus bates lentamente. Todo movimiento era sigiloso, intentando hacer el menos ruido posible. Comenzaron a caminar lejos del autobús, sin perder el sigilo ni la lentitud.
Steve comenzó a llamar al demogorgon, quería llamarle la atención. Pero estaba resultando en vano, porque no venía.
- Vamos amigo. —Llamó Steve acercándose a donde habían puesto la carne— Hora de cenar.
- Los seres humanos saben mejor que los gatos. —Dijo Ángela intentando ayudar a Steve— Lo prometo.
- Están locos. —Dijo Max mirando por la ventana del autobús— Mi hermana está loca, y el igual.
- Steve... —Llamó Ángela, con su voz más temblorosa de lo normal, paralizándose al instante— ¿Eso es lo que estamos buscando?
- ¡Steve! ¡Angela! —Gritó Lucas al ver otro demogorgon al lado de Steve y Ángela— ¡Cuidado! ¡A las tres en punto! ¡Tres en punto!
- ¡Steve! —Dijo Angela al voltear su cabeza y ver a otro trepado en un carro— Tenemos uno a este lazo.
- Mierda. —Dijo Steve poniéndose de espalda a Angela, así ambos tenían un ojo a cada uno— Cálmate, yo te tengo.
- ¡Angela! ¡Steve! —Gritó Dustin abriendo la puerta! — ¡Salgan de ahí!
Uno de los demogorgons comenzó a correr hacia a Angela. Esta lo Manzo a volar con el bate y corrió detrás de un carro. El otro corrió hacia Steve, y este tuvo que brincar encima de un carro para poder evitarlo sin resultar herido.
Los dos demogorgons comenzaron a abalanzarse contra Steve y Ángela, quienes al caerse, se habían lastimado. Los golpeaban con los bates, pero eran como boomerangs, volvían al instante a por ellos. Ángela y Steve, al echarse hacia atrás, se tropezaron. Cayeron ambos al suelo, uno encima del otro. Dejándole un punto débil a estos animales.
No les quedo de otra que correr. Steve tomó a Ángela de la mano, poniéndola frente a él. En el peor de los casos, se salvaría ella y el se quedaría atrás. Pero no hubo necesidad de eso, ambos lograron correr los suficientemente rápido para entrar al autobús.
Con el impulso en que estos venian, no pensaron cómo entrarían. Así que al entrar, volvió a caer encima del otro. Comenzaron a usar la fuerza que tenían para presionar la puerta para que no entrasen, pero estaba resultando imposible. Uno de los demogorgons, golpeó la puerta tan fuerte, que asomó la cabeza.
Steve, con su bate comenzó a golpearlo. Mientras los otros chicos gritaban y pedían ayuda por los Walkie-talkies. Pero resultaba en vano, porque nadie contestaba. Todos juraban que morarían por esa estupidez de plan que habían creado.
Otro demogorgon comenzó a golpear la ventana, y estaba abriéndola un poco. Ángela tomó su bate y lo comenzó a golpear para que se fuese. Pero nada funcionaba, esas cosas eran más fuertes de lo que parecían. Y no se rendían, por más golpes que recibiesen.
Hasta que, por un segundo, todo se detuvo. Los demogorgons dejaron de golpear las paredes. Steve se acercó a donde estaban los demás, y se quedó con ellos. Ángela no lo pudo evitar, y en ese tiempo donde no pasó nada, tomó con fuerza la mano de Steve. Y se rehusaba a soltarla. El temblor de Ángela era tan fuerte, que Steve podía sentirlo todo. Se le veía en la cara el terror que sentía.
El castaño fue a abrazarla, pero cuando se volteó, Max noto a un demogorgon en el techo. Esta grito, provocando que Angela rápido fuese a protegerla, pero Steve no se quedó atrás.
- ¡Quítense del medio! —Grito Steve empujando a Ángela para que nada le pasase— ¿Quieres? ¿¡Ven a buscarlo!?
El demogorgon hizo como un especié de grito, pero repentinamente dejó de hacerlo. Poco después, se alejó de la entrada y se bajó del autobús. Ángela se acercó a Steve, y al este notar el terror que Ángela mostraba, la abrazo. Aunque intentase disimularlo, el temblor que Ángela tenía era demasiado para que nadie se diese cuenta. El castaño le decía cosas al odio intentando calmarla, que poco a poco fueron funcionando, pero no tanto como hubiese querido.
Después de unos segundos, Steve abrió la puerta, sin soltar la mano de Ángela. Todos los chicos salieron del autobús, y notaron que todos los demogorgons se alejaban de ellos. Como si algo los llamase, algo de más lejos.
- ¿Que está pasando? —Preguntó Lucas mirando a los demogorgons— ¿Se cansaron?
- ¿Steve los asustó? —Preguntó Dustin asomándose de la puerta del autobús
- No, imposible. —Contesto Steve acercando a Ángela hacia el, mientras con su otra mano sostenía el bate— Van a algún lado.
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CAUSE YOU LOVE ME | STRANGER THINGS
Fanfiction── CAUSE YOU LOVE ME | STRANGER THINGS "Nunca había deseado un cambio tan grande como el que estaba a punto de vivir. Con tal de poder ser una desconocida en Hawkins, ella estaba satisfecha. Aunque a veces, ser una desconocida o una freak trae cosa...