What If...? 3

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Bien, el misterio duró poco, la verdad más tardaba Annabeth en leer un libro de lo que Nico ya tenía sus sospechas de quién era el padre divino de Percy, no muchos dioses tenían la capacidad de manejar el agua y cuando los lavabos explotaron directo hacia Clarisse sobraba decir el nombre

Pero todo se confirmó en el juego de captura la bandera, Poseidón sí que sabía hacer una revelación.

— No sé si quiero irme—dijo Percy mientras terminaba de reunir sus cosas de la cabaña de Hermes, Nico sintió simpatía por el chico, él tampoco se imaginaba abandonando la cabaña de Hermes, pero tal vez era porque llevaba tantos años ahí que su olor y esencia ya estaba impregnado en las paredes

— Piensa positivo, vas a tener mucho espacio—Percy lo miro primero enojado, luego la nostalgia se instaló en sus verdes orbes

— No me abandones—pidió, bueno, rogar sería una mejor palabra para lo que había hecho

— Percy yo no puedo dormir en tu cabaña

— Puedes, te lo pido—Nico suspiró mirando al chico que le hacía ojitos como cachorro mojado, Nico recordó haber estado en su lugar, el miedo recorrer su cuerpo, estar en un lugar nuevo era abrumador, no deseaba agregar más peso al chico dejándolo solo

— ¡Bien! Pediré permiso al señor D—se levantó murmurando algunas maldiciones en griego antiguo y otras en italiano, solo uno de esos idiomas Percy pudo entender, y con ese le bastaba. El semidios menor sí que tenía un lenguaje... Floreado

Nico volvió unos minutos después y comenzó a empacar sin decir palabra alguna, Percy reanudó su tarea esta vez sintiéndose más alegre

La cabaña era hermosa, Nico no podía negarlo, aunque definitivamente no era su tipo de cabaña, lo suyo era más del estilo de Apolo, le gustaba la energía que la cabaña del dios de la poesía tenía

Las cosas no fueron a mejor, el clima estaba empeorando radicalmente, más después del anuncio de Poseidón y Percy se vio obligado a tomar una misión para recuperar el rayo de Zeus

— Grover y Annabeth—decidió Percy irse por los dos chicos, Nico se sintió traicionado y feliz a partes iguales, por una parte, sentía un malestar de saber que Percy no confiaba en él para la misión, por el otro, tampoco estaba emocionado de embaucarse en una cruzada

Estaba leyendo un cómic en la comodidad de la litera cuando Annabeth entró dando un portazo

— ¿Qué crees que haces? —Nico alzo la vista de las páginas levantando una ceja

— Estoy leyendo Annie, pensé que siendo de la cabaña de Atenea estarías familiarizada con la acción—se burló un poco el chico esperando poder volver a su lectura

— ¡Se lo que haces! Me refiero a porqué estás haciendo eso en lugar de estar empacando—dijo la chica mientras sacaba una mochila de sabrá Hermes dónde y comenzaba a empacar su ropa

— Hey chica lista—Nico saltó de la litera mirando a su hermana— no estoy en la misión ¿recuerdas? —dijo tratando de detenerla, pero la rubia era testaruda y no se lo permitió

— Estas dentro, el imbécil seso de alga de Percy no te eligió por miedo

Cuatro deberán ir, solo tres volverán
Irás al oeste, donde te enfrentarás al dios que se ha revelado.
Encontrarás lo robado y lo devolverás.
Serás traicionado por quien se dice ser tu amigo.
Al final, no conseguirás salvar al más importante.

Annabeth le recitó la profecía que el oráculo de Delfos le había dado a Percy, el chico sintió que su cuerpo se congelaba

— Esta bien—comenzó a empacar también, no podía perder otra hermana, él debía ser quien no volviera.

Nico Di Angelo (One-shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora