fünfundzwanzig (25)

25 4 0
                                    

"La melodía se asemeja a ti, es triste y me hace llorar, eh, eh"

RAEVEN POV'

Había pasado un día desde que me dieron de alta en el hospital, por fin volvería con los chicos, todos se portaron muy bien conmigo, incluso Mackenzie, quien extrañamente había dejado de ser tan odiosa, espero que eso le dure mucho, sobre todo después de rescatar que me besé con su novio. Bueno, prácticamente nos gustábamos desde hace años, pero lo que hice no estuvo bien, pero lo admito, no me arrepentí ni un poco, ese beso me había gustado, más la manera en la que me sentía al lado de Grazer, ya era más dulce, lo celoso no se le quitaba, pero prometió no volverme a poner una mano encima, y lo cumplió.
Miro este lugar y pienso una cosa, ¿por que tuve que estar hospitalizada para que se me declarara? en fin, cosas que la vida jamás me dirá.
La enfermera me entregó ropa limpia que me había traído Millie, le agradecí con una sonrisa y las prendas las sostuve entre mis brazos.
Despues de que mi suero había sido retirado de mi brazo, fui al baño del hospital, me deshice de la bata incomoda y tomé una ducha caliente, para después me vestirme e ir al mostrador del hospital-.

-Señorita ¿lista para ir a casa? -dije que si haciendo un gesto amable- bien, le entregaré sus documentos, hacen falta hacer unos pequeños estudios, como el electroencefalograma, pero ya le llamaremos para que usted pueda venir a completarlo.

-se lo agradezco, señorita.

-perdón, no sé si sea correcto decirlo pero... mi hija es fan de usted ¿podría darme su autógrafo?

reí levemente, aquella mujer había sido muy gentil así que no pude negarme al menos a regalarle una sonrisa a ambas. La mujer estaba muy contenta por su hija, de igual forma su pequeña también lo estaría.

-oh, no hay problema -tomé una pluma del mostrador, firmando su cuaderno- qué tenga buen día.

-igualmente, cualquier cosa en la que podamos ayudarle no dude en venir -me tendió una caja de medicamento-

-muy amable

Conservé también unos papeles dentro de una carpeta, en la entrada choque con dos miradas, Millie y Sophia corrieron hacia mi, prontamente la castaña corrió a abrazarme, estaba llorando.

- te extrañé, GOD -limpió sus lagrimas con la palma de la mano.

- y yo a ti pequeña Mills -ahora la que estaba llorando era yo.

escuchamos unos sollozos pero no era Millie, ambas volteamos y Sophia estaba con la vista brillosa.-¿estás llorando Sophia?

- ¿qué? yo nunca lloro...es que me cayó polvo al ojo -dijo conteniendo las lagrimas, pero estas ya estaban bajando por sus mejillas- ...


-ayy, ven aquí zanahoria -nos unimos en un abrazo grupal, haciendo que Sophia se desplomara en llanto.
- pensé que te perdería-dijo con dificultad, pues a penas podía hablar, su cuerpo temblaba, aún así la apretábamos con mucho amor.

-yo también -mis ojos estaban más que lubricados con tanta lágrima-  pensé que las perdería, pero ya estoy aquí ¿si? eso es lo que importa.

Después de un rato estuvimos en la cafetería platicando con sonrisas las locuras qué hacíamos cuando estábamos pequeñas, no dejamos escapar la etapa de Sophia Lillis y su flechazo con el gran Bill Skargårds. Se le enrojecían las mejillas de tan solo pensar en que era muy vergonzoso. Lo bueno de pasar por todo eso es que ella ya estaba felizmente enamorada de Wyatt, quien en ese entonces solo era un amigo más.

𝐒𝐓𝐀𝐘 | Jack Dylan GrazerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora