zwie (2)

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Era martes por la mañana, el clima era frío.
En una silla nos encontrábamos Lina, la abuela Strahl y yo, desayunando unas galletas de moras muy exquisitas y tradicionales de ella.

Me las pasaba con un trago de jugo de naranja, siempre terminaba acomidiéndome para limpiar los trastes y la mesa.

— Te cuidas mucho Raven, te vemos para las vacaciones, ya sabes que aquí es tu hogar también-esbozo con una sonrisa la abuela Strahl.

— Muchas gracias abuela, mi casa también es de ustedes, por cierto, pasen buenas tardes, las voy a extrañar con todo mi corazón-comenté con una sonrisa sincera.

— Te acompaño-Lina sugirió acompañarme a la salida, como acto de educación.

Una vez por el portón, me miró.
— así que ¿está es la despedida,eh?-Lina estaba sonriendo evitando sus lágrimas, fue inútil hacerlo, aún así se notaba.

— No, nos vamos a ver pronto mi Bibi.

— Te voy a extrañar Tina-sonrió, y nos abrazamos un buen tiempo, limpie mis lagrimas y me giré hacia la calle, caminando para tomar el autobús e ir a casa.

Una vez ahí, el autobús se dirigió a mi amarillenta casa, la cual estaba muy tranquila por cierto. Bajé con cautela del bus, esta vez para abrir la casa con mis llaves.

Papá había ido a comprar algunas cosas y mamá ocupaba mi ayuda en la cocina.
Lo único que podía hacer era disfrutar ese momento, ya que me había dado la noticia de que se les había presentado un inconveniente y yo estaría a cargo de los Brown, claro que en la universidad no, por que me quedaría a dormir ahí.
Fui a mi habitación a buscar mi maleta, donde comencé a meter la mayor cantidad de ropa que podía.
En otras metí zapatos, accesorios y maquillaje.
las dejé en la esquina de mi cuarto.
Me puse algo cómodo para anotar los cambios que tendría en la universidad.
Después de eso bajé a comer con mis padres.

— ¿lista?-al escuchar eso, sonreí a medias.
— si, estoy lista-mencioné con seguridad- solo serán unos años..
— bien, quiero que vayas a arreglar tus cosas, por que no quiero que falles tan pronto-hablo mi madre.
— ya lo hice, permiso-levanté mi plato, lo lavé y subí a mi pieza.

Me tiré en la cama con pesadez y cerré los ojos, quedándome profundamente dormida.
Aquel sueño permanecía extraño, mi cabello era pelirrojo, estaba por un jardín, algo tomo mi mano, un chico que susurró con una tierna voz "estaremos bien ¿okey?"
Me resulto extraño, no tuve tiempo de responder o verle el rostro, simplemente el sonido alarmante de la mañana me hizo abrir los ojos al instante, froté mi cara y me levanté, fui hasta el baño a lavar mi cara y dientes.
Con un pantalón formal y algo holgado, una blusa de tono gris,unas botas negras, un gorro y pashmina negra formaban parte de mi vestimenta.

Mi padre sacó la camioneta, mi mamá se despidió velozmente, para luego volver a la cama, yo envidiando que se pudiera ir a dormir subió a la camioneta. Mi padre entró y me llevó hasta el aeropuerto.
El camino iba muy silencioso.

— ¿y porque no pudo llevarme Oscar?-pregunté rompiendo el silencio.

Óscar es nuestro chofer de confianza.
— Raven, no sería lo mismo a que yo te llevara, ademas quiero despedirme bien.
— No me molesta en lo absoluto, estoy inquieta por la idea de no verlos por mucho tiempo.
— te amamos mi princesa, vas a estar bien, y pronto iremos a visitarte.

Platicaba con mi padre acerca de la Universidad, me contó como conoció a mamá en la misma universidad, también me aconsejó no salir mucho de fiestas, pero yo no soy así.

— y hemos llegado-dijo mi padre dirigiendo la camioneta hacia el estacionamiento del aeropuerto.

— Escúchame bien Raven, al estar en el aeropuerto procura no quitarte las gafas, para evitar un ataque de fanaticos o peor aún, ataque de paparazzis.

𝐒𝐓𝐀𝐘 | Jack Dylan GrazerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora