Capítulo 12: "Bellísimo elfo"

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- ¿Cómo que una intrusa? – Exclamó Madre Miranda

- Era naranja como el fuego, mamá – Dijo Moreau hiperventilándose

- ¿Quién? – Preguntó la mujer perdiendo la paciencia

- La mujer, estaba en el lago, en horarios de oración – Dijo Moreau tocándose el pecho

- Ese era el punto naranja – Dijo Dimitrescu bebiendo su copa de vino

- ¿Qué aremos con ella, madre? – Dijo Angie en un tono perverso y travieso

- Aún no sabemos quién es, o qué es – Dijo Miranda – Heisenberg, hiciste bien en deshacerte de ese viejo espía. Encárgate de averiguar que es ese "punto naranja".

- Si, madre – Dijo Heisenberg

- Si notas que interviene en nuestros asuntos, deshazte de ella, no tengas piedad con los intrusos – Dijo la mujer. 

Heisenberg asintió.

- Alcina, hazte cargo de Heisenberg, aún necesita que lo guíen – Dijo Miranda

- Con gusto, madre – Respondió la enorme mujer

- La reunión concluye por hoy, pueden retirarse a realizar sus respectivas tareas, no me fallen – Dijo la mujer desapareciendo entre las múltiples alas de cuervo que cubrían su espalda.

Alcina estaba molesta, no porque le asignaran guiar a Heisenberg otra vez, sino porque Madre Miranda se preocupó más de la noticia que traía Moreau que de la hermosa habitación que había preparado para la reunión.

- Perfecto, Moreau, hiciste enojar a Madre Miranda – Dijo la mujer levantándose de su silla – Si yo veo a un intruso en mis dominios y en horario de oración, lo destruyo ahí mismo, no salgo corriendo como un cobarde.

- Debiste verla, Alcina. Era horrible, hubieras hecho lo mismo que yo – Dijo el enorme pez volteando para irse de la habitación

- Já, eso lo veremos – Dijo arrogante.

- ¡Adiós hermanos míos, suerte con el "punto naranja" Karl! – Dijo Angie alejándose en los brazos de Donna.

- Gracias, Angie – Respondió Heisenberg

Alcina quedó sola en la habitación con Heisenberg, vio la mancha de vino en el suelo y dijo:

- Desperdiciaste un vino de la mejor calidad, y ensuciaste mi alfombra, niño. – Dijo la mujer saliendo de la habitación con Heisenberg detrás.

- Era para que dieras una demostración a Madre Miranda de lo que puedes hacer con tus uñas – Dijo Heisenberg poniendo sus manos en sus bolsillos.

- No lo vuelvas a hacer, o te decapito de un tajo – Dijo la mujer parándose frente a él

- Está bien, su majestad – Dijo Heisenberg en modo de burla.

- Y bien, encontrar el "punto naranja" te dará puntos con Madre Miranda, no falles, si ves que es una posible amenaza para nuestro culto, no dudes en matarlo, al igual que hiciste con el anciano – Dijo la mujer subiendo una enorme escalera – Cuando tengas noticias, no vengas a las 6 de la tarde, a esa hora estaré dándome un baño, no querrás ver este hermoso cuerpo desnudo dentro de una bañera con la sangre de los tuyos – Dijo la mujer desde el piso de arriba, deslizando su mano enguantada por su curvilínea cadera.

- No gracias – Dijo el muchacho retrocediendo – Me voy, iré una pequeña parada antes de investigar al "Punto naranja", saludos a las niñas – Dijo Heisenberg alejándose para salir del castillo.

Ya no me queda nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora