Capítulo 9: "La cabaña"

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Ahí estaba Elena levantando sus maletas, solo tenía 2 brazos para 4 enormes maletas. Levantó 2, una a cada brazo y entró por la enorme reja de metal que daba la bienvenida al bello pueblo de "Miranda". Elena con todas sus fuerzas levantó sus dos maletas, mirando hacia atrás las otras 2 que quedaron en medio del camino de tierra. El pueblo era bellísimo, niños corrían por las calles de tierra, una mujer regando flores con un balde, otra lavando ropa en su patio; Un hombre que iba pasando vio a la esforzada muchacha con las dos maletas, el hombre se acercó:

- ¿Necesita ayuda, señorita?

- Si, por favor, tengo dos maletas más en el camino principal – Dijo Elena dejando las maletas que cargaba en el suelo.

- Yo iré a buscar las de afuera

Elena se sentó en una de sus maletas, esperando que el hombre regresara con sus pertenencias; Levantó la cabeza y vio como los niños que estaban jugando la observaban, la mujer que lavaba y regaba, se empinaron en sus cercas solo para mirar a la nueva visitante. Los niños susurraban, algunas cosas que Elena pudo oír:

- Su pelo es naranja

- Es una princesa

- No, es una reina, mira como viene vestida

- Debe ser familiar de la señora Dimitrescu

Elena miró su ropa y se dio cuenta que era demasiado sofisticada comparada con las de los demás habitantes del prehistórico pueblo. De lejos vio al hombre volver con sus dos maletas, una en cada brazo.

- Muchas gracias, señor – Dijo Elena regalándole una sonrisa

- ¿A dónde se dirige señorita?, ¿Al castillo? – Preguntó el hombre apuntando hacia el enorme castillo Dimitrescu que se veía sobre la colina.

- Busco la cabaña del carpintero, soy su nieta – Dijo Elena, levantando sus dos maletas

- ¿Eres Elena? – Preguntó el hombre, con mirada sorprendida

- Sí, nieta de Victorino

- Dios mio, ¡Luiza! - Llamó - Ven Elena sígueme – Dijo el hombre levantando las maletas.

Ambos caminaron por una de las calles, el hombre rápidamente llevó a la muchacha a una pequeña casita que estaba cerca. El hombre abrió la puerta de la cerca e hizo pasar a Elena.

- Espérame aquí un momento – Dijo el hombre entrando a la casa - ¡Luiza! – Se escuchó llamar el hombre otra vez

Elena quedó en el patio, los niños a la lejanía seguían mirándola y hablando entre ellos, a Elena le parecieron bastante simpáticos y curiosos, ver personas pelirrojas naranjas no era muy común. Vio a una pequeña niña acercarse a ella.

- Hola – Dijo Elena acercándose a la muchacha

- Hola, mis amigos y yo, nos preguntamos, si usted es una princesa – Dijo la niña arrugando parte de su vestido en señal de timidez

- ¿Crees que soy una princesa? –Preguntó, agachándose y poniéndose frente a ella – Sí, soy una princesa, y vengo de una hermosa ciudad llamada Constanza – Dijo Elena haciendo una reverencia estirando hacia los lados las telas de su vestido

- Wou – Dijo la niña maravillada - ¿Cuál es su nombre señorita?

- Soy la princesa Elena Bautista, y vengo de Constanza – Le respondió Elena guiñando un ojo.

-          Soy la princesa Elena Bautista, y vengo de Constanza – Le respondió Elena guiñando un ojo

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