Capítulo 3: "Mi oportunidad"

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Elena con una sonrisa, caminó lentamente por el pasillo, hacia la sala de estar. Ahí estaba su madre, sentada con su padre.

- Te veo feliz – Dijo Jocelyn, dándole una gran sonrisa de satisfacción

- ¿Te divertiste? – Dijo su padre parándose para darle un beso a su hija.

- Si – Dijo Elena, sentándose en una de las sillas

- ¿Crees que sea el indicado? – Dijo la mujer, subiéndole una ceja

- Lo acabo de conocer hoy – Dijo Elena – Nunca me casaría con un hombre que acabo de conocer.

- Yo con tu madre nos casamos después de 2 semanas de conocernos, y nos amamos – Dijo su padre, orgulloso de su falsa relación. Jocelyn le dio una falsa sonrisa a su esposo.

- Pues, no me siento lista para casarme aún, de hecho, me gustaría vivir sola por un tiempo – Dijo Elena algo nerviosa.

El comentario de Elena hizo que Albert tosiera y derramara un poco del té que estaba bebiendo. Jocelyn dio una carcajada y dijo:

- ¿Dónde sacarás dinero para eso? – Dijo Jocelyn poniendo servilletas sobre la salpicadura de té que había en el mantel

- No me parece una buena idea Elena – Dijo Albert, carraspeando la garganta.

- ¿Por qué no? – Preguntó Elena.

- Tú padre paga mucho dinero para mantener esta casa, no alcanzará para mantener dos – Dijo Jocelyn un tanto enfadada.

- Yo podría trabajar – Dijo Elena

- Las mujeres de nuestra familia no trabajan – Dijo Albert

- Quizás yo podría ser la primera – Dijo Elena.

- ¡Suficiente! ¡No saldrás de esta casa de esa forma!, ¡Te lo he dado todo, ¿Ahora quieres irte de casa? ¿Sola?!, ¡No lo permitiré! – Dijo Albert, parándose de la mesa y yéndose.

Elena miró a su madre, quien la miró con un rostro sereno.

- Ve a tu habitación, Elena – Dijo la mujer con voz pensativa.

Elena subió, furiosa y triste, Henry le dijo que ya estaba mayor para decidir por sí misma, y eso hará. Entró a su habitación y se sentó al lado de la ventana, su lugar favorito de la casa, observar a las personas libres caminar. Quitarse la vida parecía la mejor opción, pero ella sabía que había muchas cosas que le faltaba por conocer, los hermosos paisajes que su abuelo le describía, el hermoso pueblo en Europa del sur.

Debajo de la cama sacó una caja de zapatos, en donde había múltiples fotos adjuntadas a las cartas de su abuelo.

Debajo de la cama sacó una caja de zapatos, en donde había múltiples fotos adjuntadas a las cartas de su abuelo

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13 DE MARZO

"Cariño, este es el castillo Dimitrescu, cuando seas lo suficientemente mayor, vendrás a vivir conmigo, y podrás apreciarlo de cerca, nadie nunca ha visto a la señora del castillo, pero puedes observar a sus traviesas hijas corriendo por los patios en verano, se enferman muy rápido y en invierno no salen a jugar con la nieve, tres pequeñas traviesas, que al parecer son un milagro, la leyenda dice que la señora del castillo no podía tener hijos, y Madre Miranda con su gran bondad, le dio la oportunidad de ser madre. Los Dimitrescu exportan vino de la mejor calidad, cuando crezcas, podrás probarlo junto a este viejo"

Ya no me queda nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora