Capítulo 8: "El viaje"

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Eran las 6 de la tarde. Elena se paseó por todo el barco, habló con algunos jóvenes marineros y vio el mar. Estaba bastante emocionada, pero a la vez aburrida por el largo viaje, volvió a la cubierta trasera del barco y se encontró a un joven de tez negra que cargaba una guitarra. Elena nunca había visto a una persona de color, se acercó:

- Hola – Dijo Elena poniéndose frente a él para observarlo de cerca

- Hola – Dijo el muchacho algo nervioso

- Soy Elena, Elena Bautista – Se presentó la muchacha, estirando coquetamente su mano.

El muchacho miró su mano con miedo y le preguntó:

- ¿Enserio quiere que bese su mano?

- Claro que sí, la estoy estirando para usted, buen hombre – Dijo Elena con una hermosa sonrisa.

El joven tomó la mano de Elena y le dio un pequeño beso

- ¿Me podría decir su nombre? – Preguntó Elena

- Soy Steven – Dijo el joven mirando de pies a cabeza a Elena.

- Veo que tienes una bella guitarra, ¿Tocarías algo? – Preguntó la joven

- Estoy esperando a alguien que me está enseñando – Dijo Steven

- Grandioso, cuando era pequeña, estaba tomando clases de violín. Después me dediqué al canto – Dijo la muchacha sentándose en el suelo

- ¿Dónde están sus zapatos? – Preguntó el joven al ver a la muchacha descalza

- Están en mi camarote – Dijo Elena tocando la punta de su dedo gordo

- ¿No tiene frío?

- Para nada – Dijo Elena

Steven se veía bastante nervioso estando con Elena. Miraba a su alrededor esperando que llegara la persona que él desde el principio estaba esperando. Elena quería seguir hablando con el muchacho.

- A decir verdad Steven. Nunca había visto a una persona de color, sin ofender – Dijo la muchacha acercándose a Steven como si fuera una niña, mirando el tostado color de la piel del muchacho.

- Yo nunca había visto a una pelirroja – Dijo el joven apuntando el naranja cabello de Elena

- ¿Quieres tocarlo? – Dijo Elena poniendo un mechón de su largo cabello en las manos del joven, antes de que este respondiera.

Steven miró el cabello de la muchacha con decoro

- Fascinante – Susurró Steven

- Debes ser muy popular en tu pueblo, Steven. Las muchachas deben volverse locas contigo – Dijo Elena mirando cada detalle de las manos de Steven

- Ojalá tuviera esa suerte, de hecho, eres la primera mujer a la que no le doy miedo – Dijo el joven sentándose en el suelo con Elena

- ¿Por qué?, ¿Por no ser blanco? – Preguntó la mujer

- Si, algunas personas no aceptan mi raza – Dijo el joven afinando algunas cuerdas de su guitarra.

- Pienso que eres fascinante – Dijo Elena

A la lejanía venia un hombre de mediana edad, rubio de ojos hermosamente azules. Cargaba un estuche pequeño.

- ¿Listo para la clase, Steven? – Preguntó

Ya no me queda nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora