Capítulo 22: "Advertencia"

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Heisenberg tomó de la mano a Elena y corrió dentro de uno de los pasillos de la fábrica.

- ¡¿Qué sucede?! – Preguntó Elena algo alterada

Heisenberg no le respondió. Elena corría detrás de él intentando seguirle el paso, mientras su mano estaba atrapada con el fuerte agarre de Karl. Ambos llegaron a una habitación muy oscura, Elena empezó a asustarse, quien parecía ser su amigo, la estaba arrastrando a un lugar desconocido, sin su consentimiento.

- ¡Por favor! – Gritó Elena desesperada, intentando zafar su mano izquierda del fuerte agarre de Heisenberg

Karl volteó, empujándola contra una pared y tapándole la boca, mirando fijamente a los ojos aterrorizados de la joven, este le dijo suavemente.

- Estamos en serios problemas, Elena. No puedes estar aquí. Madre Miranda está en camino. Debes guardar silencio – Dijo poniendo un dedo sobre su boca en señal de silencio.

La joven asintió con la cabeza. Karl quitó lentamente su mano del rostro de la muchacha, para empezar a buscar un escondite para ella.

Elena respiraba agitada, asustada se aferró al brazo del muchacho. Heisenberg podía sentir el intenso aroma que la joven traía encima. Era imposible de ocultar. Dejó las galletas sobre una mesa, al fondo de la enorme habitación había un enorme contenedor de basura. Tomando de la mano a la muchacha, corrió bruscamente hacia el barril con desechos. Elena intentaba seguirle el paso. Sentía que su corazón iba a salir de su pecho.

Soltó de la mano a Elena, con su fuerza levantó la tapa del contenedor, emitiendo sonidos de esfuerzo.

- Entra ahí – Dijo Karl en un susurro

Elena intentó saltar, pero no alcanzaba el alto borde el contenedor. Sin pensarlo Karl la levantó en sus brazos para que ella se impulsara. En el acto pudo sentir la delgada figura de la muchacha. Elena se sentó en el borde del contenedor. Antes de que Karl la soltara, Elena lo tomó de la mano:

- Espera, no me dejes aquí sola - le suplicó

- Debo hacerlo, volveré por ti – Le dijo el joven apretando suavemente la mano que Elena le había sujetado

- Estoy asustada – Le confesó la muchacha

- No tengas miedo, aquí estarás segura, guarda silencio y no salgas del contenedor

Elena soltó lentamente la mano de Karl, dando un último vistazo hacia el muchacho, saltó dentro del montón de basura.

- Volveré por ti – Le volvió a susurrar Karl antes de cerrar la tapa del contenedor

- Aquí estaré – Dijo Elena en un tono inaudible

El olor era asqueroso, estaba hasta el cuello cubierta de basura. A oscuras, solo podía escuchar su respiración agitada y los apresurados pasos de Heisenberg al alejarse corriendo.

 A oscuras, solo podía escuchar su respiración agitada y los apresurados pasos de Heisenberg al alejarse corriendo

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Ya no me queda nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora