Proditor

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Eran al rededor de las 10pm e Izuku seguía en la cima de aquel edificio donde juró esperar ese día a Tomura, el viento soplaba con una brisa gélida y sus pupilas reflejaban el fuego que se expandía en algunas partes de la ciudad como si se tratase de un pandemonium, pisadas arrastradas sonaron a sus espaldas y con desespero giró sobre sus talones para encontrar cara a cara a un Shigaraki cansado lleno de hollín.

-¡Tardaste tonto!- Expresaba abiertamente sus preocupaciones por primera vez en mucho tiempo mientras varias lágrimas comenzaban a cubrir so rostro.

-No quería tardar...lo...siento-Dijo con dificultad el mayor intentando poner su orgullo de lado al tratar con 531A7

-¡Si tus "cosas pendientes por hacer" eran generar una catástrofe en Tokio podías haberme avisado primero! ¡Te pude haber ayudado!- gritaba un poco más Izuku a causa de la impotencia y preocupación que lo carcomieron en las hora venideras de ese día. El tono de su voz y el llanto que intentaba contener lo hacían parecer de su edad de seis años, un pequeño que tenía el derecho de llorar y expresar sus emociones, un niño que no se escudaba bajo una actitud fuerte.

Tomura se puso de rodillas en el piso, más por el cansancio que por querer disculparse con Deku, y mientras dejaba escapar un suspiro de alivio respondió.

-Jamás creí que alguien se preocuparía por mí de esta forma...

-Eso no tiene nada que ver con lo que te estaba diciendo...- Refunfuñó mientras comenzaba a hipear.

-¿A dónde iremos?- Preguntó el de ojos rojizos después de haber recuperado un poco el aliento.

Izuku se tranquilizó y secó sus lágrimas para responder con la misma calma que Tomura.

-Iremos no muy lejos pero si a un lugar donde no nos van a encontrar, el bosque Arashiyama es un lugar seguro y perfecto para refugiarnos, ya envié a un grupo de mis amigos a crear un pequeño refugio temporal.

Shigaraki se puso de pie y sacudió las cenizas de su cuerpo, hizo un además con la cabeza y le dio a entender al de cabellos esmeraldas que le guiara. 

Tal vez ellos dos estaban reacios al calor humano porque jamás lo habían experimentado, no sabían cómo apoyar al otro de una manera reconfortante, tenían miedo de brindarse una mano o un abrazo, uno tenía miedo a ser herido y el otro de lastimar a quien aman.

En una ciudad donde el fuego y y el pánico amenazaban a los citadinos, en una noche vulgar donde el cielo se teñía de rojo y el frío hacía burla a la inquietante situación, dos niños temerosos comenzaron a caminar con libertad, alejados de la suerte y el destino, este era el mundo que estaban creando, un mundo donde ellos tomaron por primera vez en su vida una decisión. 

A pesar de ser niños temerosos, el primero por ser despojado de toda humanidad existentes, ultrajado y lleno de grietas quería y empezaban a formarse en el las esperanzas de recuperar todo aquello que perdió, recuperar ese amor que nunca se le dió. Quizás era dependencia a resultado de sus traumas, pero ¿Qué importaba si al final llegaba a ser feliz?

Por su parte, el segundo, tenía miedo de mostrarse a los demás como era, sin su coraza caprichosa en infantil para poder impone sus prioridades, muchas veces en su vida sus opiniones fueron pisoteadas y el hecho de imponer sus deseos era una medida de defensa, tenía miedo a tocar a sus seres queridos por el mismo hecho de que el mató a todos los que amó, no quería volver a ver como frente a sus ojos las personas que quiere se vuelven polvo, se tiene miedo a sí mismo.

Ambos ponen sus distancias pero están dispuestos a caminar al lado del otro porque se sienten en paz, que pueden ser ellos mismos bajo el continuo manto celeste.

Vulnerable (Villain Deku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora