Tres

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Narra ____

Hoy es mi segundo día en este nuevo lugar... Me adapté rápido, ya que ayer conseguí un mejor amigo. Espero que esta vez sea algo duradero y no uno de esos amigos que solo están por un tiempo.

Me levanté de la cama, fui a asearme y luego bajé a desayunar. Aún había cajas por toda la casa, pero ya menos que ayer.

— ¡Buenos días, pa'! —dije al entrar en la cocina y saludar a mi papá.

— ¡Hola, ____! —respondió sarcásticamente mi hermano, a quien no había saludado.

—Ah, sí, hola —le contesté mientras buscaba las tostadas—. Papá, ¿dónde está la tostada? No la encuentro —dije abriendo puerta por puerta en los armarios.

—Está en el primer cajón —dijo él, desayunando tranquilamente.

—Okey, gracias.

Más tarde, estaba en mi habitación, mirando curiosamente hacia la mansión cercana. Tenía la sensación de que hoy quizá podría ir. Observaba con atención cuando vi a alguien asomarse por una ventana, así que rápidamente escondí la cabeza para que no me vieran.

Iba a seguir mirando cuando alguien me tocó el hombro. Me giré bruscamente y ahí estaba él... Cinco. ¿Cómo es que estaba aquí? Ah, claro, su poder.

—Así que espiando, ¿eh? —dijo con las manos en los bolsillos de sus shorts.

—¡No! Y tú, ¿qué haces aquí? Es de mala educación entrar en casas ajenas sin el permiso del dueño —le respondí, disimulando mi molestia.

Él solo rodó los ojos y me miró con una sonrisa tranquila.

—También es de mala educación espiar, y tú lo hacías. Así que estamos a mano, ¿no crees? —Me acerqué a él, cruzando los brazos.

—¡Pero es diferente! ¿Qué tal si yo estaba cambiándome o haciendo algo que no quería que nadie viera? —Él simplemente rió.

—Dios, qué malhumorada eres, niña —dijo con tono divertido—. Me llamo Cinco. Cinco Hargreeves —extendió su mano.

—Amm, yo soy ____ Gray —acepté su apretón de manos, y él sonrió. ¡Dios, qué linda sonrisa tiene!

—Lindo nombre, señorita —dijo mientras besaba mi mano. No pude evitar ponerme roja.

—No sabía que eras tan coqueto —comenté algo nerviosa. Él se acercó más a mí.

—Lo soy solo contigo, bonita —dijo en un tono juguetón que hizo que me sintiera aún más nerviosa. ¿Acaso me voy a desmayar?

—Yo... amm... ¿Gracias? —respondí torpemente.

—Bueno, quizá te vea luego, linda —dijo mientras me daba un beso en la mejilla y desaparecía de repente, dejándome en shock.

Es la primera vez que me parece tan atractivo un chico, y al parecer, yo también le gusto a él... Aunque solo sea eso, una atracción.

Después de almorzar, todo en la casa ya estaba acomodado en su lugar. Solo quedaban unas tres cajas con cosas para donar. Fui a mi habitación a cambiarme, ya que seguía en pijama desde la mañana.

La verdad es que siempre estoy en pijama, pero como hoy voy a visitar a mi nuevo mejor amigo, decidí cambiarme. Me rizé las pestañas y me puse un broche en el cabello.

Hoy tuve suerte, porque papá va a cuidar a Juliette.

—Pa', voy a salir... ¿Puedo? —le pregunté mientras me dirigía a la puerta. Él rodó los ojos, pero asintió.

—Gracias.

Salí de mi casa con una enorme sonrisa, esperando encontrarme con Klaus. No habíamos quedado en una hora exacta, pero seguro lo encontraría.

Fui a la misma calle donde hablamos ayer y, efectivamente, ahí estaba, con otro chico que parecía asiático y también era guapo.

—¡Hola, ____! Hasta que llegas. Hoy me acompaña mi pequeño Benerio. Saluda, mi mejora —dijo Klaus dándole un codazo en las costillas al chico, que hizo una mueca de dolor.

—Hola, ____. Soy Ben, no Benerio —dijo el chico, riendo por el apodo.

—Sí, no te preocupes, lo sospechaba —contesté sonriendo.

—Bueno, Ben, a ella le gusta Cinco —dijo Klaus de repente, abriendo los ojos de sorpresa.

—Bueno, Cinco es algo reservado y un poco enojón, pero fuera de eso, es un buen chico —comentó Ben, mirándome con curiosidad.

—Claro... reservado... —dije distraídamente, recordando lo que había pasado en la mañana.

—¿Qué? —preguntaron confundidos Klaus y Ben al mismo tiempo.

—¡Nada!

—Bueno... Ven, vamos a la academia. Así te presento a todos, y lo mejor es que el viejo se fue de viaje... y Pogo no dirá nada... creo... —agregó Klaus con entusiasmo.

—¿Quién es Pogo? —pregunté mientras empezábamos a caminar.

—Es nuestro mayordomo —respondió Ben.

—¡Wow! Qué cool tener un mayordomo.

—Bueno... es un mono... Un mayordomo mono... —dijo Ben.

—¿Qué? ¿Cómo...? ¡No puedo esperar para verlo! —dije emocionada, porque eso no se ve todos los días.

—También, queremos decirte que nuestra mamá es un robot —dijo Klaus casualmente, mientras yo abría los ojos sorprendida—. Pero parece real...

—Chicos, mejor entremos por la ventana de ahí. Por ahí bajó Cinco esta mañana... Así evitamos las formalidades —sugirió Klaus mientras retrocedía.

—Bueno, yo estoy de acuerdo —dije sonriendo.

—Tú primero, ____ —asentí, algo nerviosa, porque era la primera vez que subía así a algún lugar.

Cuando entré, no me di cuenta de dónde estaba, solo seguí caminando hasta que tropecé y caí al suelo.

—Así que tú también querías visitarme, señorita —dijo una voz que reconocí inmediatamente. Levanté la mirada y ahí estaba, Cinco... ¿Pero por qué justo ahora? Miré alrededor y me di cuenta de que estaba en su habitación. ¡Me atraparon! Ellos lo sabían...

—No... Klaus me dijo que entrara por aquí... No sabía que era tu habitación... Lo siento.

—No te disculpes, no estoy molesto. Solo me gusta molestarte, señorita —dijo mientras se acercaba a mí.

—Bueno... amm... ¿Gracias? —dije, sintiéndome nerviosa de nuevo. Cinco volvió a besarme en la mejilla, dejándome en shock una vez más.

Pensé que eras reservado... pero me estás coqueteando. Aunque no me quejo, me gusta.

—¡Veo que ya están coqueteando, tortolitos! —comentó Klaus, apoyado en la puerta junto a Ben.

—No-no... Yo... Es que... ¡es muy guapo! —dije, y luego me di cuenta de lo que acababa de decir. ¡Mierda! ¿Por qué dije eso? Siempre meto la pata... ¿Qué pensará de mí ahora?

Narra Cinco

Por alguna razón, ____ me gusta. Desde que la vi ayer, me ha mantenido pensando en ella, algo que me prometí que no haría.

Hoy en la mañana, la vi espiando desde la ventana de su habitación, que está frente a la academia, así que me teletransporté para comenzar una conversación. Al final, le di un beso en la mejilla, lo cual me puso nerviosísimo, pero me gustó el momento.

Y ahora... esto acaba de repetirse.

Ella acaba de salir corriendo después de decir que soy muy guapo... Dios, chica...

EL CHICO UMBRELLA ||𝐶𝑖𝑛𝑐𝑜 𝐻𝑎𝑟𝑔𝑟𝑒𝑒𝑣𝑒𝑠© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora