Me desperté temprano esa mañana, pero no podía dejar de pensar en lo que pasó anoche. Mi papá estaba tan enojado y esa mirada que le lanzó a Cinco... ¡qué vergüenza! Me revolví en la cama, mirando al techo y suspirando. Quería verlo, hablar con él, pero no sabía si sería buena idea después de lo que pasó.
Bajé las escaleras, tratando de no hacer ruido. Mi papá ya estaba en la cocina, tomando café, y me dio una rápida mirada cuando entré. No parecía tan molesto como anoche, pero igual me daba algo de miedo hablar del tema.
—¿Tienes algo que decirme? —dijo, sin levantar mucho la voz, pero serio.
—Papá... no fue gran cosa, de verdad. Cinco solo me estaba acompañando a casa, no quería que viniera sola...
—¿Y el beso? —me interrumpió, mirándome fijo.
Me quedé callada por un segundo, no sabía qué decir. Solo me encogí de hombros.
—No te preocupes, papá. Cinco es... buena persona.
—Voy a conocerlo mejor antes de confiar en él —dijo, tomando otro sorbo de café—. La próxima vez me avisas si alguien te acompaña. Y nada de besos afuera de casa, ¿entendido?
—Sí... entendido —respondí, queriendo que la conversación terminara.
Después del desayuno subí a mi habitación, estaba algo avergonzada. Como estará cinco, mi papá lo miro muy mal, espero no se haya molestado o algo.
Mire hacia la ventana de mi habitación, y al frente de ahí vi hacia la mansión hargreeeves, me quedé viendo hacia la ventana que daba hacia la habitación de cinco, quería hablar con el, después de un rato lo veo entrando hacia su habitación, y el me ve, y desaparece con su poder. Cinco apareció justo frente a mí, con esa expresión despreocupada, pero sus ojos mostraban una ligera preocupación.
—Hola —dijo, como si nada hubiera pasado.
Me quedé congelada por un segundo, sorprendida de que realmente hubiera usado su poder para aparecerse aquí, después de lo de anoche.
—Cinco... —susurré, con una mezcla de sorpresa y alivio—. ¿Qué haces aquí? Si mi papá te ve...
—No me verá, tranquila —respondió con una media sonrisa—. Solo quería asegurarme de que estuvieras bien después de lo de anoche.
Me mordí el labio y asentí, sentándome en el borde de mi cama. Aún me sentía avergonzada por lo que había pasado, por la mirada de mi papá y cómo había interrumpido todo.
—Mi papá estaba... muy enojado —admití, bajando la mirada.
—Lo noté —dijo Cinco, con una pequeña risa—. Pero no me molesta. Es normal que esté molesto... te está cuidando.
Lo miré sorprendida. Pensaba que estaría más incómodo o molesto por cómo mi papá lo había tratado, pero parecía que no le afectaba tanto como yo había pensado.
—¿No te incomodó? —pregunté, inclinando la cabeza.
Cinco se acercó y se sentó a mi lado en la cama, su rodilla rozando la mía. Se quedó en silencio por un momento, luego habló con esa seguridad que siempre lo caracterizaba.
—No, porque sé lo que quiero —me miró directamente, y su tono serio hizo que el ambiente cambiara—. Y lo que quiero es intentarlo contigo, como te dije anoche. No voy a dejar que el miedo a lo que piensen los demás nos detenga.
Sentí mi corazón latir más rápido y le sostuve la mirada. Me encantaba la forma en la que hablaba tan seguro de lo que quería, y más aún que lo que quería era... estar conmigo.
—Yo también quiero intentarlo —le respondí finalmente, tomando aire—. Pero tengo miedo de lo que va a pasar. Mi papá es muy... protector, y si se da cuenta de que sigues aquí...
—Me iré antes de que se dé cuenta —dijo Cinco con una leve sonrisa, pero no hizo ningún esfuerzo por moverse. En vez de eso, se quedó mirándome, como si estuviera pensando en algo más.
El silencio se hizo un poco largo, y justo cuando estaba a punto de preguntarle qué le pasaba, él habló.
—___. —Dijo mi nombre de una manera tan suave que sentí un pequeño nudo en el estómago—. Sé que ya hablamos de esto antes, y sé que no hemos dejado de... besarnos y estar juntos. Pero quiero... quiero hacerlo oficial.
Me quedé en silencio, el corazón latiéndome fuerte. Claro, ya sabía lo que sentíamos el uno por el otro. Nos habíamos conocido hace tiempo y desde la primera semana las cosas fluyeron de una forma que ni siquiera planeamos. Pero esta vez, el tono en su voz era diferente, más serio, como si realmente quisiera asegurarse de que lo que estaba a punto de decir cambiara algo.
—¿Oficial? —repetí, sintiendo una pequeña sonrisa aparecer en mis labios.
Él asintió, desviando la mirada por un segundo, como si estuviera decidiendo cómo decir lo que venía después. Luego volvió a mirarme, sus ojos fijos en los míos, con esa intensidad que siempre me dejaba sin palabras.
—Quiero que seamos algo más que solo... dos personas que se gustan y se besan de vez en cuando. Quiero estar contigo de verdad, como novios. No importa lo que tu papá piense ahora, ni lo que digan los demás. Solo quiero que lo intentemos.
Me quedé mirándolo por unos segundos, mi corazón acelerado. Claro, yo también lo quería. Desde que lo conocí, todo en él me atraía de una forma que no podía explicar. Pero escuchar que él quería lo mismo, que estaba dispuesto a intentar algo real, hacía que todo se sintiera más especial.
—Cinco... —empecé, mi voz un poco baja—. Yo también quiero intentarlo. Te quiero a ti.
Cinco sonrió, esa sonrisa pequeña y confiada que siempre me hacía sentir segura. Se acercó un poco más y, con cuidado, tomó mi mano entre las suyas. Sentí un calor suave recorrerme, algo simple pero reconfortante.
—Entonces... somos novios —dijo, como si fuera lo más natural del mundo, pero sus ojos brillaban con un toque de emoción que no solía mostrar.
—Sí, somos novios —repetí, sonriendo.
Nos quedamos un momento en silencio, disfrutando del hecho de que finalmente habíamos dado ese paso. No había más preguntas, ni dudas. Solo estaba él, mirándome de esa forma que me hacía sentir que todo iba a estar bien.
Antes de que pudiera procesar lo que estaba sintiendo, Cinco se inclinó hacia mí, su rostro acercándose al mío. Mi corazón se aceleró y, por un instante, todo lo demás desapareció. Sus labios encontraron los míos en un beso suave pero lleno de significado. Era un beso que decía más que mil palabras, un sello para lo que acabábamos de decidir.
Me aferré a su camisa mientras cerraba los ojos, disfrutando de la calidez y la conexión que compartíamos. Era perfecto, y en ese momento, supe que todo iba a estar bien.
Cuando se separó, sonrió, y su mirada estaba llena de alegría y complicidad.
—Ahora sí me voy, antes de que tu papá me encuentre aquí —dijo, soltando mi mano con suavidad, pero sus dedos rozaron los míos justo antes de desaparecer.
Lo vi desaparecer de mi habitación, y me quedé mirando el lugar donde había estado, con una mezcla de nervios y felicidad. Por fin éramos algo más, algo real.
DESPUÉS DE TIEMPO SUBO CAPÍTULOS. CHICAS SE ENTERARON LO DE LIAM?, la verdad la noticia me llegó de la nada, es algo muy delicado y la verdad me duele mucho esa noticia, ya que yo lo sigo desde 1D, y se siente irreal, liam fue uno de mis ídolos y pues es una noticia muy fuerte para mucha de nosotras.
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EL CHICO UMBRELLA ||𝐶𝑖𝑛𝑐𝑜 𝐻𝑎𝑟𝑔𝑟𝑒𝑒𝑣𝑒𝑠©
Fanfiction¿Creen que un amor adolescente puede durar para siempre o solo es una etapa pasajera? Para Cinco Hargreeves y ______, la respuesta es clara: lo suyo no es solo una fase, sino un amor verdadero que desafía las expectativas y los límites de su mundo.