Nueve

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—¿Entendiste? —preguntó Cinco después de explicarme el problema por quinta vez.

—¡Sí! Muchas gracias —dije feliz, ya que estas ecuaciones de segundo grado eran muy difíciles para mí.

—Por fin. Tenías razón, contigo hay que tener mucha paciencia. Casi exploto y te grito. Agradece que no pasó —dijo, mientras nos abrazábamos. Me separé rápidamente.

—Entonces estoy muy agradecida... Bueno, ahora que estoy aburrida otra vez, ¿quieres hacer algo?

—¿Crees que te dejen salir? —preguntó, levantándose de la cama y acomodándose el saco.

—Amm... Sí, creo que sí —respondí, también levantándome y arreglándome la ropa que se había subido un poco.

—Bien... Dame tu mano —pidió, y se la di.

Sin previo aviso, se teletransportó a un callejón.

—¿Qué hacemos acá? —pregunté, algo asustada, ya que no es normal que un chico te lleve a un callejón.

—Vamos a ir por donas, pero por obvias razones no me teletransportaré delante de la cafetería —dijo, y asentí.

Salimos del callejón, ambos agarrados de la mano, y entramos en una cafetería que era muy linda, llamada "Griddy's Donuts".

—¿Y qué te parece este lugar? Aquí solía venir con mis hermanos cuando éramos más pequeños —comentó Cinco, mientras nos sentábamos juntos y comenzábamos a conversar.

—Es un lugar muy lindo —dije, mientras nos acomodábamos en las sillas.

—Buenas tardes, niños. Díganme qué desean —preguntó una señorita rubia y amable, cuyo uniforme decía que se llamaba Agnes.

—Buenas tardes. Yo quisiera una dona de fresa y otra de vainilla, por favor —dije.

—¿Y tú, jovencito? —preguntó Agnes a Cinco.

—Yo quiero un café negro y una dona de frambuesa —respondió él, serio.

—Ok, en un rato les traigo su pedido. Hacen una linda pareja, por cierto —comentó Agnes, y se fue, dejándome con las mejillas coloradas.

—Amm... Eso fue algo incómodo —dije, sonrojada.

—Sí —asintió Cinco.

Pasó el tiempo y Agnes nos trajo el pedido. Después de ese momento incómodo, lo pasamos entre risas y chistes.

—Fue muy divertido. Gracias por traerme acá. Espero repetirlo —dije frente a la puerta de mi casa, sonriendo.

—Sí, y lo haremos. Adiós, linda —dijo Cinco, besando mi mejilla antes de teletransportarse sin esperar mi respuesta.

Al entrar a la casa con cuidado, me encontré con Hannah en la sala, viéndome algo seria.

—¡Hola! —dije nerviosa, sabiendo que me había escapado.

—_____... ¿Dónde estabas? Me preocupé mucho por ti. Te busqué por toda la casa y no estabas —dijo Hannah, con preocupación en la voz.

—Lo siento... Solo que... Salí con un amigo —empecé a explicar.

—¿Un amigo? ¿Quién es? —preguntó Hannah, con curiosidad.

—Ah, es el chico del que te hablé antes. El que vive en la Academia Umbrella —dije, recordándole.

—¿El chico de la Academia Umbrella? ¡Vaya! ¿Y qué hicieron?

—Solo hablamos y jugamos, fue muy divertido —respondí.

—¿Te gusta? —preguntó, con una sonrisa pícara.

—Bueno, sí... aunque nos conocemos poco. Creo que lo mejor será conocernos más —dije, sonriendo.

—¿Y cómo es? ¿Es alto, bajo, rubio, moreno? ¡Cuéntame! —preguntó Hannah, emocionada.

—Es de estatura media, su pelo es castaño, y tiene los ojos verdes —respondí, emocionada.

—¡Los ojos verdes son muy lindos!

—Sí, muy lindos —asentí.

(...)

Pasaron unos minutos hablando con Hannah sobre chicos y otras cosas. La verdad, es la primera niñera con la que me llevo tan bien; las anteriores eran ancianas aburridas y amargadas.
(...)
Me desperté a las 7:08 de la mañana, preparé mi desayuno, me cambié y me dirigí al colegio, decidiendo caminar para conocer mejor los alrededores.

Al llegar, había un grupo de personas amontonadas en un lugar. Me preguntaba qué sucedía, cuando alguien me tocó el hombro. Era Eva.

—Hola, Eva. ¿Qué pasa? —pregunté, confundida, ya que se veía muy emocionada.

—¿No sabes aún? —preguntó, sorprendida.

—No, por eso te pregunto —respondí.

—Van a hacer un baile de primavera —dijo, muy feliz.

—¿Y eso qué es? —pregunté, algo confundida.

—Pues bailas y eligen una reina del baile. Espero ser yo; me esforcé mucho el año pasado para cumplir con los requisitos —comentó, emocionada.

—Estoy segura de que lo lograrás. Eres muy linda y te lo mereces —le dije, amablemente.

—¡Hola chicas! Eva, yo votaré por ti. ¿Tú también, _____? —preguntó Lily.

—¡Obvio, daré mis votos por ti! —sonreí, y nos abrazamos.

—Ok, bueno, ya voy entrando. Vamos —dijo Eva.

—Amm, yo me voy esperando a los Hargreeves. Ustedes vayan y yo los alcanzo —dije.

—¡Está bien! ¡Hasta luego!

Me quedé esperando a Cinco y Allison. Después de unos minutos, llegaron.

—Hola, ____ ¿qué tal? —me saludó Allison con un beso en la mejilla.

—Hola, Alli. Los estaba esperando a ambos —dije, saludándolos.

—Hola, Cinco —le di un pequeño abrazo, que él aceptó.

—Hola, ____ —dijo, mirándome con esos lindos ojos.

—Bueno, vamos a entrar —dije, mientras asintieron y nos dirigimos hacia la escuela.

EL CHICO UMBRELLA ||𝐶𝑖𝑛𝑐𝑜 𝐻𝑎𝑟𝑔𝑟𝑒𝑒𝑣𝑒𝑠© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora