Doce

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Después de mi visita a los Hargreeves, Cinco me acompañó a casa.

—¿Cómo lo pasaste? —me preguntó mientras metía sus manos en los bolsillos, caminando a mi lado.

—Tus hermanos me caen muy bien, Cinco. Me divertí mucho... gracias. —Le dediqué una cálida sonrisa, y él me la devolvió.

—Me alegra escuchar eso, ___. Al principio me daba pena por ellos, pero me alivia que te lleves bien con ellos. Son de lo que más quiero en el mundo. —Su tono tímido me conmovió, y sentí una ternura inexplicable por él.

—Lo entiendo. Mis hermanos también son muy importantes para mí, y me alegra que tú quieras tanto a los tuyos. Se nota que ellos también te quieren mucho. —Me miró con una expresión que denotaba un profundo sentimiento.

—Estoy muy contento de haberte conocido, ____. Eres una gran amiga.

—Yo también estoy feliz de haberte conocido, Cinco. Eres un gran chico...

De repente, se acercó y me dio un abrazo. Me sorprendió, pero no lo dudé ni un segundo y se lo devolví. Sentir su calor era reconfortante, como si ese abrazo pudiera derretir cualquier preocupación.

En tan poco tiempo, le había tomado un gran cariño. Su cercanía me hacía sentir segura, como si siempre hubiera estado en mi vida.

Nos separamos con una sonrisa, aunque él parecía algo avergonzado, con las mejillas teñidas de rojo.

—Disculpa por haberte abrazado así, de repente.

—No pasa nada, me gustó... Te quiero mucho, amigo. —Mis palabras provocaron que una sonrisa triste se dibujara en su rostro.

—Yo también te quiero... amiga.

Algo en mi corazón dolió. Tenía razón, éramos amigos, y aunque nos gustáramos, aún no nos conocíamos del todo.

Llegamos a mi casa hace rato, pero nos quedamos conversando un poco más, sin querer despedirnos aún.

—Bueno... creo que ya entraré. —Mis palabras rompieron el hechizo del momento.

—Sí, sí, descansa. Nos vemos. —Estaba a punto de irse cuando lo tomé del brazo y lo acerqué a mí, dándole un beso en la mejilla a modo de despedida.

—Despídete bien —dije con un tono juguetón. Él se sonrojó y me lanzó una mirada desafiante.

—No, tú despídete bien, linda. —Con una sonrisa traviesa, me tomó suavemente de la mejilla y me dio un pequeño beso en los labios, dejándome completamente roja. Antes de que pudiera reaccionar, desapareció en una luz azul.

Cinco Hargreeves

Al alejarme de ____, me sentía como si todo mi mundo se hubiera sacudido. Me estaba enamorando de ella, y no podía evitarlo. ¡Dios! ¿Cómo no iba a hacerlo? Es tan linda, tan perfecta. Odio que me haga sentir así, odio que su sonrisa me desarme, odio cómo huele tan bien... pero más odio el no tenerla.

Ahora que ha entrado en mi vida, no quiero que salga jamás.

Me tumbé en mi cama, pensando en su manera de mirarme, en su esencia... ¿Cómo es posible que alguien como ella exista?

Cerré los ojos y, sin darme cuenta, una pequeña sonrisa apareció en mi rostro.

Dos semanas después

Me desperté como cualquier otro día, pero algo era diferente. Me lavé los dientes, me bañé y me vestí rápidamente. Al salir de mi habitación, me encontré con Vanya, quien dormía en la habitación frente a la mía.

EL CHICO UMBRELLA ||𝐶𝑖𝑛𝑐𝑜 𝐻𝑎𝑟𝑔𝑟𝑒𝑒𝑣𝑒𝑠© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora