05.

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Shouto Todoroki

Mi mundo fue diferente al de los demás, un lugar caótico y melancólico. Fui criado por alguien egoísta y orgulloso. Daría todo lo que tengo para haber tenido una infancia más normal.

Cuando mi madre fue hospitalizada, quedamos confinados en los sombríos rincones de nuestra casa. La única luz que teníamos mis hermanos y yo se había ido. Tras el incidente con mi madre, ahora tengo una cicatriz en mi ojo izquierdo que se extiende hasta la mitad de mi mejilla.

No le desearía a nadie una vida como la mía, donde mi mente solo tenía tres cosas presentes: estudiar, mandar al diablo al viejo y, lo más importante, cómo estaría mi amigo de la infancia. Aunque tal vez esto último sea una tontería.

Traté por todos los medios de buscarlo, pero el viejo siempre vigilaba cada una de mis acciones. Aunque sabía su ubicación gracias a Bakugo, no pude ir a buscarlo. Cuando el viejo cometa un descuido, iré a buscar a Midoriya.

Sin embargo, veo casi irreal cumplir la promesa que hice de niño. ¿En qué estaba pensando mi pobre mente infantil? Siento que me he fallado a mí mismo. No sé cómo tratar a las personas a menos que sean socios o mis hermanos. No sé hacer amigos o entablar una conversación normal. No puedo simplemente decir: "Hola, fuimos amigos de la infancia, ¿me recuerdas? Destrozaste mi castillo cuando teníamos cinco años".

Patético.

Primero, ¿quién recordaría a alguien como yo? Pero hay una parte de mí que reclama buscarlo y sentir su presencia. Sigo creyendo que es el mismo pequeño sol de nuestra infancia y tengo la esperanza de que sea así.

Moví algunos hilos para que Toshinori Yagi viniera permanentemente a Japón por asuntos de negocios relacionados con su empresa, a escondidas de mi padre. Sé que Midoriya quedó a su cuidado tras la tragedia que sufrió. Sé que volverá a Japón, y de alguna manera me hace sentir calmado. Estamos cerca, pero sé que no tendré el valor de dirigirle la palabra.

Al final del día, soy el heredero de la empresa de mi padre tras ser rechazado por mis tres hermanos. No tuve elección ni voz al ser elegido como sucesor. Ahora debo asistir a aburridas juntas en las que termino distrayéndome con el bolígrafo frente a mis ojos. Viví presionado para ser perfecto y el mejor. Pero yo no quiero ser como mi padre, lo detesto.

—¿Cómo te encuentras? —Entré a la habitación de mi hermana con un vaso de agua y algunas vitaminas—¿Te duele algo?

—Ya me encuentro mejor y no te preocupes, estoy bien.—sonrió—. Gracias por preocuparte por mí, Shou.

Mi hermana está teniendo un embarazo riesgoso. Semanas antes tuvo un accidente con las escaleras; aparentemente se resbaló.

—Aún sigue en pie la propuesta que te hicimos Keigo y yo.—Me senté en una silla cercana.—Sabes que es lo mejor. A veces no podemos cuidarte. Touya y Natsuo no están en el país, Keigo y yo tenemos que asistir a juntas o estar en la empresa constantemente.

—He pensado en la propuesta
—Suspiró.—No quiero causarles problemas.

—Sabes que no lo haces, solo queremos que estés bien.

—No es necesario que me des un sermón. Ya tomé una decisión.—Sonrió victoriosa.—Sí quiero aceptar su propuesta. De hecho.—Sacó un pequeño cuaderno de un cajón al costado de su cama.—He investigado algunos números de estudiantes que son considerados los mejores.—sonrió dulcemente.

—Bien, déjame ver esa lista.—Me extendió el cuaderno.

Comencé a ver detenidamente cada número y los nombres de sus propietarios. Mis ojos se quedaron perplejos al ver un nombre tan familiar: Midoriya Izuku. No, esto debe ser una coincidencia. Deben haber muchas personas con ese nombre. El mundo no me ama lo suficiente para poner frente a mí a la persona que he buscado por años.

¿O sí?

—Shouto, ¿sucede algo? —dijo mi hermana con un ligero tono de preocupación—. Te quedaste estático.

—No, estoy bien.—La miré—. ¿Hay alguien que te haya llamado la atención?

—Hay un chico, estuve investigando sobre él y es un buen estudiante con uno de los mejores promedios. Su nombre es Midoriya Izuku.

No pude evitar tensarme al escuchar su nombre. Fuyumi lo notó y soltó una ligera risa.

—Él estudiaba en Estados Unidos.—me indicó que me acercara y me senté a su lado en la cama.—Sé que has querido buscarlo, es tu amigo de la infancia.

El mundo no me odia tanto como pensaba.

—¿Cómo sabes que he querido buscarlo? —Pregunté. Mis planes de encontrarlo los he mantenido en secreto.

—Hace un tiempo entré a tu habitación y no estabas. Vi un cuaderno abierto y no pude evitar leerlo. Vi tus planes con él.—Acarició mi cabello con gentileza.—También recuerdo cuando eran niños y jugaban en el parque. Es una buena manera de empezar de cero.

—No tengo idea de lo que haré cuando lo tenga frente a mí.—desvié la mirada, sintiéndome avergonzado— ¿Quién a mi edad no sabe cómo convivir con las personas?

—¡Yo te ayudaré a que vuelvan a ser amigos! —Dijo entusiasmada.

—No estoy seguro realmente.—Dije honestamente.

—Vamos, Shoto. Si planeabas encontrarte con él, debe ser por alguna razón.

Y tiene razón.

—Está bien, trataré de contactarlo para que te cuide y, si se da el momento, hablaré con él.—La miré y ella parecía emocionada.—Pero no es seguro que lleguemos a algo.—Se desanimó y hizo un ligero puchero.

—Como tú digas.—Dijo cruzándose de brazos.

Me despedí de ella y salí de su habitación para ir a mi departamento. Cuando llegué, me recosté en mi cama y miré al techo pensando en qué haré si tengo a Midoriya frente a mí. Ha pasado tiempo desde la última vez que nos vimos y parece que está cumpliendo su sueño de ayudar a las personas. Me hace feliz por él, pero no puedo decir lo mismo de mí.

Solté un largo suspiro y agarré mi teléfono para llamarlo.

—¿Hola? —Se escuchó al otro lado de la línea.

A tu lado || TodoDeku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora