08.

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Por primera vez en mucho tiempo, Shoto pudo experimentar la felicidad genuina. Se sentía muy afortunado de tener al chico pecoso de nuevo en su vida. La emoción de despertar cada día y ver un mensaje de buenos días acompañado de una gran cantidad de emojis era indescriptible.

Hace tiempo no se sentía así con ninguna persona; era como si solo Izuku pudiera producir aquella sensación de felicidad y paz. Tal vez sí necesitaba a Izuku de nuevo en su vida. No estaba acostumbrado a tener amigos; aunque tenía a su mejor amiga, Yaoyorozu Momo, debía admitir que no sentía la misma conexión que con Midoriya.

Cada vez que alguno de los dos tenía tiempo en sus ocupadas vidas, salían a tomar un café o a realizar algunas actividades como ver una película o simplemente caminar por el parque y comer helado mientras conversaban. Debía agradecer a su hermana, ya que sin ella nunca se habría acercado a Midoriya por voluntad propia.

El tiempo parecía no haber pasado para Midoriya; seguía siendo la misma persona que cuando eran pequeños. Incluso algunos de sus gustos seguían siendo los mismos, como su afición por los superhéroes, su amor por las cosas dulces y su manía de investigar a fondo cosas que le parecían interesantes. Shoto descubrió que uno de los pasatiempos de Izuku era dibujar. Con mucha pena, Midoriya le mostró sus creaciones en su cuadernillo, donde también había anotaciones de cosas que él veía como triviales pero que, para el pecoso, eran muy interesantes.

Por otro lado, Izuku se sentía frustrado consigo mismo por no poder recordar nada. Su cabeza no cooperaba, pero su cuerpo sí. Sentía sensaciones conocidas al estar frente a Shoto, y una extraña comodidad y cariño al estar con él, además de una emoción que solo experimentaba en su presencia.

Ese día, Todoroki había pasado a buscar a Midoriya a su universidad. Esa tarde no tenía que cuidar a su hermana, ya que Keigo estaría con ella, y Midoriya quería tomarse un descanso de las clases y su servicio en el hospital, así que decidió pasar su escaso tiempo libre con el bicolor.

—Son realmente maravillosos.—Dijo Shoto al observar detenidamente los dibujos de Izuku. No era un experto en arte y no solía ser fanático, pero lo que veía le parecía asombroso.

—Todoroki-kun, no es para tanto.—Respondió Izuku, agitando frenéticamente sus manos con nerviosismo.—No son tan buenos, hay dibujos mucho mejores que los míos.

—Estás equivocado —Dijo Shoto mirándolo atentamente.—Los dibujos los hiciste tú, y eso los hace mejores que los demás.—Sonrió.

Ya estaba acostumbrado a los sonrojos de Izuku, algo que Momo le había explicado. Antes, pensaba que el pobre se estaba enfermando o tenía calor, pero no era así. Ahora no podía evitar pensar que ese gesto era algo adorable; todo en su acompañante lo era y siempre lo sería.

—¡Dibujaré algo para Todoroki-kun! Será dedicado solo para ti.—Dijo Izuku con entusiasmo.—Solo espero que te guste.

—Claro que me gustará. Lo vas a hacer tú; todo lo que venga de ti es lindo.—Respondió Shoto sinceramente, sintiendo la calidez en su pecho que experimentaba constantemente.

Izuku asintió con una gran sonrisa que podría dejar ciego a cualquiera que lo viera.

—Por cierto, mi hermana me pidió que te invitara a una reunión que hará mi padre por el aniversario de su empresa.—Dijo Shoto, sorbiendo un poco de su café.—También me gustaría que fueras, si estás disponible. Será este sábado.

Midoriya pareció quedar en un pequeño trance; Shoto supuso que lo estaba pensando por la forma en que murmuraba.

—Me encantaría ir. Estoy desocupado ese día.

—Pasaré por ti a tu casa, ¿te parece bien?

—Por supuesto.—Respondió Izuku con una sonrisa.

—Respondió Izuku con una sonrisa

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A tu lado || TodoDeku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora