POV: Arianne
Tiene que ser una broma. Una broma de muy mal gusto, pero que no sea de verdad.
Eso es lo que rezo mientras Lydia llora desconsolada en mi hombro y Peterson está gritando mientras habla por el teléfono con no se qué amigo de Francia.
-¿¡Estás burlándote o algo!? ¡Porque no tiene gracia!
De repente se hizo un silencio y miré a Peterson, se había quedado mudo y su cara estaba lívida.
Luego una lágrima se deslizó por su mejilla y a mi se me cerró la garganta.
Se sentó como si no pudiese sostener el peso de su propio cuerpo, pasándose una mano por el pelo.
Sentí algo moverse en mi pecho y me di cuenta de que solo quería estar en sus brazos y tranquilizarlo.
Ivy, Abbie y Gabri llegaron corriendo a nuestro lado:
-¡Lydia vuelve a la fiest....!- Abbie se calló de pronto al ver la escena.
-¿Qué ocurrió?-preguntó Ivy acercándose a una Lydia que ya no lloraba, solo miraba al frente.
Gabri se acercó a abrazar a Lydia y ahí aproveché para acercarme a mis amigas y explicárselo todo:
-Al parecer Jean y Lorena habían salido y cuando volvían a casa, un camión los arrolló-dije susurrando y como si tuviese una pasta en la boca que hiciese que me costara hablar.
Ivy ahogó un grito:
-Espera, ¿Jean y Lorena?¿Nuestros Jean y Lorena?
Asentí respirando profundamente, intentando hacer desaparecer el nudo de mi garganta para poder volver a respirar de nuevo con normalidad.
Todo se sentía irreal, esto no podía ser cierto. Se lo mucho que Lydia y Eric los querían, inconscientemente miré al cielo, enfadada, porque no era justo.
Las chicas se acercaron a Lydia que no parecía estar en la misma dimensión que nosotras.
Cogí mi IPhone y llamé a Max.
-Ven aquí, ahora, patio trasero, Lydia-solo dije eso para luego colgarle, solo con nombrarle a Lydia vendría sin dudarlo.
Eric seguía hablando por su teléfono aunque parecía, al igual que Lydia, no estar junto a nosotros.
Me daba miedo ir a su lado y que me rechazara. Nosotros con nuestros estúpidos jueguitos y sus mejores amigos muriéndose.
Soy asquerosa.
Las lágrimas se acumularon en mi garganta, pero me obligué a ser fuerte, ahora debía ser yo su apoyo.
Max llegó a los pocos minutos y cuando nos vio abrió los ojos asustado y se acercó a Lydia rápidamente.
-Llévatela de aquí-dijo Peterson, sobresaltándome, a mi espalda. Max lo miró sorprendido-Mañana a primera hora cojeremos un vuelo hacia Francia, cuídala esta noche por favor.
Max asintió seriamente, no preguntó que sucedía, pero seguramente lo intuía.
Cogió suavemente a Lydia en sus brazos, al tiempo que le decía cosas cariñosas y se la llevó de allí.
Peterson nos miró a las que quedábamos allí.
-¿Podriaís acabar con todo esto?-dijo haciendo un círculo con su dedo. Su voz estaba ronca y estaba haciendo un gran esfuerzo por no llorar. Parecía haber envejecido muchos años de golpe. Intenté acercarme a él pero dio un paso atrás-Gracias.
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Quiero darte un beso
Romansa-¿Qué quieres de mi Eric? Te lo he dado todo-le grité fríamente y sin mirarlo, ni girarme- Me he entregado a ti, te he dado mi tiempo ,mi alegría, mis risas, mis llantos, mis sueños e incluso mis secretos-sentía un gran nudo en mi garganta que apena...