Tortuga montada en caracol

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POV; Eric

Después de que Arianne saliese prácticamente corriendo de mi casa, me quedé sentado en el sillón bastante confundido.

Creo que mi abuela parloteaba algo del pepino para no se qué de la glucosa, y mi familia asentía como si le importase algo ese tema. Incluso los mellizos se estaban portando bien.

Sentían el aura intimidante de la abuela Ness.

Pensé en Arianne.

No entendía por qué le había molestado, si es que la foto había quedado genial. Ella era genial de por sí.

Con ese aire soñador y mirada inocente había sido una de mis mejores fotos en mucho tiempo.

No entendía como algo tan bonito podía ser calificado como 'Horrible'.

Lo peor era que no había podido despedirme decentemente de ella, ni siquiera me había dejado llevarla a su casa.

¿Qué se supone que es decentemente?

Ya empezamos...

No, ahora nos contestas.

Pues yo que sé,quizás un beso... en la mejilla,un abrazo...

No quiere nada contigo.

Seguro.

¿Desde cuándo necesitas un 'beso en la mejilla'? ¿Cuándo te has vuelto tan marica?

Déjame en paz, no me hables.

Soy tú.

QUE PESADO SOY.

Eso me lo decía Arianne todo el rato. Mmm...Arianne, menudo dolor de cabeza era.

Su misterio aumentaba mi curiosidad.

La abuela finalmente se fue, y tras despedirnos de ella y decirle que volviese pronto,nos volvimos a sentar en el sillón, totalmente agotados.

Los enanos encendieron la televisión, era una película de Ice Age, una de sus favoritas y todo hay que decirlo, del resto de la familia también.

La ardilla era muuuy graciosa.

Me mataba.

-Ey ¿todavía piensas en ella?-me susurró mi hermana, colocándose a mi lado y apoyándose en mi hombro.

Gruñí a modo de respuesta,fulminándola con la mirada.

-Claro que no, pesada.

-Sí, sí, lo que tu digas hermanito-dijo burlona alzando ambas cejas-¿Qué le hicistes?

Pero nuestros padres nos interrumpieron:

-Eric ¿cómo te va con tu tutora?-dijo mi padre entre susurros para no molestar a los mellizos.

-Parece muy agradable-lo apoyó mi madre. Yo asentí, pero mi hermana se me adelantó.

-Tiene a Eric a raya, los profesores todavía no os han llamado ¿no?

Mis padres rieron divertidos:

-Pues espero que continúe siendo así-dijo mi padre,palmeándome la espalda.

Pues yo esperaba que no, en unos días me había dado buenos quebraderos de cabeza.

Me despedí de los enanos y de mis padres, y cuando me acerqué a mi hermana:

- No le hice nada-aseguré lo más seriamente que pude. Lydia me miró fijamente, intentando leerme la expresión.

Se encogió de hombros.

Quiero darte un besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora