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—¿Adónde has dicho que vas mañana? —preguntó Willow, incrédula.

—A cenar fuera —respondió Jessica quitándose la holgada cazadora—. Con Harry Styles.

Willow abrió los ojos, inmensos.

—¿Te refieres a Harry Styles, el millonario playboy dueño de esa empresa donde limpias por las noches?

—Sí.

—¿Estamos hablando del mismo hombre? —insistió Willow.

—Bueno, sí.

—¿Te das cuenta de que es un playboy internacional con fama de rompedor de corazones?

—Sí, no hace falta que me lo digas.

—¿Al que persiguen las revistas?

—No lo sabía, Willow, pero me da igual. Sé que trabajas para una revista de ésas, y que te encantaría una exclusiva, pero no la conseguirás a través de mí. Harry es mi jefe. Una de las razones por las que tengo ese trabajo es porque soy discreta.

—¡Pero si es un trabajo horrible!

—¡Pero puedo pagar mis gastos gracias a él! —contestó Jessica.

Y pensó en lo que pagaba por su pequeña habitación en aquella casa de tres dormitorios. Pero ella, a diferencia de Willow y Freya, no contaba con ayuda familiar en caso de que su economía estuviera en apuros.

—Quizás en algún momento podrías decirle que una amiga tuya estaría encantada de hacerle una entrevista. Te estaría eternamente agradecida —Willow agitó su elegante cabeza—. ¡Y te ha invitado a salir! ¡Es increíble!

Jessica comprendía la incredulidad de su amiga.

—Es un poco increíble, sí —admitió Jessica.

—Entonces, ¿por qué lo ha hecho?

Jessica puso una bolsita de té en una taza de agua hirviendo.

—Supongo que simplemente quiere un poco de compañía —mintió.

Le resultaba demasiado humillante admitir la verdad frente a su compañera.

—Sí, pero...

Jessica se dio la vuelta.

—¿Pero qué, Willow? ¿Qué hace un hombre como él con una chica pobre y sencilla como yo, quieres decir?

—No, no he querido...

—Sí, lo has querido decir. Y es más, tienes razón. ¿Crees que yo no lo he pensado?

Jessica se fue al salón con la taza de té y se sentó en el desvencijado sofá. Willow la siguió.

—Esta gente con la que tiene que cenar siempre está tratando de casarlo con alguien. Así que me va a llevar para que dejen de agobiarlo —vio la cara de Willow y supo que tenía que ampliar la explicación—. Y presumiblemente me ha escogido a mí porque sabe que no voy a tener falsas expectativas. Porque conozco cuál es mi lugar. Y sabe que no voy a esperar nada más.

—¿Te va a pagar? —preguntó Willow.

Jessica agitó la cabeza.

—Lo dices como si yo fuera una persona avariciosa.

—No, no es eso. Pero creo que le estás haciendo un favor muy grande a él.Entonces, ¿qué sacas tú con esto?

—Supongo que participar de otro tipo de vida por un momento. Siempre he estado mirando desde el otro lado. El único problema es que no sé si encajaré en él y qué ropa ponerme —miró a Willow, esperanzada—. He pensado que quizás podrías ayudarme.

El Millonario - Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora