Epílogo

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—¿Y tu abuela está contenta?

Bajo el sol siciliano, Jessica sonrió a Harry mientras observaban la fiesta familiar.

Era el cumpleaños de su sobrino Gino, quien cumplía tres años, y el nivel de ruido había ido en aumento toda la tarde. Pero pronto cortarían la tarta y entonces el ritmo empezaría a aquietarse.

Varias generaciones de Styles estaban jugando a un juego de mesa, y la abuela de Jessica parecía tener una aptitud natural para él. Sus oponentes no podían creerlo.

Jessica rodeó la cintura de Harry. Su corazón estaba tan lleno de felicidad que parecía a punto de estallar.

—Oh, caro, a ella le encanta. ¡Y yo que pensé que no abandonaría Inglaterra!

—¿Para venir a Sicilia? —preguntó Harry—. ¿Y quién en su sano juicio desaprovecharía una oportunidad de vivir en un sitio como éste?

Tenía razón, pensó ella. La vida era tan perfecta allí, que Jessica a veces pensaba que en algún momento se despertaría.

Pero aquello no era un sueño. Era su realidad.

Harry se había casado con ella en una ceremonia sencilla en una hermosa iglesia de Trapani. El coro había cantado para ellos, y la iglesia había estado adornada con las mismas flores que había llevado ella en su tocado.

Cuando Harry le había propuesto casarse con él y mudarse a Sicilia, Jessica le había dicho que se sentía mal por abandonar a su abuela en Inglaterra.

—Sé que Sicilia está a pocas horas de avión, pero aun así, yo soy la única familia que tiene, y...

—Pero tu abuela puede venir con nosotros —le había dicho él—. En Sicilia la familia lo es todo, y cada miembro tiene su valor y su lugar.

Sobre todo las esposas, pensó ella, aún con la pasión y la ternura fresca con la que Harry la había despertado aquella mañana. Para ser un hombre a quien le costaba expresar su amor, Harry parecía estar expresando todo lo que no había podido expresar antes.

El complejo de los Styles era enorme. La familia tenía propiedades en todas partes de la isla. Había sitio de sobra para que todos estuvieran juntos, pero resguardando su intimidad e independencia. Porque el espacio era importante también.

Su abuela había formado un estrecho lazo con el pequeño Gino, lo que era algo bueno probablemente, puesto que su madre inglesa, Emma, estaba esperando un segundo bebé.

Harry había convencido a su primo Gia como de que no comprase el hotel Phukel, y le había ofrecido su puesto de director en Londres, puesto que él había decidido residir en Sicilia con su esposa.

Y Jessica estaba aprendiendo italiano, o mejor dicho, estaba aprendiendo a hablar siciliano, ya que, como le decían, eran dos cosas diferentes.

De hecho, en aquel paraíso terrenal, con Harry a su lado, ella estaba aprendiendo todo lo más importante de la vida.

Pero sobre todo sobre el amor.

FIN

¡Espero que les haya gustado!

Gracias por leer. ♥

El Millonario - Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora