Lara Scott
Luego de que Maya se cambiara se sentó en la cama cruzando sus piernas, se hizo un moño alto y suspiró, ella sabía perfectamente de que quería hablar primero.
—¿Y? —pregunté siendo directa.
—¿Qué pasa? —fingió demencia.
—Sabes de que hablo Maya, ¿Cuándo vas a admitir que te gusta Marcus? —inquirí con diversión.
—¿Marcus? Pfff, ni que estuviera mal de la cabeza ¿A caso tú estás bien Lara? —su nerviosismo la delataba con facilidad.
—Maya, el hecho de que llegué hace casi 3 semanas no quiere decir que no te conozca, podré no percatarme de algunas cosas, pero esto es muy obvio.
—Pues bien, si, si me gusta Marcus, ahí lo tienes pesada —admitió ruborizándose.
La expresión de mi amigo detrás de ella, era de alegría total, no pude contener mi risa y por lo mismo Maya me miró extrañada.
—¿Qué?
—Tú también me gustas rubia —pronunció Marc negando con la cabeza.
Ya había planeado eso antes con Marcus, sin que nadie lo supiera, y dirán ¿En qué momento? Pues antes de que Maya y yo viniéramos a casa el me comentó la idea, y pues yo también quería que por fin se confesarán ellos dos, así que accedí.
—¿Tú qué haces aquí? —cuestionó Maya dando un respingo del susto.
—Creeeo que es mejor que yo los deje solos por un momento —salí de mi cuarto para dejarlos solos y bajar a la cocina.
Fui a buscar una bolsa de palomitas que estaba en la alacena, tenia muchas cosas que hablar y Maya es de comer algo mientras habla por horas y horas. Por lo mismo necesitaba contarle de mi confusión con Will y Matheo.
—¿Por qué los dejaste solos? —oí la voz de Luna la cual me hizo ahogar un pequeño grito por el susto.
—¿Te he dicho lo mucho que asustas el que entres a un lugar sin hacer ruido?
—Sisi, todo el tiempo, lo sé, pero no deberías de dejar a tus amigos solos, lo digo mas que todo por Marcus quien acaba de entrar a estas horas de la noche —soltó con indiferencia absoluta.
—Pero.
—No le diré nada a mamá, pero, así como yo lo vi, ella también lo puede ver, solo no lo hagas de nuevo y ya. Si no estuviera Maya arriba te diría que te equivocaste de Miller —rio con ironía.
—¿Tú también con lo de Matheo? Solo faltabas tu literalmente —rodeé los ojos y ella se fue para su cuarto.
Justo iba a subir al mío cuando vi a Marcus bajando de las escaleras con una amplia sonrisa, por dicha sonrisa deduje que todo había salido como esperábamos.
—¿Al fin ambos orgullosos admitieron lo que sienten? —le pregunté en un tono de burla.
—Si me llamas orgulloso no puede vivir la alegría en paz Lara.
—Yo no me voy a quedar con la duda de saber que fue lo que pasó en sí, así que me iré a preguntarle a Maya.
—Espera, de verdad gracias Lara, si no fuera por ti ninguno de los dos se hubiese animado —me dio el cual me causo ternura y recibí.
Estaba muy feliz por ellos, en serio ellos me caían super bien, eran como mis mejores amigos, y el hecho de que al fin se dijeran lo que sienten fue muy bonito.
—Pero ahora si debo irme ya que es tarde, que descanses —fue lo ultimo que dijo antes de salir de mi casa rápidamente.
Subí las escaleras para encontrarme con una Maya más feliz de lo normal y dando saltitos por todo mi cuarto.
—Créeme que no sé qué clase de cosa hiciste o le dijiste, pero lo que fuera que haya sido, lograste que después de tanto tiempo ambos lo admitiéramos ¿Puedes creer que llevábamos un año así?
La alegría no le cabía en el cuerpo, realmente estaba esperando esto, desde el momento uno pude notar la química que existía entre ellos. Y también la manera en la cual a Maya le brillaban los ojos cada vez que lo miraba.
—¿Honestamente? No creí que fuera tanto tiempo, y no me agradezcas, estoy muy feliz por ustedes.
—¿Alguna vez te han dicho lo buena mejor amiga que puedes ser? —me abrazó como si su vida dependiera de ello, y por mas que me estaba a penas y acostumbrando a las demostraciones así, con ella no sentía ninguna incomodidad, si no mas bien hasta tranquilidad.
—Estas llegando a un punto de exageración, pero te voy a creer —reí mientras me separaba de ella.
—Creo que tú me ibas a contar algo ¿No? —preguntó cambiando un poco el tema y yo asentí.
—Ah sí, pues Matheo hoy me besó inesperadamente la mejilla para que me callara y me dijo que cree que le gusto a Will —hablé con una velocidad que fue por poca inentendible.
—Espera ¿Qué? —inquirió estando en shock —. Como aumentar mis expectativas de Mara y bajarlas en un segundo.
—¿Tú vas a seguir con eso de los ships cierto? —le ofrecí la bolsa de palomitas y ella agarró algunas.
—Es que ustedes son muy shipeables, pero con eso que te dijo Math de que cree que le gustas a Will, mal ahí. O sea, es como si no le importara ni un poco.
—Al decírmelo sus expresiones fueron muy raras, y yo ya no sé qué pensar.
—La verdadera pregunta aquí es, ¿A ti te llama la atención alguno de los dos? —la intriga brillaba en sus ojos.
Menuda pregunta que me hacía.
—No lo sé Maya, tal vez ambos, con ambos me he sentido cómoda y con ambos me llevo bien —dije con clara indecisión.
—Porque mejor no duermes un poco y mañana hablamos de eso con más calma ¿Te parece?
—Y yo que pensaba que era la que se dormiría más rápido —solté una corta risa —. ¿Y mañana me podrías contar más sobre la tal Victoria?
—El tema con ella no es algo que te pueda contar a la ligera, mas bien ni siquiera se si debo de contártelo yo, pero no tengo cabeza para pensar en eso ahora. Que descanses —dejó las palomitas en el escritorio para luego recostarse del lado derecho en mi cama.
Bostecé y me metí bajo las sabanas a su lado, mas una pregunta rondo mi cabeza antes de dormirme. ¿Qué era lo que había sucedido con Victoria?
Nota:
Espero que se encuentren muy bien y estén igual de felices que yo con que Maya y Marc ya estén juntos *llora brillitos*
Jimena P.
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Mi Vecino ©
RomanceLara es una chica de 16 años bastante reservada, nunca le ha ido bien en el ámbito de socializar por ende solo tiene a su mejor amigo Mike. Ella tiene una mala visión de los cambios, prefiere que todo este como siempre fué. Hasta que un día su madr...