capítulo 2

217 6 0
                                    

Han pasado dos meses desde el cumpleaños de Amelia, por lo que estamos llegando a las partes finales de este verano. Es agosto, por lo que aún falta al menos un mes para regresar a los estudios y ser introducida a su nueva escuela, en el caso de Amelia y la mayoría de varios compañeros de toda la vida. Normalmente cuando las mujeres cumples quince años se elaboran grandes fiestas con muchos invitados y de gran presupuesto. Aunque Amelia hoy en día tiene una familia que se ha establecido en una buena posición económica, sabía que no debía abusar de eso por el simple hecho de que en el pasado su padre y madre quedaron sin trabajo. Ella eligió un viaje para el cual sus padres y abuelos habían estado ahorrando para ella. Amelia es una soñadora, y todas las historias románticas o de muchas aventuras pasan en nada más y nada menos que Europa. Ella tiene sus países de preferencia como Reino Unido (y no solo por One direction o Dua lipa) con sus museos, o Italia con monumentos y ciudades que hacen al país uno de los más hermosos a los ojos de Amelia. Varias veces ella soñaba despierta que tenía una cafetería en algún pequeño pueblo de Italia, pero no era más que un sueño. El punto es que sus familiares consiguieron el viaje y hoy llegaban a Londres después de un largo y cansado viaje. 

-Mira por la ventana mamá!- exaltó el hermano de Amelia, Patricio.

Patricio tiene 8 años, cumple 9 en algunas semanas. Él es un niño pues digamos especial. Desde muy pequeño fue agresivo, todo el tiempo observa videos de boxeo o lucha libre lo cual hace que quiera practicar los movimientos con su hermana o mamá. Amelia hoy en día simplemente lo ignora si el empieza a actuar de manera agresiva o grosera. Anteriormente, ella aborrecía a su hermano, ya que este se llevó toda la atención de hija única que Amelia tuvo por 6 años. El no solo era el bebé nuevo el cual requiere todos los cuidados. Los primeros años de Patricio fueron difíciles porque se podría decir que tenía el sistema inmune muy bajo. Como resultado de esto mismo se enfermaba muy seguido del estómago, sistema respiratorio, piel, de lo que se te pueda ocurrir. Para cerrar con broche de oro, el niño tiene dislexia y un desorden sensorial. Por obvias razones el tiene mucha más atención que Amelia, lo cual hizo que ella se volviera más independiente y lamentablemente crecer más rápido por su propio bien. Pero bueno, hoy en día las cosas son más harmoniosas entre estos dos.

-Ya vi, que lindo mi amor.- contesto Silvana, madre de Amelia y Patricio.

Ella es una mujer gordita con pelo castaño ondulado, un poco más que el de Amelia. Ella siempre fue de las populares en su escuela pues es un tipo de persona que habla con todos los que se encuentre. Pero a partir del nacimiento de Patricio, las cosas se descarrilaron un poco para ella y su esposo. Silvana ha pasado por mucho, desde que es la sexta de sus hermanos o que su papá la abandonó a temprana edad, hasta que su madre y hermano fallecieron solo unos meses después de su bode en 2001. Es muy sobreprotectora con Amelia, más que con Patricio. Amelia está segura de que es un mecanismo de defensa que ella desarrolló gracias a la falta de atención en su niñez, pero quién sabe. 

-Todo por la princesa de la casa.- agregó el padre de Amelia, Andrés.

Andrés es una persona que simplemente no es compatible con Amelia, o Patricio. Ellos son los hijos con temperamento y autoridad que son iguales a el, y como afirma Amelia "el no tiene ni la paciencia ni los huevos para aceptar que yo soy la mejor versión de el". Amelia es muy parecida a el, aunque ella odiaba eso. Le parecía que su padre, alto e imponente por su gordura, con cabello negro, era una persona repugnante en la que nunca se quería convertir. Silvana constantemente le repetía a Amelia que su padre es gentil y tiene muchas cosas que aportar que no son solo sus berrinches bajo la influencia del alcohol o sus episodios de mal genio en contra de todo el mundo. Si en realidad había esos lados de el escondidos, Amelia nunca los había visto.

-Hay, la verdad quiero llegar a comer y dormir al hotel.- intervino Amelia.

-En eso estoy de acuerdo.- Agregó Andrés. 

La familia aterrizó, y salió del aeropuerto con rumbo a su hotel, el cual el tour que compraron había proporcionado. Cuando llegaron notaron que de verdad era muy hermoso. Con mármol y varias decoraciones que entraban en la categoría de "dark academia aesthetic". Desde este momento, Amelia empezó a tomar fotos del viaje. A ella le gustaba recordar las cosas visualmente, es la razón por la que en su habitación tiene un pequeño pizarrón del corcho en el cual pegaba fotos de su mejores amigas o grupo de amigos y artistas favoritos, junto con viajes que hacía. 

-Bueno, nos dijeron que podemos comer en el restaurante que está al fondo de la calle.- avisó Andrés.

-Pues dejamos las maletas y nos vamos no?- preguntó Silvana.

-Claro que sí, vengan, me dijeron habitación 112.

La habitación era bastante básica, como cualquier habitación de negocios con dos camas matrimoniales, estaba perfecta pues solo estarían en Londres 2 días y estaría la mayor parte del tiempo en el tour por la ciudad más que en la habitación o el hotel. 

En cuanto llegaron al restaurante, Amelia sintió un tipo de energía que la atraía hacia el restaurante, ella nunca supo que era, pero de vez en cuando esos repentinos sentimientos la invadían en lugares específicos, con un baño público sola o el día de su cumpleaños saliendo de el restaurante. 

-Come with me, do you want to have your meal on the rooftop or inside.- preguntó la señorita que nos atendió para darnos nuestra mesa. 

-Tu elige Amy.

-On the rooftop please.-respondió Amelia pues algo dentro, probablemente su intuición en la que ella confiaba plenamente, le dijo que comieran allí arriba.

En la terraza, había una vista verdaderamente hermosa por el paisaje soleado que rara vez se ve en esta ciudad, además de varias mesas, había un dj que invitaba a personas a cantar en el escenario. El invitaba a dos personas, completos extraños probablemente, a cantar una canción juntos. Parecía sacado de una película, fue lo que pensó Amelia.

-Ladies and gentleman we have time for one more duet to come on stage with me.-dijo el dj con una gran actitud.

Amelia vio como el dj se acercó a una mesa y levanto a un muchacho llevándolo al escenario. El muchacho traía una sudadera verde grande y pantalones de mezclilla amplios y se alcanzaba a ver una camisa blanca que llevaba puesta debajo de la sudadera. Esto fue de lo que se percató Amelia, que es una amante de vestirse bien y tener su propio estilo. Lo que la saco del breve desvío de la realidad que tuvo analizando el conjunto de ropa del chico fue que el dj se acercó a ella invitándola a cantar. No había como negarse, pues había demasiado presión social.

Llegó al escenario y levantó la vista y lo vio. Era él, de nuevo. 

my favorite crimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora