capítulo 10

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Al cabo de unas dos semanas en el instituto, ambas, Amelia y Naomi, ya contaban con varias personas a las que llamar amigos, aunque no coincidían tanto una con la otra, y esta vez Amelia no estaba intentando evitar a Naomi. Amelia tomó esto como una señal del universo de que Naomi siempre iba a estar en su vida, aunque no necesariamente en el aspecto amoroso como ella quería. En cuanto a Naomi, pues esta pensaba diferente. 

Después de la honesta confesión sobre su amor que hizo Amelia a Naomi en aquella fiesta, Naomi simplemente pensó. El resto de la fiesta no habló con nadie, lo cual preocupó a algunos. Naomi de todas maneras, no le contó a nadie lo que acababa de pasar. Esta se marchó al internado y ahí conoció a una niña de nacionalidad colombiana la cual sería su compañera de cuarto, y la que pondría sus ideas en orden. Se llamaba Natalia.

Una noche de viernes, en el pequeño cuarto que compartían, Naomi decidió que quería hablar de algo con Natalia.

-Oye.-empezó la conversación Naomi.

-Qué pasó?-continuó Natalia.

Natalia era una niña, que extrañamente conocía a Amelia, se conocieron brevemente en una excursión de la escuela de Argentina de Amelia, y recordaba poco de esta. Natalia tenía cabello castaño pero ojos azules que resaltaban en su tez de piel medio oscura. Ella era una persona que simplemente sabes que puedes confiarle lo que quieras contarle. Sabe los secretos de todos, pero no cuenta ninguno a nadie. En lo personal, creo que es difícil cargar con tantas palabras no contadas. Pero es su vida, y ella parecía conforme por la confianza que inspiraba en los demás, como Naomi. 

-Te puedo contar algo y no se lo dices a nadie? De verdad necesito hablarlo con alguien para entender este desastre.-respondió Naomi.

-Claro que puedes, todos me cuentan todo pero yo solo escucho, no hablo.

-Bueno.-Naomi dudó unos segundos antes de contarle su historia de amor a Natalia.-Hace unos meses, pues antes de que llegara, mis amigos organizaron una fiesta de despedida.

-Ajá.-escuchaba Natalia.

-Entonces pues esta ni... esta persona, básicamente se me declaró de una manera apasionada, como en una película, y ni siquiera me dio tiempo de responder pues se fue muy rápido.

-Tienes su número de teléfono?

-Sí, pero no quiero contestarle a esas palabras tan emocionales que me dijo con mensajes secos que siempre escribo a todos los demás.

-O sea que esa persona es de verdad especial para ti?-sugirió Natalia.

-No, o sí? Es que esta es la cosa, resumiéndolo ella me dijo que estaba tipo enamorada de mi.

-Es una ella!-exclamó de manera emocionada Natalia.

-Ugh sí, pero eso no es lo que importa.

-Entonces si andarías con ella?-siguió Natalia.

-No! Bueno, no sé. Cállate y escucha. Ella se me declaró, pero yo no dije nada. Y es que no la quiero rechazar, pero no quiero estar con ella, no sé que quiero.-Naomi dijo esto sentándose en su cama poniendo sus manos sobre su cara representando su desesperación. Natalia se dio cuenta. 

-Ok, primero lo primero. Por qué no la quieres rechazar?

-Porque es demasiado linda. Ese cabello castaño y ojos del mismo color simplemente te dan más calidez que una noche de verano. Y su forma de ser es... es tan simple estar al rededor de ella. Ella es sarcástica, pero de la buena manera en la que te hace reír, además de que si tus ideas son correctas siempre te apoyará. Si son erróneas, te ayudará a entender porque en lugar de reprocharte por pensar así. Y nuestra sincronía, cuando entrenábamos juntas simplemente parecía que estábamos conectadas. No había una descoordinación entre nosotras. 

-Y bueno, por qué no quieres estar con ella?-interrumpió a Naomi, que seriamente parecía enamorada de Amelia ahora que decía todo esto en voz alta.

-No quiero estar con ella porque, porque no quiero que nada cambie. Si terminamos mal como demasiadas parejas de adolescentes al rededor del mundo,-hubo una pausa- no quiero perderla. 

-Ahora sí, quieres mi opinión?

-Pues sí.-contestó Naomi.

-Ve por ella idiota!-dijo Natalia tan repentinamente que exaltó a Naomi.-Simplemente, la manera en que me la describiste hasta yo me enamoraría de ella. Y si tienes miedo de perderla, es porque te enamoraste. No puedes vivir sin ella, y eso es lo que va a hacer que terminen juntas. Fuiste una idiota al dejar que se fuera de esa fiesta si tu respuesta. Tienes que decirle lo que me acabas de decir en su cara. No sé como le vayas a hacer pero quiero a esta parejita reunida pronto.

Naomi tomó esto como su señal del universo que Amelia y ella tenían que estar juntas. Y esta fue la razón por la que regresó. Ni Amelia, ni sus amigos o hermano de Natalia sabían que este era el verdadero motivo de su repentino regreso a México.

En el instituto, alguien convenció a Naomi de organizar una fiesta por "inicio de clases". Esto era obviamente una excusa para fumar y tomar pero de todas maneras Naomi aceptó y puso manos a la obra. 

-Amelia.-se acercó Naomi hacia esta para invitarla a su espontánea fiesta ese viernes en septiembre.

-Sí, que pasó?

-Quería ver si podías ir a una fiesta en mi casa este viernes, solo van a ir personas del instituto y pues Claudia también esta invitada.

-Ah, sí, tendría que ver con mi papás, ya sabes, estrictos como siempre.-respondió Amelia de manera natural.

-Sí está bien, nada más avísame si vas o no. 

-Claro, gracias.- Naomi se alejó después de esto.

Claudia se acercó hacia Amelia después de esa pequeña interacción.

-Te invitó a su fiesta?-preguntó Claudia.

-Sí, me dijo que también te invitó a ti.

-Sí, pero nunca me había hablado en todo el año.

-Y eso que significa?

-Ay Amy, como eres la mamá de todos y no captas esas pinches indirectas. A fuerzas ella quiere que vallas a su fiesta, no sé para qué o qué...

-Ay no, ya valió todo, sabes lo que pasó la última vez que estuvimos en una fiesta juntas.-interrumpió Amelia con un tono de preocupación.

-Tranquila, pídele permiso a tus padres e iremos juntas. Si pasa algo yo misma manejo a tu casa para dejarte llorando en tu cama.-respondió con un tono chistoso Claudia.

-Ja ja, que graciosa.-contestó Amelia de manera monótona.

-Solo confía en mí Amy.

Y eso hizo Amelia. 


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