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EZRA ANGHEL

Es poco describir con una palabra lo que siento ahora que no la tengo a mi lado, en poco tiempo ella ha logrado lo que cualquier mujer no hace. Las veces en las que parece que la veo me está volviendo loco.

De solo pensar en lo que pudo ser si ese accidente no hubiera ocurrido me hace más miserable.

Quisiera tanto volver a verla, han pasado apenas dos semanas desde que con voz dura le dijera que no quería despedidas. Me arrepiento tanto no haberla abrazado aunque sea una vez más.

¿Estará bien?

¿Habrá vuelto a su casa como ella siempre dijo querer?

Mi corazón duele al pensar en ella y cada vez que mi mente juega conmigo me hace imaginarla frente mío. Así como en este preciso momento, puedo apostar que ella está aquí frente mío sentada en un mueble de mi oficina mientras lee una revista.

- Demonios, al menos déjame un momento tranquilo - me reprendió a mi mismo.

Alguien golpea la puerta haciendo que la imagen de ella se ponga borrosa hasta desaparecer por completo.

-Adelante - digo en voz alta.

La persona que interrumpió a mi imaginación entra, una sonrisa amarga se instala en mis labios al ver a Thomas.

- Apareció de nuevo - digo con burla.

- Se nota lo mucho que me echaste de menos - dice también burlón.

-¿Qué te ha tenido tan ocupado?- interrogo.

Su rostro se vuelve serio y camina hacia la silla frente mío.

- Tengo algo que te sorprenderá mucho - dice pensativo - o debería decir a alguien - corrige mientras truena sus dedos haciendo que alguien más entre y note a su acompañante.

-¿Quién es?- cuestiono sin entender su punto.

- Ella amigo mío, no es ni más ni menos que la mejor amiga de la mujer que te tiene así de mal - explica y mis ojos se abren sorprendidos.

- ¿Qué?- pregunto a mi límite- dile que se largue - sugiero controlando lo más posible mi enojo al recordar lo que ese hombre me contó.

Ella al oírme retrocede nerviosa y puedo ver el miedo al verme sin mascarilla.

- Ella no dejaba de preguntar por su amiga, la compré ese día y pude llegar a un acuerdo con ese marica para que pudiera llevarla conmigo - me cuenta y centro mi atención en él.

- ¿Te atreves a traer a mi casa a la mujer que causó que Daiana sufriera? -  interrogó al borde de mi coraje.

- Las cosas no son así- habla por primera vez la chica llenándose de valor.

La miro con los ojos entre cerrados tratando de ver alguna pizca de mentira en sus ojos.

- Yo no hice que mi amiga esté en ese lugar, mi único error fue no escuchar la advertencia que ella hizo - inicia con los puños apretados.

Su explicación tiene sentido, pero decido no creerle en todo, si hay posibilidad que ese hombre me mintiera, ella también lo puede hacer y es algo inaceptable.

- Ezra, enserio debes escucharla - sugiere mi amigo haciendo que me calme lo suficiente para dejarla hablar.

La miro esperando que siga y ella agacha su mirada de nuevo.

- Sólo vinimos a pasear, nos advirtieron que sería peligroso, pero eso no nos detuvo y aún así fuimos descuidadas en no darnos cuenta que nos seguían desde el comienzo, a Daiana casi la atropellan y si no fuera porque alguien la salvó, ella hubiera estado sola en ese lugar - dice pensativa.

-¿Eso es malo para ti? ¿Hubieras querido que ella sola estuviera metida allí?- cuestiono sarcásticamente.

- Por supuesto que no - dice en voz alta ofendida de lo que he dicho - hemos sido amigas desde hace mucho, he visto como ha sufrido por un hombre que la traicionó, desde ese día nunca más quise que ella pasará por algo que haga que su pensar del mundo cambie a mal, pero esto se salió de mis manos - la veo mirar hacia un lado y puedo notar como muerde su labio con rabia - si le hubiera hecho caso y nos hubieras largado de ese hotel en ese mismo instante...

- Hubiera sucedido lo mismo - la interrumpo ganando su atención- ¿Crees que ellos no las hubieran seguido?- cuestiono con burla.

- Entonces todo pudo cambiar si nos hubiésemos estrellado ese día, estuviéramos en el hospital recuperando nuestras heridas en vez de un prostíbulo- escupe.

Cuando termina Thomas la mira haciendo que ella vuelva a bajar la mirada.

- Te he dicho varias veces que no llames así a esos lugares - indica malhumorado.

- Ella también los llamaba así - digo y una pequeña risa se me escapa sin querer, Thomas me queda viendo así que rápidamente vuelvo a ponerme serio sin querer mostrar esa parte de mi a alguien más.

- Todo lo que te recuerda a ella hace que seas algo... diferente- dice como si lo estuviera pensando en voz alta.

- Fui diferente, pero eso ya no sucederá más, ella se ha ido- digo para mi mismo, miro a su amiga una vez más y tener a alguien cercano a ella me tranquiliza de alguna manera -¿La dejarás libre?- pregunto refiriéndome a su amiga.

- Ella ya lo es, sólo que... ahora todo a cambiado también para mi - dice en una media sonrisa que me hace verlo como si se hubiera vuelto loco.

-¿A qué te refieres?- pregunto confundido.

- Ella me gusta - dice avergonzado lo que me hace alzar una ceja.

-Ya sé que te gustó,  sino no la hubieras comprado- opino con algo sarcasmo.

- Ella quiere quedarse - se nota como una sonrisa se asoma en sus labios al mencionar esa oración.

Los miro a ambos sin entender y luego la miro a ella de nuevo.

-¿Qué te llama la atención de él?- pregunto frunciendo el ceño - digo, no tiene nada bueno y tampoco es tan guapo - le digo y ver la cara de Thomas serio al decir eso me hace querer reír, pero trato de mantenerme serio.

- Para tu sucio conocimiento, alguien como yo no se encuentra por ahí- opina ofendido, pero sé que también se lo está tomando bien -¿Puedes esperarme afuera un minuto?- le pregunta a ella, yo me quedo en silencio esperando que diga lo que sea que hizo querer privacidad.

-Te escucho - digo mientras agarro unos papeles.

- Sabes que ella no salió del país,  ¿Verdad?- pregunta haciendo que lo mire y deje todo lo que iba a hacer.

-¿Qué?- digo enfocando toda mi atención en él.

- Ahora no sé todos los detalles, pero ella no se subió a ningún avión y tampoco algún transporte, te puedo asegurar que sigue aquí- dice convencido de lo que dice haciéndome dudar.

- Igual, ella no me quiere a su lado - digo tratando de no escuchar a la voz en mi cabeza que exige que la busque.

Al Compás De Tus Órdenes ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora