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DAIANA JONES

Han pasado exactamente dos semanas desde que no he vuelto a ver ni tampoco he vuelto a saber de Ezra.
Siendo él alguien importante supuse que escucharía mucho su nombre por estos lugares, pero parece ser un completo desconocido para algunas personas de las que viven aquí.

Estoy tan cerca de él en estos momentos por un pedido, estoy convencida que seguramente ahora está tras su escritorio haciendo papeleo y más papeleo.

Me quedo parada mirando hacia su mansión por largos minutos hasta que puedo observar como una pareja sale del lugar. Mi corazón empieza a latir apresurado de pensar que él ya está con alguien más, pero todos esos pensamientos fueron borrados al destacar la figura que he visto por años y que me sé de memoria.

Es Kathie, estoy convencida que es ella por su forma de caminar, el color de su cabello sigue siendo igual a como lo recuerdo. Sin esperar corro hacia ella, pero me detengo en seco al ver a una tercera persona acompañarlos.

Verlo después de estos días es algo agradable, sigue usando esa mascarilla encima, impidiendo verlo aunque quiera.

Iba a voltear y ponerme en marcha, pero la voz de otro hombre hace que mire en ese lugar.

- huna nahn (Por aquí, nosotros!)-grita alzando su mano haciendo que algunas personas nos miren.

Camino hacia él sin llamar más la atención, pero empiezo a sentir la mirada de alguien a mi espalda.
Yo ruego a todos los santos que no sea quien creo que es y apenas recibo el dinero salgo corriendo del lugar como si el mismo diablo me estuviera persiguiendo.

Cuando llegó a la tienda después de la carrera, mi jefe y Claw me miran como si estuviera loca y la verdad es que si lo estoy, debí parar unas cuadras atrás, pero seguí corriendo por miedo que me haya seguido.

Yo sigo con los deberes y me quedo en caja esperando por un cliente, ya entendí como dar cambio así que todo está muy bien.

La campanilla de la puerta suena lo que me hace mirar en esa dirección.

-Good day- comienzo a decir y veo entrar a una pareja, la ropa que llevan es casi igual a la que tenía yo cuando llegué lo que me hace sonreír aún más esperando que hablen español u otro idioma que no sea este.

La chica se acerca primero y mira a todas las empleadas hasta mirarme a mí.

- Hola - dice con duda mientras da otra mirada nerviosa, mi subconsciente brinca por estar en frente de alguien que habla mi idioma natal así que les sonrío.

-Hola, buenas tardes, ¿En qué les puedo ayudar?- pregunto lo más cortés que me sale, ella hace un gesto con la mano hacia su esposo y luego vuelve a mirarme.

- Pensé que mentían cuando me dijeron del hotel que había alguien aquí que podría entendernos - dice con una sonrisa nerviosa.

- Para eso estoy aquí, ¿Qué desean pedir?- interrogo cogiendo mi libreta.

- ¿Puedes recomendar algo?, no sabemos los nombres de los platillos y como verás mucho menos a que sabe cada uno de ellos - responde su esposo mirando la carta del menú.

- Pues no he probado muchos platillos, pero pueden pedir el especial de la casa, es bastante recomendable - digo tratando de no meter la pata.

- Pediremos eso - dice la chica rápidamente- y algún jugo de fruta natural si es posible - pide devolviendo la cartilla a su lugar.

- Por supuesto, ahora mismo los atienden, por favor adelante, los acompañare a tu mesa - digo dando espacio suficiente para que pasen primeros.

Con una sonrisa radiante vuelvo y entrego el pedido al chef, me pongo de nuevo en mi lugar esta vez esperando a otro cliente con una gran sonrisa.

El timbre vuelve a sonar y cuando iba a hablar la puerta se abre completamente hasta que me deja ver al trío que entra mirando el lugar. Sin esperar ni un segundo más me agacho mientras me escondo por debajo del mostrador para que nadie me vea.

Claw me mira sin entender, pero no dice nada, solo se acerca con su cuaderno y su lapicero para apuntar el pedido.

-No conozco este lugar - dice esa voz que por tantos años escuché y ahora no puedo hablarle.

-Algunos hablan de este lugar, dicen que hay alguien que habla español, se ha vuelto muy popular últimamente- dice la voz de la 3era persona que no reconozco.

-Solo pidamos algo al azar y vamos, tengo muchos papeles que revisar - habla esa persona que tan conocido es esa frase que me hace sonreír sin poder evitarlo.

Claw intercambia una conversación con ambos chicos que acompañan a mi "amiga" y después el chico que desconozco un poco habla de nuevo en español.

-Parece que no vinimos en un buen momento, la que traduce no está disponible hoy - dice y se escucha lamentable.

Ezra vuelve a hablar, pero esta vez su voz es más alta como si le estuviera llamando la atención.

Claw parece bastante serio al responder, lo que me hace saber que esta metiendo la pata. Veo al jefe acercarse y también meterse en la conversación hasta que me mira molesto.

Yo bajo la mirada sin poder darle cara a lo que tanto temo, pero después escucho que caminan hacia una mesa.

-Lo siento - dice el traductor de Claw haciendo que me levante un poco y lo mire -Tienes que ir a atender su mesa ahora mismo si no quieres ser despedida, ese hombre es alguien importante aquí y no podemos negarle nada que nos haga perder el negocio - trata de explicar y claramente entiendo su punto.

¡Rayos!

No puedo ir ahora. Aún no pasa ni un mes desde que nos despedimos.

-Pero... - digo tratando que no se note lo desesperada que estoy por declinar, pero entiendo que cuando a Ezra se le mete algo en la cabeza, nadie puede sacarla.

Asiento tratando de calmar las cosas y el sonríe, me tiende su libreta y un lapicero. Me hace falta bastante valentía para verlo, pero no tengo de otra en esta situación que él mismo me ha puesto, sea o no sea adrede.

Aprieto la pluma en mi mano como si me estuviera sosteniendo y camino hacia esa mesa, a unos metros de llegar siento mi respiración fallar y la primera en darse cuenta de mi es aquella chica que fue más que una amiga para mi.

Su frente se frunce y sus ojos se agrandan dejando ver la sorpresa en ellos, el segundo es el chico a su lado que me mira de la misma forma, pero su mirada pasa de mi a su amigo.

Me paró frente a ellos y después de una calada de aire me atrevo a hablar.

-Buen día, ¿Qué desean pedir?- pregunto y al parecer Ezra aún no se daba cuenta que yo estaba aquí porque levanta su mirada del menú hacia mi tan rápido que me hace temblar cada hueso de mi cuerpo.

Al Compás De Tus Órdenes ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora