Capítulo 8

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— Tienes que sacarlo despacio, no vayas a... ¡Maldición! ¡Te dije que seas delicado! ¡¿Por qué eres tan tosco?! —Grité al ver como ese pedazo de vidrio salió de la palma de mi pie derecho, sintiendo el dolor en toda mi pierna—.

— ¿Por qué gritas? —Preguntó Suga al desinfectar la herida con algodón y alcohol, luego usó una pomada para evitar infecciones, terminando con la venda que cubría todo el pie—. Listo.

— ¿Qué te costaba ser más cuidadoso? Me duele el pie y creo que se va a hinchar, habiendo tantas partes del cuerpo ¿Por qué el pie? Ahora no podré caminar correctamente. —Di un suspiro, sintiendo las cálidas manos de Suga en mi pie, quién comenzaba a darme algunos masajes—. No es necesario...

— ¿Quién era esa mujer? ¿Qué le hiciste cómo para intentar matarte? —La curiosidad que sentía Suga era enorme, aunque antes sintió preocupación por protegerla ahora sentía curiosidad—.

— Mi hermana, la que intento matarme fue mi hermana menor. —Sonreí por mis propias palabras, la situación era tan triste que preferí sonreír—.

— ¿Tu hermana? ¿Qué diablos? No pues, si ya tienes ese tipo de hermanas ¿Para qué necesitas enemigos? Esto ya parece una novela, pero que desgraciada puede llegar a ser... Digo eres su hermana e intenta matarte, por eso dicen que no debes confiar en nadie ni en tu propia sombra. —Suga no pudo controlar sus palabras o pensar antes de decirlas, pero ya era demasiado tarde como para remediarse—. Lo siento.

— Tienes razón, no puedes confiar en nadie.—Mientras cada día pasaba me doy cuenta que era una triste realidad, porque mientras confías en alguien peor te pueden llegar a traicionar—.

— ¿Y las "gracias"? Acabo de dar mi vida por ti, aún con miedo de que me disparen en la cabeza y allí ya no la contaba, quedaba paralítico el resto de mi vida ¿No vas a agradecerme? —Sus palabras solo provocaron que Gyun se diera cuenta lo tan dramático que era—.

— Muy bien, gracias por salvarme el pellejo.
Ahora debemos ir a trabajar, tengo muchas cosas que hacer y la empresa estará echa un caos. —Intenté ponerme de pie, pero me empezó a doler el pie nuevamente—. ¿Ahora como me pondré mis tacones?

— ¿Tacones? Debes estar loca, mejor ponte una pantuflas... —Salió de la casa, yendo al carro donde tenía unas pantuflas rosadas que siempre tenía por si en alguna ocasión Gyun la necesitase. Al volver a la casa, fue con Gyun y se arrodilló delante de ella para ponerle las pantuflas—.

— ¿Crees que mi ropa combina con esas pantuflas rosadas? No se ve tan fashionista.
—Por alguna razón, no me importó que esas pantuflas no combinaran con mi atuendo de hoy. Viendo como Suga estaba arrodillado ante mi, poniéndome esas pantuflas me pareció lindo—.

— Listo, te llevaré cargando por mientras y luego te compro unas muletas para que camines sola ¿Ok? —Decía Suga al cargar a Gyun en sus brazos, al dejarla en el asiento volvió por su bolso y cerró la puerta de aquella casa para irse al trabajo—.

Este día Gyun tuvo que recibir más ayuda por parte de Suga, quién se volvió como sus piernas, aunque trasladarse con muletas no era algo fácil pero como siempre tuvo que acostumbrarse a las circunstancias.

Suga tuvo que quitarse el chaleco en el baño, mirando como la bala se había quedado pegada a este, después de notar que no había ningún golpe se lo volvió a poner por el miedo de que Gyun volviera a ser atacada y sentía que debía protegerla.

                                 (.....)

«« En la clínica »»

— Maldita sea, no se va a quedar de brazos cruzados la conozco lo suciente.  Debo destruirla antes que lo haga conmigo, tengo una carta a mi favor y debo usarla ahora...
—Hye Bin hablaba consigo misma mientras estaba en la azotea, bebiendo un jugo de fresas—.

HOUSE OF CARDS (Imagina con Jeon Jung Kook - BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora