Antes de vestirme abrí la ventana de mi cuarto y sí, hacía mucho frío. Saqué el vestido y abajo de este había medias largas (Cancán o como le llamen) color blancas, también había zapatos con plataforma color beige y un saco bordó. Bufé miles de veces al ver esto, agarré la caja y me vestí con todo eso. Me miré al espejo y me di asco, como siempre; Salí del apartamento y cerré la puerta desde afuera con la llave. Vi a Andrew a unos metros (Fuera del edificio) estaba fumando y con su capucha puesta. Salí y sentí el frío en mi rostro, no sabía como llegaríamos a esa casa ni lo lejos que estaba de aquí. Me acerqué a Andrew, tiró el cigarrillo y me señaló la moto, y yo me quedé ahí como que "Tengo frío, no voy a subirme a esa cosa" Él se subió y negué.
-Nenito, cielito, o como sea, mira tengo frío, me haces ponerme este vestido con muchos colores, esta campera bordó y ¿Quieres que me suba a esa cosa?
-Esta cosa se llama moto y el vestido te queda bonito, vamos sube.
Mis mejillas entre el frío y lo que me dijo se tornaron rojizas, sacudí mi cabeza y me subí a la moto y Andy dijo "La casa de mis padres está a media hora de aquí, así que sufrirás un poco" Alargué las mangas de la campera para que me cubrieran mis manos y le contesté "Ya estoy sufriendo con esto, por favor, arranca porque tengo frío"
Andrew arrancó y sí, durante todo el viaje sufrí ; Al llegar, me bajé de la moto (Con mis mejillas, nariz y cuerpo congelado) y me planté frente a la reja de la casa de los padres de Andrew, él estacionó su moto y se puso a mi derecha.
-Estoy lista para actuar.
-No actúes, se como eres, se normal.
-No quieres verme normal y menos en la casa de tus padres, que es bastante sofisticada.
-Diran que no eres mi tipo, así que tú sonríe y dí algo como "Somos bonitos" O algo así
-Prometo que va a salir bien. -Levanté mi mano derecha y Andrew la tomó, tocó el timbre y sonrió.
Desde el portero eléctrico se escuchó "Andrew, te estabamos esperando, pasa" El portón se abrió, dejando libre el paso para nuestra gran entrada actuada. El portón terminó de abrirse y Andrew entrelazó su mano con la mía y la apretó muy fuerte.
-No hagas eso, ¡duele! -Me quejé y Andy solo aflojó su agarre, pero no soltó mi mano. -¿No vas a soltarme?
-Tus manos me agradan -Ríe y me sonrojé apenas, o eso creo. - Y tus mejillas coloradas también.
-Deja de hacerme sufrir, y entremos a esta super casa, para ver qué cosa sale de esto.