8

3.7K 806 398
                                    


Yoongi sabía muy para sus adentros que debía de preocuparse por lo que acababa de decir Namjoon. Especialmente, porque su comentario había despertado convenientemente a Taehyung y también había provocado en Jimin una mueca que nunca había visto en él. Era una mezcla entre incertidumbre y temor, como a las que tantos años estuvo expuesto cuando recién comenzaba su maldición.

Por aquellos tiempos, se había sentido muy incómodo de saber que las personas que antes amaba lo rechazaban y huían de él. Ahora, viendo a Jimin con una expresión similar en el rostro, volvía a sentirse... ¿Cómo se suponía que debía de sentirse? No podía expresarlo en palabras, pero casi podía decir que estaba experimentando una regresión. Los recuerdos se arremolinaban en su mente de una forma caótica y molesta, y lo habían llevado a la época de cuando gozaba de juventud verdadera.

En sus recuerdos su yo joven sólo había querido ser rico. Su yo joven había hecho lo necesario para darle a sus abuelos una vida digna. Su yo joven había sido ingenuo y ambicioso. Jamás le había cruzado por la mente que el peso de sus decisiones lo iba a martirizar toda su grisácea existencia.

El antiguo Yoongi no se había puesto a pensar en la magnitud de sus acciones hasta que la sintió sobre sus hombros. La vida como vampiro no era tan romántica como los libros la pintaban. La vida como vampiro era cruel y solitaria y lo había llevado a convertirse en lo que era ahora.

Pero hacía tanto tiempo que sus emociones se habían congelado, que ya ni siquiera recordaba el momento exacto en el que se dio cuenta de que ya no sentía nada. Simplemente, un día se encontró a sí mismo siendo indiferente con la mayoría de las situaciones. Tenía todavía sus necesidades básicas, pero en general se sentía vacío. Como un cuenco roto y sin capacidad de retención. Incluso sus recuerdos los había guardado en un cofre que rara vez abría.

Por algo Pandora no podía abrir la caja, ¿no? Yoongi, después de todo, era un cazador. Se había convertido en depredador arriba de la cadena alimenticia y, por desgracia, Namjoon no sabía en lo que se estaba metiendo con sus palabras aparentemente inocentes. Él,  que era alguien que creía en el destino, definitivamente no apostaba por las casualidades.

Evidentemente, Namjoon no era una casualidad. Ni sus palabras lo habían sido.

—Oye, Yoongi, ¿estás bien?

Jimin finalmente rompió el denso silencio. La atmósfera se había vuelto tétrica, oscura y, cómo no, fría, pero, por alguna razón, se había aligerado en cuanto la voz de su compañero de piso se hizo escuchar. Jimin solía decir que era un girasol en búsqueda de luz, pero Yoongi empezaba a creer que se trataba del sol mismo.

—Estoy bien. 

En ocasiones como esa, Yoongi deseaba de verdad estar muerto y no simplemente estar ahí sin saber qué hacer. Deseaba tanto poder sentir algo más que apatía. Quería tener las palabras exactas para que Jimin no tuviera ese gesto raro en el rostro y volviera a ser como siempre, pero no las tenía. Ni siquiera su rostro sabía como reaccionar. 

— ¿De verdad? Es que estás como... Muy callado...

Antes de que Yoongi respondiera de nuevo, Taehyung interrumpió con un bufido sonoro; estaba tratando de parecer enojado, pero todos podían decir que estaba luchando contra una sonrisa.

—Oh, vamos, Jimin, ¿en serio? —reprochó con la voz desigual. Se había quitado algunas legañas de los ojos y se había acercado a Namjon después de que éste hubiera dicho que Yoongi lucía igual que hace años. ¿Cómo se había despertado en el momento justo? Ni siquiera él lo sabía.

—Yoongi es muy comunicativo—expuso Jimin ofendido, por fin cambiando su mueca extraña por una más conocida y agradable—. Si tan solo dejaras de lado tu envidia, te darías cuenta de que se expresa bastante.

Tibio [my + pj]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora