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Jimin no se consideraba a sí mismo como un hombre violento. De hecho, pensaba humildemente que era una persona amable y muy sensata. Si bien era cierto que tendía a exaltarse en algunas ocasiones, también lo era que siempre procuraba mantener una buena imagen...

Matar a alguien definitivamente no ayudaba en nada a esa "buena imagen".

Lamentablemente, bastó que alguien por fin tocara uno de sus nervios más sensibles (que era, ni más ni menos, alejarlo de Yoongi) para que le dejara de importar si pensaban bien de él. No estaba orgulloso de ello, pero ¿por qué Taehyung los separó justo cuando al fin logró reunir el valor para robarle un beso a Yoongi (aunque sólo fuese en la mejilla)?

Claro, su amigo se excusó diciendo que había sido un accidente, pero él no le creía. ¿Y qué más daba que como prueba su vecino tuviera lastimado el hombro y una mejilla raspada? Su momento con Yoongi había sido arruinado.

Casi había podido escuchar los abucheos dentro de su cabeza en el segundo exacto en el que sintió como una mano desesperada lo jalaba hacia atrás por la playera. Sí, Yoongi había intentado evitar que se fueran de bruces, pero nada había servido. De un momento a otro, los tres terminaron en el piso, enredados entre ellos y quejándose de dolor (Bien, Yoongi sólo cerró los ojos, pero para Jimin eso era considerado una mueca de dolor).

Ahora, simplemente estaban sentados en una mesa, comiendo pastel y viéndose en silencio, como si las risas de las abuelitas (y abuelito) no les hubieran afectado, o como si no les hubiera dolido los golpes de la caída o como si el ambiente no estuviera tenso entre ellos.

Lo único bueno que tenían era, de hecho, el placer de estar juntos.

—No puedo más con esto, ¿es que tanto daño les he hecho sólo por caerme?

Taehyung era el más afectado, o eso creía él. Simplemente había sufrido un pequeño accidente y en lugar de haber sido consolado (y curado), había recibido una mirada de odio por parte de Jimin, y una mueca siniestra por parte de Yoongi que, aunque no hablaba, exudaba una vibra oscura y muy negativa hacia su persona.

—No, hombre, el daño se los hiciste al nacer—esta vez fue Jungkook quien habló, acercándose lentamente como si hiciera una acción casual y no una premeditada—. También cuando insistes en ser la tercera rueda.

— ¿Y a ti quién te habló? Además, no soy la tercera rueda. En esta relación somos tres, para que sepas.

—Más sabe el diablo por viejo... —Jungkook se sentó al lado de Taehyung. Miró de lado a lado y sonrió triunfal—Es que todos vimos el numerito que armaron, eh. Lamento que su beso no haya funcionado—esta vez su atención estaba dirigida a Yoongi y a Jimin que lo ignoraron con molestia.

— ¿De qué beso me hablas? —Taehyung se negaba a reconocer lo que había hecho o tal vez simplemente era muy ingenuo, pero lo cierto era que parecía no entender la situación deplorable entre los tres porque seguía con su gesto ofendido.

Pero daba igual, así siguieron por largo tiempo; Jimin pensaba en las diferentes maneras de retomar lo que había dejado inconcluso, mientras que su vecino y el otro sujeto se debatían a muerte sobre los errores de no prestar atención o sobre "ser demasiado idiota".

Yoongi, en cambio, se mantenía en silencio. Trataba de descifrar internamente sobre lo que había ocurrido minutos atrás. No era tan tonto como para no darse cuenta de que Jimin había intentado romper los límites personales entre ellos. Muchas veces otras personas lo habían intentado ya. Como la mujer que lo había convertido en vampiro. O como el sujeto que le había intentado enseñar "nuevas sensaciones" en el 55 y del que había terminado alimentándose al sentirse intimidado.

Tibio [my + pj]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora