El parque Namyang fue el lugar designado por ti para poder llevar a cabo la plática, realmente no querías tenerla, sentías miedo por lo que él pudiese decir o hacer y así mismo de como responderías a ello. Sin embargo, de alguna manera el valor venía a ti y te obligaba a no echarte para atrás.
Wonpil divisó el letrero del parque cuando doblaron en la esquina y se toparon con la entrada; inmediatamente, él se detuvo y chasqueó la lengua para hacerte saber que no está muy de acuerdo con tu elección del lugar.
— ¿En serio? ¿Aquí? — cuestionó él, haciendo que tú volvieras la atención a su persona.
Su nerviosismo hacía que se volviera algo torpe con las palabras y comenzara a decir las equivocadas.
Notaste su inquietud, y tú llegaste a pensar que inclusive parecía más distraído de lo normal.
— Siempre está atiborrado de gente, para ese caso mejor nos hubiéramos quedado a mitad de la calle — el sarcasmo era notario en su voz, los ojos oscuros de Wonpil escudriñaban el lugar sintiéndose nada convencido de estar ahí.
Rodaste los ojos, a la par que intentabas serenarte, lo menos que querías era lanzarle un golpe, porque las ganas estaban ahí. Habían llegado de repente y con mucha fuerza. No obstante, uno debía mantener la compostura.
Wonpil sintió tu mirada fija sobre él, así que volvió su rostro hacia ti.
— Lo sé — susurraste, fue tan bajo que Wonpil apenas te escuchó. Si no fuera por su buena habilidad para leer los labios, la pequeña frase hubiera pasado desapercibida —. Pero hoy es diferente.
Sus ojos volvieron a toparse entre sí y el brillo de ambos volvió a surgir como las estrellas al anochecer. Un repentino anhelo los tomó por sorpresa; para ti, hasta cierto punto ya estabas familiarizada con él.
Habías imaginado tantas veces el tener algo con él, anhelabas ser algo para él. Algo más que la simple vecina de la cuadra; pero nada pasaba. El anhelo permanecía y se esfumaba cuando la cruda realidad aparecía. Era algo decepcionante, sí, pero el sentimiento ya era reconocido y lo recibías siempre como un viejo amigo.
Por otro lado, Wonpil apenas comenzaba a experimentarlo. No terminaba de descubrirlo completamente porque nunca se había interesado en alguien hasta ahora. La música siempre había sido su amor y fuera de ella no había experimentado otro.
A él no le importaba traer a media escuela suspirando por él —porque el que formara parte de un grupo lo ponía en la mira de todas—; es más, ni siquiera sabía que las chicas suspiraban por él. Wonpil le dejaba eso a sus amigos.
Claro, hasta ahora.
Hasta ahora se venía enterando que su vecina tiene un crush con él, y si no fuera porque ella le había regalado un teclado para salvarle el pellejo, posiblemente no se hubiera dado cuenta nunca.
"Pobre criatura despistada y tontita" le habría dicho Jae, y al mismo tiempo le daría palmaditas en la cabeza.
Te aclaraste la garganta, intentaste disimular, pero Wonpil lo notó y eso lo hizo volver a centrarse en el tema. Tenía sus pensamientos tan revueltos que ya faltaba poco para la jaqueca.
— ¿Por qué lo es? — preguntó, nada más porque recordó que tú habías tenido la última palabra antes del trance de los dos.
Su pregunta había salido de pura inercia. Estaba tan perdido en sus pensamientos como tú.
Su cabeza era un caos, y dentro de esa caótica cabeza, tú permanecías como el centro de atención. Y eso hasta la fecha le seguía sorprendiendo, en muy poco tiempo habías vuelto sus pensamientos tan caóticos que le robabas el sueño.
ESTÁS LEYENDO
THE GIFT » WONPIL.
FanficUn tecladista, una presentación, una chica y mucho papel envoltorio para regalo. THE GIFT » WONPIL © -parkjun 2019. Queda prohibida su copia parcial y/o total de esta obra.