» TEN.

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Te miraste por millonésima vez en el espejo de cuerpo completo que tienes en tu habitación. Veías de la cabeza a los pies y viceversa el atuendo que elegiste, examinándolo a detalle, buscando hasta el más mínimo desperfecto para arreglarlo antes de salir de la casa; y aunque sabías que estaba perfecto, era el nerviosismo el que te hacía actuar de tal manera.

Revisaste el maquillaje, no solías hacerlo, pero hoy habías hecho una excepción y por suerte había quedado bien. El practicar el maquillaje durante la semana había dado sus frutos. Retocaste tus labios con un labial rojizo para darles color, darles más vida. Alisaste la falda del vestido azulado y le diste una última mirada a los zapatos a juego, aceptando la combinación. Levantaste la mirada al espejo y tras un análisis visual rápido, determinaste que ya era hora de salir.

Respiraste hondo. Dejaste salir el aire de un soplido y tomaste tu pequeña bolsita de la cama. Cruzaste la cuerda sobre tu pecho, colocándola en el hombro izquierdo, quedando ésta en diagonal, y metiste el teléfono en ella, al igual que algo de efectivo.

— ¡Es hora!

•••

Te tomó quince minutos llegar al lugar. Una cafetería llamada «Star». En los ventanales de la entrada, lucían los postres alusivos al evento, con toda la información que el público debía saber.

Entrada libre al recinto para ver el show, pero sí querían permanecer ahí dentro, debían consumir algo. Se habían puesto mesas y sillas extras en las afueras del recinto para obtener más espectadores —clientes— y en la parte superior del local, la pantalla que días antes hacia función de pantalla publicitaria sobre las promociones de la cafetería, ahora hacia transmisión desde el interior, haciendo cobertura del evento para los espectadores de afuera.

Gente entraba al lugar, personas que iban por su cuenta, parejas, grupos de amigos y alguna que otra familia.

Te paraste al frente del lugar y sentiste un revoltijo en tu estómago debido a los nervios. Apretaste el agarre en la correa de tu bolsa y respiraste hondo.

Cuando tú corazón se tranquilizó entraste a la cafetería. Estaba a rebosar, había gente por todos lados, y el tono rústico que tenía días atrás, ahora estaba acompañado por luces de colores que iban y venían dando un ambiente divertido y festivo.

En la pared paralela a la entrada una tarima yacía colocada ahí con diferentes equipos de sonidos, instrumentos, micrófonos y su propio juego de luces exclusivo para aquellos que se presentaran.

Una sonrisa se dibujó en tu rostro y la emoción comenzó a hacerse más notoria. Divisaste un lugar libre en la barra, eras una persona nada más, sólo había un banco y tenía vista directa al escenario. Era perfecto. Te apresuraste a tomarlo y aguardaste a que todo empezara.

•••

El presentador finalmente hizo su aparición en la tarima, las luces se apagaron, dejando el lugar a escuelas salvo el escenario. Ahí, una línea de luces blancas alumbraban con dramatismo al sujeto con el micrófono.

Él, quien se presentó como «Mark» se echó un discurso introductorio bien ensayado. Diez números se presentarían esa noche, diez números que intentarían llevarse el trofeo del primer show de talentos de la cafetería Stars. El primer trofeo de «The Night of the Stars».

El juego de palabras lucía divertido y el énfasis que Mark le ponía, animaba al público a hacer un barullo tremendo. Inclusive la gente de afuera gritaba de emoción con la mirada fija en la pantalla.

Sonreíste.

— Los chicos tendrán que darlo todo para mantener este ambiente — tus labios se curvaron y bebiste de la malteada de frambuesa.

THE GIFT » WONPIL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora