La alarma de tu teléfono sonó, el volumen era demasiado alto, así que al tercer timbrazo despertaste. Estiraste con pereza tu brazo para apagarlo y volviste a dormir.
O eso hubieras hecho si tú madre no hubiese entrado a tu habitación avisándote que debías iniciar el día.
— Gracias al cielo es viernes — susurraste una vez que tú madre abandonó la habitación.
Con mucho pesar te levantaste de tu cama. La ducha sirvió de mucho para terminar de despertarte y recordarte que además de ser viernes, es también el día de la presentación del grupo de Wonpil.
Le echaste una mirada al vestido azulado que colgaba del perchero y la sonrisa tomó protagónico en tu rostro. Habías pasado la noche planchándolo y arreglando todo para tenerlo listo.
— Nos vemos después de la escuela — le guiñaste el ojo al vestido y luego soltaste una estruendosa risa.
Esas malas bromas eran consecuencia de los nervios que te daban por el evento de esta noche. No era una cita o algo por el estilo, ni siquiera se acercaba. Así como Wonpil te había dado un flyer invitándote a asistir, lo había hecho con media escuela también. Así que no era nada especial.
«Contrólate un poco ¿quieres?» le sugeriste a tu corazón, ya que con solo la simple mención del tecladista, se aceleraba por completo.
Suspiraste y le diste una mirada más al vestido.
— Espero te guste tanto como a mí.
•••
La escuela había terminado y en todo el día no lograste ver a Wonpil, instintivamente pensante que quizá se enfermó y por eso faltó. Tal pensamiento causó preocupación en ti, pero rápidamente descartaste aquello.
— Kim Wonpil si te enfermas hoy, date por muerto — susurraste entre dientes —. No puedes estar tan salado. Ya te salvé una vez.
Mientras caminabas rumbo a la salida, te topaste con el salón de él. Estaba casi vacío y entre los pocos alumnos que estaban ahí, ninguno era Wonpil o sus amigos.
Chasqueaste la lengua.
— El tecladista está en el salón de música — escuchaste una voz decir a tus espaldas.
Diste un salto del susto y al ver quien era, lograste calmarte poco a poco.
— No hagas eso, Jackson.
El chico de cabellos oscuros rió.
— Una disculpa.
— Descuida... Entonces — hubo un breve momento de silencio — ¿está en el salón de música? — Jackson sonrió con picardía — Solo es por curiosidad.
— Sí,claro. Curiosidad.
Jackson volvió a reír y dio unos pasos más hacia delante. Corriste un poco para alcanzarle.
— Claro que sí. Yo solo... eh, quería saber por curiosidad — no sonaste nada convencida y tú lo sabías perfectamente.
— Y por curiosidad le diste un teclado también — replicó burlón.
«Golpe bajo» pensaste.
No dijiste nada y él se detuvo para poder verte.
— Yo solo... yo solo bromeaba.
— Sí, lo sé.
Seguiste tu camino, sintiéndote avergonzada. Quizás todo mundo ya sabía que Wonpil te robaba suspiros cada tanto, todo el mundo menos él. Pero lo bueno de eso era que a nadie parecía importarle. Nadie sacaba el tema contigo, o eso era hasta ahora. Comenzaste a pensar que haber hablado de más con Jackson en la camioneta el otro día fue un error.
— ¿No irás a verle? — escuchaste decir a Jackson a distancia. Él se había percatado que no ibas en la dirección del aula de música.
Por un momento pensaste en que quizá él ya estaba tomándose mucha confianza con este asunto, cuando no debía ser así, pues recién han intercambiado palabras entre ustedes. Además, él solo se enteró porque es empleado en la tienda de música donde adquiriste el regalo para Wonpil.
Negaste con la cabeza a modo de respuesta a su pregunta y Jackson bufó.
— Vamos, te acompaño. Así no será raro que le espíes sola por la ventana — Jackson le guiñó un ojo y con un movimiento de cabeza te indico que le siguieras.
Al principio dudaste un poco, pero después tus labios se curvaron en una sonrisa. Definitivamente, que Jackson se enterara de tu enamoramiento con Wonpil había sido un error.
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THE GIFT » WONPIL.
FanficUn tecladista, una presentación, una chica y mucho papel envoltorio para regalo. THE GIFT » WONPIL © -parkjun 2019. Queda prohibida su copia parcial y/o total de esta obra.