La acción estaba hecha. Wonpil había puesto su mano sobre las tuyas y no existía poder alguno en el mundo, o incluso en el universo, que evitara hacer que tu corazón tuviera latidos acelerados.
«No hiciste nada malo»
Las palabras resonaban en tu cabeza una y otra vez como disco rayado.
Tu mirada dejó el rostro de él para ver las manos, un simple gesto, un simple movimiento de su parte y se generaban miles de emociones en ti.
Wonpil pareció notarlo, porque también bajó la mirada en la misma dirección, vio su mano izquierda reposar sobre el torso de tu mano y se paralizó por completo.
«Pero ¿Qué hice?» se preguntó mentalmente. El pánico crecía en su interior.
Con velocidad y poca sutileza retiró la mano, e hizo una pequeña inclinación a modo de disculpa, no quería que te llevaras una mala idea de él, pero más que ofenderte, la situación te causó una ternura increíble.
Wonpil tenía las mejillas y las orejas rojizas debido a la vergüenza, y en todo momento procuraba evitar tu mirada. Sonreíste un poco. Con disimulo para no incomodarlo más.
— Entonces... — balbuceaste un poco para volver a tener la conversación —. Si dices que no hice nada malo ¿crees que pueda saber el porqué de tu molestia en el escenario? Es decir, sé que no nos conocemos mucho, solo hemos intercambiado palabras de vez en cuando y nos vemos esporadicamente porque somos vecinos, pero, uhmm, no sé, yo solo quería que no se arruinara tu noche.
Soltaste un suspiro, acomodaste tus cabellos detrás de la oreja, pues el viento ligero que corría, hacia que algunos volaran.
— Créeme, no tuve otra intención, no esperaba nada a cambio, solo quería ayudarte porque sé que has estado practicando mucho con los chicos, todos en la escuela ya querían ver la presentación, era el cotilleo que se daba en los pasillos, y bueno, aunque no esperaba una reacción de ti, porque, créeme, no tenía planeado que te enteraras que yo fui la que te regaló el teclado y... — hiciste una pausa, desconocías si decir aquello último había sido un error o no, aún así, te apresúrate a continuar para evitar un silencio incómodo o un cuestionamiento de él — uh, bueno... uhmm, me sorprendió mucho el cómo me mirabas durante la canción.
Otro suspiro más. No tenías idea de dónde sacabas el valor para decirle todo esto, pero sí sabías que mientras no hicieras contacto visual con él, no pararías con tus palabras.
— Pensé que era mi imaginación, porque como te dije antes, no hemos hablado, pero parecía como si estuvieses enojado conmigo, llámame loca si quieres, pero incluso llegué a pensar que habías generado un sentimiento de odio hacia mí. Y sinceramente... — hiciste una pausa, nuevamente jugueteabas con tus dedos —, sinceramente, me gustaría saber qué fue lo que pasó para que yo causara eso, porque la intriga me está consumiendo.
Respiraste hondo, lo habías expresado, quizá tenías más dudas, más cosas que decir, pero solo aquello había salido de tu boca y era suficiente para expresar algunas de las tantas dudas que tenías. Con cierto temor, enfocaste tu mirada a él. Wonpil te veía atento, parecía preocupado pero completamente concentrado en lo que habías dicho. Pudo notar la confusión en tus ojos y podía imaginarse que su mirada estaba igual. Ni siquiera él sabía que sucedió.
¿Qué te diría?
¿Que en este último día descubrió que tú existías en su mundo?
¿Que tenía la sospecha de que tú eras la dueña del regalo pero que no se atrevía a preguntarte directamente?
¿Que a raíz de eso, empezó a notarte más?
¿Que apenas había descubierto lo bonita que eres y lo linda que luces en el uniforme escolar?
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THE GIFT » WONPIL.
FanfictionUn tecladista, una presentación, una chica y mucho papel envoltorio para regalo. THE GIFT » WONPIL © -parkjun 2019. Queda prohibida su copia parcial y/o total de esta obra.