Capítulo 17.

4.1K 504 68
                                    

Abro los ojos cuando el altavoz informa que estamos a punto de aterrizar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Abro los ojos cuando el altavoz informa que estamos a punto de aterrizar. Me desperezo esperando el descenso y comienzo a guardar mis cosas. Me hace calor así que opto por sacarme la bufanda que me puse y el gorro pues el clima en California es demasiado diferente al de Nueva York.

Bajo del avión con el aire fresco golpeándome el rostro. Inhalo profundo pues el aroma del mar siempre me deja una hermosa sensación de paz, sonrío al cielo despejado y siento que todo está en orden en mi vida por primera vez.

Sonriendo como un idiota llego al aeropuerto donde espero por mis maletas que no tardan en llegar. Estamos a tres días para Navidad, Joy todavía continúa en Ohio y pensé que aquello era una señal para tomarme unos días fuera del trabajo.

Antes de ella habría pasado estos días trabajando, ultimando detalles para el regreso luego de las festividades pero el tenerla en mi vida me ha hecho ver las cosas de forma diferente y es por eso que sorprendí a mi personal al darles estos días de descanso y tomé un vuelo para visitar a mis padres antes de Navidad.

Ellos no lo saben, pero están a punto de tener una sorpresa que no han tenido desde el primer año que me mudé de California. Mamá ha pasado tanto tiempo pidiéndome regresar que terminó por comprender que no lo haría y dejó de insistir hace mucho, supongo que será una linda sorpresa.

Las maletas llegan y si bien solo una contiene mi ropa, la otra contiene obsequios para mi familia. Me siento demasiado feliz y quiero compartir con ellos antes de regresar a casa con Joy.

El taxi me lleva por la ciudad en la que crecí directo hacia el barrio privado donde mis padres nos criaron. Si bien cuando apenas nos mudamos teníamos una gran casa, mis padres terminaron comprando otra mucho más grande ahora que mis hermanas tienen a sus hijos con la excusa de que estemos cómodos al visitarlos sin embargo sé bien que la verdadera razón de que hayan cambiado de casa es porque papá se aburre luego de un tiempo y tiene propiedades por montones para mudarse varias veces en un año.

El taxi pasa frente a nuestra antigua casa la cual me trae demasiados recuerdos hermosos, como el vernos ahora a mis hermanos y a mí de pequeños corriendo por el gran patio de en frente a sabiendas de que nada ni nadie nos haría daño estando aquí. Fuimos felices, demasiado mimados pero muy felices al crecer porque papá no se guardó ni un solo centavo en cuanto a nuestra seguridad. Este barrio cuenta con una empresa de seguridad privada que realiza rondas por todo el lugar cada hora y tiene sensores de movimientos por todo el perímetro y tanto las entradas y salidas del lugar son monitoreadas por el personal.

Y a pesar de todo eso, mi hermana Hayden antes de casarse, se las arreglaba para huir de casa para irse de fiesta.

Unos cinco minutos después el taxi se detiene frente a una gran mansión. El patio es tan grande que apenas y puedes ver la casa a lo lejos.

Parpadeo sin poder creerlo durante varios segundos hasta que reacciono pagando el viaje y sacando las maletas. Estoy a punto de tocar el timbre cuando veo a Kurt, el viejo amigo de papá y jefe de seguridad de cada una de nuestras casas, camina hacia mí detrás del portón que separa la calle de la propiedad.

Entre Joy y Nueva York (AQS #5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora